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Pasaron varios meses desde el cumpleaños número 15 de Mark, y la relación entre él y Haechan continuó floreciendo, con la camaradería de siempre entre risas, bromas y aventuras típicas de la adolescencia. Sin embargo, la dinámica comenzó a transformarse cuando ambos empezaron a desarrollar sentimientos por sus respectivas novias. Mark estaba saliendo con una chica llamada Soojin, mientras que Haechan había comenzado una relación con Yuna, una amiga de la escuela. La amistad entre ellos seguía siendo fuerte, pero había algo diferente en el aire, una nueva capa de incertidumbre que flotaba sobre su conexión. Algo, aunque no lo dijeran en voz alta, había cambiado entre ellos: una especie de tensión invisible, difícil de identificar, pero inconfundible.
Era un viernes por la tarde, el cielo despejado y el sol comenzaba a ponerse, anunciando la llegada de un nuevo comienzo. Haechan, con una mezcla de emoción y nerviosismo, le envió un mensaje a Mark. Había estado pensando en la idea durante días, y finalmente se decidió. Pensó que una cita doble sería la oportunidad perfecta para que las cuatro personas se conocieran mejor, para salir todos juntos y, tal vez, aliviar la atmósfera algo tensa que se había instalado en su amistad.
Con el pulso acelerado, apretó el botón de enviar.
-¿Qué tal una cita doble? -escribió, esperando que la propuesta no fuera demasiado arriesgada.
Mark no tardó en responder, y la rapidez de su respuesta lo hizo sonreír aliviado.
-¡Me parece genial! -respondió casi al instante, lo que hizo que Haechan dejara escapar un pequeño suspiro de alivio. Parecía que ambos estaban tan emocionados como antes, y eso le dio confianza.
El plan era sencillo: ir al cine, seguir con una cena en el restaurante de comida rápida que solían visitar desde pequeños. Algo simple, pero con la promesa de una tarde agradable. Mark y Haechan se encontraron en la entrada del cine, donde sus novias los esperaban. Soojin, con su cabello oscuro recogido en una coleta alta, sonrió emocionada al ver a Mark, su rostro iluminado por una felicidad genuina. Yuna, con su risa contagiosa y su actitud relajada, era un rayo de sol que siempre lograba hacer que cualquier situación fuera más ligera.
-¡Hola a todos! -saludó Haechan, forzando una sonrisa mientras trataba de ocultar los nervios que revoloteaban en su estómago. Había algo emocionante y aterrador al mismo tiempo en salir con sus amigos y sus novias al mismo tiempo, algo que no había experimentado antes.
-¡Hola! -respondieron las chicas al unísono, llenando el aire con su energía juvenil y creando un ambiente de camaradería.
El grupo se dirigió a la taquilla, donde empezaron a discutir qué película ver. Hubo risas y bromas sobre qué elección sería la mejor, un momento divertido en el que las diferencias de gusto se hicieron evidentes. Después de algunos minutos de conversaciones animadas y pequeñas tensiones sobre qué película elegir, finalmente llegaron a un consenso: una comedia romántica, ligera y entretenida, que parecía ideal para la ocasión.
