Competir

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Era el día de la competencia. Por fin había llegado. La euforia que sentía era inexplicable, habíamos trabajado tan duro.
Pasaron los grupos por número.
El dueto era el último baile del día, y yo estaba nervioso. Había practicado todo el día anterior y tenía miedo de quedarme sin aire, o que me comenzara a doler peor el pecho. Usé mi inhalador.
—Te dije que tomaras un descanso, eres terco —reclamó Minho mientras se acercaba a mí.
—Soy perfeccionista, no podía dejar de practicar.
Me tomó del brazo.
—No te presiones, si te duele no deberías hacerlo.
Sonreí.
—Puedo hacerlo, lo sé.
Él me sonrió, nunca lo había visto sonreír, y tenía una sonrisa tan... hermosa.
—Deberías estirar, seguimos nosotros.
Asentí y hice lo que dijo.
—El siguiente es el dueto número 17, Finesse de Lee Minho y Lee Felix. ¡Un fuerte aplauso!
Pasamos juntos al escenario y comenzamos.
La música empezó.

Ooh, don't we look good together?
There's a reason why they watch all night long
Yeah, know we'll turn heads forever
So tonight I'm gonna show you off

Bailamos coordinados, o al menos eso pensaba. El pecho me dolía, pero intentaba disimularlo.
El baile terminó y salimos haciendo el moonwalk; habíamos acordado hacerlo.
Al llegar a bastidores, comencé a toser y me senté en el suelo.
Minho rápidamente me trajo agua.
—Respira, iré por tu inhalador.
Asentí mientras tomaba el agua.
Él lo trajo y me lo apliqué rápidamente.
—Menos mal que este ya es el último —dije, riendo.
—Sí, no creo que puedas seguir bailando así... —respondió Minho, frunciendo los labios.
—Ahora sí, relájate, tómate unas semanas y ve al médico.
—No hace falta, sé cuándo debo ir.
—Deberías ir antes de que empeore...
—Minho, estoy bien, te lo prometo.
Se veía muy preocupado por mí. Al fin y al cabo, el dueto sirvió para mejorar nuestra relación.
Llegó la hora de los premios.
Estábamos nerviosos.
—Categoría de duetos y tríos...
Suspiré y Minho tomó mi mano.
Mi corazón comenzó a latir más rápido.
—Y por último, el primer lugar... ¡Finesse de Minho y Felix! ¡Aplausos, por favor!
Saltamos de la emoción y nos abrazamos.
Recibimos el premio y, después de decir unas palabras, nos fuimos.
Estábamos felices, todo el grupo; ganamos todos los primeros lugares y un viaje a Disney.
Estaba muy feliz.
Minho me llevó a casa; no quería que caminara mucho.
—Si mañana vas a la escuela, haré que te expulsen.
Me reí.
—Está bien, no iré.
Él me sonrió, y nos miramos en silencio unos segundos.
Suspiró, y el silencio se esfumó.
—Vendré a verte luego, para ver cómo estás... si no te molesta. —Se rascó la nuca, nervioso.
—Ven cuando quieras, está bien.
Sonrió y se fue.
Entré a mi casa con un suspiro.
Mi madre, al ver toda la escena, sonrió pícaramente.
—No mamá, no somos novios.
Ella rió.
—Harían bonita pareja.
Sonreí y subí a mi cuarto.
Pensaba mucho, demasiado en lo que había pasado.
De no querer ni mirarme, a preocuparse así por mí, me parecía extraño.
Pero no era eso en lo que pensaba.
Era en Minho.
¿Qué me pasaba?

Pasos Opuestos:Al Ritmo Del Corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora