PARTE VII: NATASHA ROMANOFF

66 10 5
                                    

Howard y María Stark tardaron en despertar alrededor de una semana. Misma que le sirvió a Charles para lograr ingresar en la mente de James Barnes, mejor conocido como el Soldado del Invierno. Las primeras veces que intentó ver en aquella mente, no encontró nada más que el vacío, uno que después de tres días de arduo trabajo, logró comenzar a colorear de pequeños recuerdos, vistazos a su pasado. Emma Frost ayudó también en ese proceso, pues hacían cerca de cuatro sesiones al día para obtener algún tipo de respuesta más extensa de parte de Barnes.

En el sexto día fue cuando finalmente pudieron enterarse de todo.

James Barnes había sido un amigo cercano de Steve Rogers. Ambos lucharon en la segunda guerra mundial hasta que un accidente los separó. Barnes llegó a una de las instalaciones de Hydra, dónde después de varios meses de torturas y experimentos, lograron crear al soldado perfecto. Lo enviaban a misiones específicas y cuando terminaba la tarea, lo congelaban para mantener su fuerza y vitalidad.

Charles sintió compasión. Si todos los soldados del invierno pasaban por ese proceso, entonces tendrían que recuperarlos y despertarlos. Dejar que decidieran por ellos mismos que es lo que querían hacer ahora que volvían a ser libres.

Erik no estuvo de acuerdo, pero no hizo falta que una discusión mayor tuviera lugar entre ellos, pues James decidió ayudar en la causa. Aún no se recuperaba del todo, pero su decisión y convicción era firmes, al punto en que no dudo en dejar que Charles volviera a ingresar a su mente para que obtuviera la información que necesitaba y que debido a lo que le hicieron en su cerebro, no recordaba de manera consciente.

Fue otra semana de arduo trabajo, dónde Erik permaneció cerca para evitar que "El soldado del invierno" dañara a Charles.

Una vez obtuvo la información, se las hizo llegar al grupo de Psylocke, quién comenzó a idear algunos planes para llegar a la base de los soldados en Rusia. Era una misión dura y ardua, así que la sugerencia de que fueran al menos dos telépatas con ellos no se descartó. Erik puso muchas objeciones con esa sugerencia, no quería que Charles se expusiera, pero no quedaba otra opción, para poder construir a Cerebro necesitaban materiales que solo estaban en aquel frío país.

Howard, recién recuperado había dicho que él podría ir, pero exponerlo cuando lo habían mandado a asesinar no era una buena opción.

-Sé que te preocupa Erik, pero no voy a permanecer encerrado aquí. Tenemos que luchar y yo puedo ser de mucha ayuda.

-Si esos hombres llevaban cascos no podrás hacer nada.

-Nos las arreglaremos. Tu tienes que ir a Estados Unidos para buscar aliados. Con la ayuda y estrategias que nos ha dado Barnes podremos recuperar Polonia. Es un movimiento arriesgado por su cercanía con Rusia y Alemania, pero no hay nada que no podamos lograr, juntos.

La fuerza y convicción con la que Charles observó a Erik, hizo que perdiera el aliento.

-Me preocupa dejar a nuestros hijos solos.

-Howard y María harán un buen trabajo cuidándolos, además Janos se quedará con ellos. Estarán bien.- Charles aún no estaba seguro de ello, no hasta que les borrara la memoria de un solo golpe a todos los mutantes.

-Es peligroso tener humanos con nosotros, tarde o temprano los demás mutantes van a querer asesinarlos. Estamos en contra de ellos, pero ayudamos a ciertos sectores ¿No será eso una contradicción?

-No, ya te dije cómo vamos a manejar eso. - Charles lo miró, besando su nariz, aún no se sentía lo suficientemente seguro como para darle un beso en los labios sin querer sucumbir a la tentación que Erik le representaba- ve tranquilo. Nosotros partiremos en dos días.

Dinastía M. | MarvelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora