Capítulo 45 - Nuevo integrante... o marioneta

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— ¡Ya estoy listo para salir! —.

Con una grande sonrisa de ilusión, Karma bajó las escaleras y entró al bar, donde su demás familia lo estaba esperando. La tarde ya había pasado, y el menor había insistido en querer salir de noche para ver la ciudad.

Quería salir a caminar con su familia... como antes hacía.

Salieron en silencio del bar. Karma tomó de la mano a Timberland y Style, mientras que Shinigami y Yumiko caminaban detrás de ellos, Gakushū incluso más atrás. Todos alerta a la cercanía de cualquier persona, mirando detrás de sus espaldas o con cautela cuando caminaban por los callejones. Los mayores atentos al frente, lo de en medio atentos atrás.

Incluso sí tenían sus disfraces, no podían bajar la guardia, sabiendo que gracias al pelirrojo, la ciudad estaba bajo alerta.

Y el menor, Karma... sólo disfrutando de la nieve que había comenzado a caer con suavidad.

— ¡Mamá, papá! ¡Está nevando! — Soltó sus manos, poniéndolas frente a él para que algunos copos cayeran sobre ellas.

¿Cómo alguien tan feliz sólo por la nieve... podría ser la persona más perturbada del país? Riendo y jugando como un niño, su comportamiento infantil, su cuerpo indicando su adolescencia... pero su mente plagada de cosas que hasta a su familia aterraban.

Alguien que simplemente no estaba en su control.

Tenían un buen ejemplo para demostrar la perversión del pelirrojo, y sólo bastaba con ver detrás de ellos, observar a aquel adolescente que era ajeno a toda la situación, pero que por su simple parecido a alguien "querido" para el pelirrojo, terminó como ahora estaba. Cabeza baja, ropa no apta para el clima, y quizás ni siquiera para salir sin sentir vergüenza por la piel expuesta... un adolescente tan seguro de sí mismo...

...pero que terminó en las garras del menor.

¿Qué haría ahora el pelirrojo?, ¿cuál sería su siguiente movimiento?

¿A quién más corrompería?

~ • ~

Tosió, su cuerpo temblando por el frío y sufriendo de escalofríos ante cada copo de nieve que caía sobre su piel expuesta. Sus mejillas y nariz estaban completamente rojas, frotando sus manos en busca de contener un poco el calor.

Sus brazos estaban llenos de curitas, sus muñecas repletas de puntos rojos, sólo la sangre que ya se había secado.

Hace... frío — Eran sus pensamientos, mirando sus alrededores, en busca de algún refugio, algo donde podría escapar del frío, al menos por un tiempo.

La gente que pasaba a su lado lo veían con escepticismo, algunos con algo de empatía, otros con mera indiferencia... y nadie se acercaba a él. Sólo en esa ciudad, en ese mundo del que había estado aislado por tanto tiempo, y que ahora debía de valerse por su cuenta, sin nadie para ayudarlo o tenderle la mano...

Sus padres... no sabía dónde estaban.

Su "salvador"... lo había abandonado.

Sólo y abandonado, perdido y no deseado... sólo un desecho de la sociedad, y del que nadie quería hacerse cargo.

— ¡Hola! ¿Qué haces aquí? ¿Por qué no tienes ropa para el frío? — Una voz infantil e inocente se escuchó detrás de él, igual siguió caminando, ignorando a la persona... no podrían estar hablándole a él...

¿verdad?

— ¡Hey! ¿Por qué me ignoras? Me llamo Karma, ¿cómo te llamas tú? —.

Finalmente decidió detenerse. Se dió la vuelta con vacilación, sus pies descalzos dolían por la nieve debajo de ellos. Su mirada se encontró con unos orbes carmín que lo veían con genuina curiosidad... pero sin ningún brillo real...

— ¡Hola! — Nuevamente saludó, acercándose — ¿Cómo te llamas? ¿Qué haces aquí? —.

— ¿Me... Me hablas a mí? — No pudo evitar cuestionar con inseguridad, bajando su mirada... sentía cierta inquietud por la repentina cercanía del pelirrojo.

— Sí, hablo contigo, mucho gusto — Jamás cambió su expresión, acercándose aún más — ¿Cómo te llamas? —.

— Itona... —.

— ¿Itona qué? —.

— Hm... — Miró hacía el suelo — H–Horibe... Itona Horibe —.

— Itona Horibe — Repitió el pelirrojo, como sí quisiera saber lo que se sentía decir aquel nombre — Me gusta, me gusta tu nombre — Su mirada tuvo un extraño destello, y cuando Itona retrocedió un paso, Karma se acercó dos — ¿Por qué no vienes con nosotros? ¿O vas a ir con tu familia? — Ladeó su cabeza.

— No... No tengo... — Susurró.

— ¿No tienes familia? — Karma dejó de ladear su cabeza, su sonrisa... desapareciendo por un momento, la curiosidad desvaneciéndose lentamente — ¡Entonces seré tu familia! —.

~ • ~

— Itona, ¿te gusta?, mamá la cocinó —.

En el bar nuevamente, se encontraba Itona. Sus pies ahora con botas, con un abrigo afelpado y cubierto por un cobertor para regresarlo a su temperatura normal. Frente a él, un tazón de sopa caliente.

— Sí... está buena — Aunque la respuesta era para el pelirrojo, su mirada estaba puesta sobre la sangre seca que había en la mesa — ¿Por qué... hay sangre? — Ladeó su cabeza.

— ¿Uhm? —.

Karma sonrió mientras se sentaba al lado de Itona, abrazándolo y apretando como sí el mayor fuera un oso de felpa.

— Les hicimos cosas malas a las personas malas — Dijo infantilmente, pero con el sadismo en cada palabra — Las personas malas no merecen vivir, las personas malas tienen que ser castigadas. ¿Conoces a personas malas? —.

Itona guardó silencio, su mirada estaba llena de una extraña curiosidad.

— Sí... conozco a personas malas —.

— ¿En serio? — Un rubor cubrió las mejillas del pelirrojo, con una emoción en sus ojos — ¿Quiénes son? ¿Quieres castigarlas? ¡Podemos ayudarte! —.

— Kotarō... —.

— ¿Eh? —.

— Kotarō Yanagisawa... —.

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Lento pero seguro.
Ahora que voy viendo la historia y lo que he escrito a parte... siento que esto se va a alargar demasiado.
🤔

Hasta regresar a mi hogarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora