Cap. 11 No puedes estar hablando de sexo...Jungkook

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Aquella palabra dirigida al doncel lo hizo echarse a temblar, pero no del mismo modo que le había ocurrido con Yoongi.

Jungkook había mantenido las distancias a lo largo de toda la recepción, aunque Hoseok no sabía sise trataba de algo deliberado o no. Por un lado, Jungkook siempre consideraba todo lo que hacía muy detalladamente y por adelantado.

Sin embargo, por otro, vsabía que las aspiraciones del que ya era su esposo eran mucho mayores de lo que pensaba hacerle a el.

Por ello, no le había sorprendido que él se hubiera pasado el día circulando entre los invitados, restableciendo lazos con los que podrían haberle tachado de sus listas de contactos después de que hubiera estado en prisión o recordándole a todos los presentes que él era Jeon Jungkook y que había vuelto con todo su poder, por no mencionar también con su encanto y un magnetismo que era imposible de ignorar.

–¿Listo? repitió el.

–Espero que no se te haya olvidado ya murmuró mientras le tomaba la mano. Hoseok esperó haber conseguido ocultar la llama que surgió tras aquel contacto. Te has casado hoy conmigo. Ahora, me temo que ha llegado el momento de abandonar a nuestros invitados para que te comportes como un esposo con tu marido.

–Yo... susurró el doncel. ¿Y adónde vamos a ir? No me dijiste nada más de lo que iba a ocurrir después de la ceremonia.

–Bueno, estoy seguro de que sabes lo que viene después comentó él con una oscura sonrisa, mucho más peligrosa. Algunos creen que es la mejor parte.

–¿Estás...?

Sintió deseos de abofetearse. El corazón le latía demasiado rápido y tenía un nudo en la garganta que parecía impedirle pronunciar las palabras que necesitaba.

–No puedes estar hablando de sexo...

–¿No?

–Bueno, nunca hablamos de eso.

Jungkook hizo algo con la mano de Hoseok, aunque el no supo exactamente qué, pero instantes después era como si le hubiera prendido fuego. Entonces, tiró de el suavemente

–¿Y qué es lo que hay que hablar?

Jungkook se inclinó sobre el doncel como si quisiera decirle un secreto o tal vez eso le pareció a el. Cuando él estaba tan cerca, era como si no hubiera nada en el mundo más que ellos dos. Absolutamente nada.

–Bueno, yo diría que todo consiguió decir, a pesar de que no sabía cómo lo había conseguido.

Más que oírlo, sintió la carcajada que él dejó escapar y que, de algún modo, pareció resonar también dentro de el.

–Me gusta el sexo, Hoseok afirmó él, provocando más fuegos dentro de ella. De hecho, mucho más que gustarme me encanta y pienso disfrutar de ello muy frecuentemente con el doncel con la que me acabo de casar, a menos que tú tengas alguna objeción.

Hoseok trató de sobreponerse a otro escalofrío que lo debilitó profundamente y dio un paso atrás. Solo para poder mirarlo. Se dio cuenta de que le había colocado las manos sobre el torso, pero estaba seguro de que no debería tocarle. No obstante, no podía parar.

–Tú no me deseas le dijo frunciendo el ceño. No tienes que fingir solo para...

Se encogió de hombros. El movimiento parecía transmitir ira, aunque el no creía estar enfadado. Sentía demasiadas cosas, muy complicadas. En caso de estar enojado, la ira sería la menos complicada.

–Ya me he casado contigo. No tienes que jugar a estas cosas.

Hoseok esperaba que manifestara su ira, pero, en vez de eso, parecía... curioso. Y algo más que no era capaz de definir. Fascinación tal vez, aunque eso no tenía sentido. Él era Jeon Jungkook. Tenía a su alcance donceles más hermosos que Hoseok.

Venganza IntimaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora