capitulo 22 - ¡pilares!

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El señor Rengoku y yo al fin habíamos terminado la misión, aunque el tuvo que ayudarme varias veces ya que habíamos enfrentado a una luna menguante

Pero alegremente habíamos logrado derrotar al demonio, quedé exhausta por eso Pero el señor Rengoku de la nada me había cargado como princesa y me empezó a llevar a dónde nos recuperaríamos

A la finca de Kocho

- oiga... Creo que ya puedo caminar sola- le dije al señor Rengoku Pero este parecía ni siquiera prestarme atención

Suspiré porque ya era la quinta vez que le pedía al señor Rengoku que me bajara pero nunca me respondía y tampoco me bajaba

Ya faltaba poco para llegar a dónde estaríamos con Kocho, aunque ambos solo habíamos sufrido pocas heridas

Pero aún así, debíamos de estar allí

Cuando llegamos a la finca mariposa fuimos recibidos por Aoi

- Señor Rengoku- dijo Aoi mientras le hacía una leve reverencia a Rengoku - Sígame-

Aoi nos llevo a una habitación específica, aunque Kocho ya me había dicho que yo podía descansar en mi antigua habitación

Al fin, el señor Rengoku me recostó en una camilla y el se acomodo en la camilla de al lado

Me senté un poco y me recargue en la cabecera mientras miraba al techo

- ¡Me enteré que eres de México!, ¿¡No es así!?- me habló de la nada el señor Rengoku

- Si... Aunque por unas cuestiones... Tuve que venirme a aquí vivir lo que sería un tiempo temporal Pero lamentablemente mis padres murieron y ahora pues... Estoy aquí- explique bajando la cabeza una poco nunca me gusto hablar sobre la muerte de mis padres

Alce mi mirada y ví que el señor Rengoku me miraba con lastima, de la nada, me dió un suave abrazo, dejándome paralizada Pero después simplemente acepte al abrazo y empeze a sollozar

- se lo que se siente perder a alguien que amas... Especialmente si esas personas eran tus padres- me dijo el señor Rengoku con una voz triste

Me separé del abrazo y solo me límite a limpiar mis lágrimas que me habían salido al recordar aquel horrible suceso

De repente entro Aoi junto con las demás niñas de la finca, Kyojuro se sentó nuevamente en la camilla y yo solo me volví a acomodar

Aoi se fue donde estaba Kyojuro y Kanao dónde estaba yo, aparentemente Aoi estaba acostumbrada a atender a los pilares primero

- Señorita Urokodaki, ¿Dónde está herida?- me preguntó Kanao

Me descubrí levemente el brazo donde tenía una herida no tan grave Pero sin duda necesitaba un vendaje

Kanao agarro un algodón y le puso un poco de alcohol en el, para después ponerme poco a poco en la herida, dios eso arde como el infierno

con un pañuelo me quito la sangre que estaba por mi brazo para después vendarme la herida

saco unas banditas (o como yo le digo unos curitas) para poner uno en mi mejilla que sangraba un poco

- ¿Tienes alguna otra herida?- me preguntó nuevamente

Me ruborice un poco para después desabrochar un botón de mi camisa blanca y removerlo un poco, tenía una herida algo profunda en la parte de mi pecho

Kanao no dudo en empezar a curarla

Realmente estaba apunto de cumplir mis 11 años Pero ya la flor roja había abierto sus pétalos (o sea menstruar)

𝚄𝚗 𝙴𝚛𝚛𝚘𝚛 𝙿𝚞𝚎𝚍𝚎 𝙲𝚊𝚖𝚋𝚒𝚊𝚛 𝙻𝚊 𝚅𝚒𝚍𝚊 ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora