Max
Al abrir los ojos siento un fuerte dolor en el brazoGiro mi cabeza hacia este y me encuentro con la razón del dolor
Emma duerme plácidamente, con su cabeza recostada sobre mi brazo
¿Qué importa el dolor?
Estiro mi brazo izquierdo, apartando varios mechones de su bello y tierno rostro
Cualquier hombre en sus cinco sentidos perdería la razón por ella
Me gusta incluso lo más absurdo de Emma, como cuando me observa creyendo que yo no me doy cuenta o cuando tiene repentinos ataques de valentía y se vuelve la mujer más atrevida en el mundo. Ella es simplemente adictiva y no solo lo digo por su espléndido cuerpo o su majestuoso rostro, hay algo en ella que me tiene obsesionado, no sé si es su increíble forma de pensar o su grandiosa forma de ver el mundo.
Emma aparta su rostro, girando su cuerpo para quedar boca abajo aún dormida, haciendo que contraiga el brazo al volver a sentir dolor. No se ha movido desde anoche…o desde la madrugada, no estoy seguro de a que hora nos dormimos
Halo la sábana y la paso por sus hombros desnudos, asegurándome de que siga tibia
Si ella supiera lo perfectamente gloriosa que es, si supiera que posee más que belleza, si supiera que ella vale más que una vida, más que el mundo. Ella irradia algo mejor que luz, ella irradia amor, tranquilidad y una inexplicable curiosidad, si ella supiera que es y será eterna porque lo que logra es inolvidable, entonces ella sería irrompible.
Y al pensar que perderé eso, que la perderé a ella, siento que muero. No sé si pueda ser capaz de alejarme de Emma.
—¿Qué estoy haciendo aquí…contigo? —la escucho preguntar en voz baja, girándose con lentitud hacia mí
—¿Tan borracha estabas anoche que lo has olvidado? —le pregunto divertido
—¿Y…qué paso? —pregunta con una pequeña sonrisa, ya mirándome
Me apoyo sobre mi brazo derecho el cual acaba de liberar Emma y me enfoco en su bello rostro
—Pasaron MUCHAS cosas —digo pasando mis nudillos por su rostro
—¿…cómo cuales? —frunce el ceño
—Tuvimos se…
—Eso ya lo sé…
—¿No dices que no recuerdas? —se arqueo una ceja
—Pues es muy fácil suponer lo que hicimos anoche —señala su cuerpo, el cual solo lo cubre una sábana
—Pues a veces eres bastante distraída
—Bueno —rueda los ojos—, ¿y qué más hicimos?
Sonrío de lado
—Otra vez hicimos el…
—¡Max! —grita dándome un manotazo en el hombro
—No entiendo porqué te alteras de esa manera, hicimos tantas cosas Emma, no solo te quité la ropa
—Sí pero no lo digas —susurra—, aún no me acostumbro a que me veas desnuda
—Solo vi poco…
—Es lo que tengo, poco —murmura frunciendo la nariz
Y no sabe lo mucho que eso me encanta
Sonrío mirando como el sonrojo de sus mejillas se esparce por toda su cara