Narra Wolf
No sé cómo, pero, mientras dormía, sentí un cosquilleo en mis labios que se sentía muy bien, si me lo preguntan, sin embargo, esto hizo que fuera despertando poco a poco y... ahí lo vi.
Vi a Fox con los ojos cerrados, besándome. Lo estaba disfrutando el zorro. Realmente, tuve que aguantarme el coraje de lo que estaba haciendo por lo que solo me quedé estático esperando a que terminara para ver qué tanto tiempo estaría así.
Pasó algo de tiempo y, cuando abrió sus ojos, me vio despierto. Su rostro se puso tan pálido como si hubiera visto un fantasma. Rápidamente él se levantó y se alejó muy aterrado y avergonzado.
- Fox: Ehm... Ehm...Y-yo... – Apenas podía hablar – Y-yo...
Solo lo estaba mirando, mientras me levantaba y no despegaba mi mirada de él. Era como si estuviera esperando un movimiento brusco de mi parte para actuar y hacer cualquier otra cosa.
- Fox: ¡Desayuno listo! – Exclamó casi gritando y corriendo hacia la salida, yéndose.
Me quedé en la habitación, procesando todo lo que pasó. Mi primer pensamiento fue que lo quería asesinar, de todos modos, aquí nadie lo oiría gritar y suplicar. Lo estrangularía con mis propias manos, pero no quiero que esta cabaña familiar se convierta en una escena del crimen.
Quien sabe qué más hubiera hecho si tuviera el sueño profundo o si me llegara a drogar. Seguramente lo tendría encima de mí, cabalgándome como el urgido que aparenta. Y digo que aparenta porque, durante el beso, no sentía malas intenciones por parte de él, era como una sensación de paz y amor sincero. Tal vez sus intenciones sean auténticas.
Me siento algo confundido. Claro que me dio asco que me besara otro hombre, pero sentía la necesidad de corresponderlo de la misma manera. Una bizarra mezcla, si me lo preguntan.
Mi estómago rugió, sacándome de mis pensamientos y, entonces, me dirigí a la cocina, donde vi a Fox sirviendo en un plato algo que parecía lasaña, que olía muy bien.
Cuando Fox me vio, este se estremeció y, rápidamente, se arrodilló y luego estaba haciéndome una reverencia, con su rostro en el suelo.
- Fox: ¡Por favor Wolf! Degusta este platillo que he preparado para iniciar el día – Decía sin despegar su rostro del suelo.
Claramente, estaba asustado y qué bueno que lo esté porque, si no lo necesitara vivo e ileso, le daría ahora mismo una paliza, pero me gusta cómo me hace sentir como especie de deidad cósmica.
- Fox: En serio, lamento tal atrevimiento – Me decía ahora conectando su mirada con la mía, aún en el suelo.
- Wolf: Levántate – Le dije seriamente.
Fox, aún temeroso, obedeció mi orden y se levantó, pero desviaba su mirada para evitar hacer contacto visual. Entonces, lentamente, me le acercaba y él retrocedía, hasta que topó con una pared, donde lo acorralé, cerrándole los escapes con mis brazos. E hice que conectara su mirada con la mía.
- Wolf: ¿Por qué lo hiciste? – Pregunté seriamente.
- Fox: Y-yo n-no sé... es que... – El pobre ya no podía ni hablar.
- Wolf: Tranquilo, no estoy molesto – Por ahora – Pero quiero que me digas por qué lo hiciste. Ese beso.
Fox no me respondía, se tomaba su tiempo para responderme. Verlo así tan temeroso y vulnerable me provocaba una rara sensación de culpa y me hacía sentir de lo peor. Eventualmente, él habló.
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Destino archivado
Romance"Un lobo plateado heredará una gran compañía de prestigio. Tiene la vida resulta. Pero un día contratará a un zorro, que pondrá en perspectiva su vida". Wolox Puede contener violencia, lenguaje vulgar, lenguaje fuerte y contenido para mayores. Leer...