Amistades

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CAPITULO I

Narrador: Angel

Era mi primer día en la escuela, por algo personal fuí desde hace unos días antes como debía serlo. Sentí la mirada de todos posarse a mi cuando estuve al centro del salón, casi una mirada de indiferencia por ser el nuevo. Mi ceño se frunció cuando una alta figura pálida me detuvo a mi medio camino, sus ojos oscuros se posaron hacia mí, fue casi incrédula, pero fue solo en pocos segundos, porque luego solo me dejó pasar de mala gana. Pasé a mi nuevo lugar, sentía que no encajaba en este grupo, y además creía que ya había conseguido un enemigo. Quise concentrarme pero me distraía una risa egocéntrica pero a la vez algo tonta a lado mío, no dejaba de escucharla lo cual seguí la mirada hasta esas carcajadas, notando al mismo niño extraño, tenia su piel pálida, cuando sonreía sus comisuras se marcaban al igual que su mandíbula, su cabello negro brillaba bajo el rayo de luz del foco arriba suyo—Pinche castroso—Insulté en voz baja, creí que no se había escuchado pero el de ojos cafés oscuros me volteó a ver—¿Qué dijiste pendejo?—Me contestó a la defensiva. Se fue creando una pequeña pelea, su voz era asquerosa.

Pasaron días. Caminaba por la escuela, se escuchaba de fondo una canción, pues siempre ponían uno en vez de un timbre normal. Después, una chica interrumpió mis pensamientos, era algo baja, tenía lentes morados y una pequeña sonrisa.
Me da risa tu cabello—Fueron sus primeras palabras dirigidas a mí mientras apuntaba con su pequeña mano hacia mi aplastado cabello castaño claro, tenía que admitirlo, era raro. —¿Mi cabello? ¿Porqué?
Me hice el tonto mientras sonreía. —¿Cómo te llamas?
Pregunté, tenía cara de Iara. —Melanie— Cuando escuché su voz, mis ojos brillaron un poco, pude sentirlo, y eso es inexplicable. Está era una de mis oportunidades para hacer amigos, lo cuál dije lo primero que tuve en la cabeza.—¿Y si nos la pinteamos?—Pregunté con una sonrisa, ella me la devolvió y aceptó. Nos fuimos a las canchas, nos profundizamos un poco hasta llegar al fondo, para así estar en unas bancas dónde había sombra y se veía despejado de gente. Platicamos y ella...me daba una agradable confianza.

Pasaron días y Melanie me presentó a su círculo social. Comenzó por Benjamin su novio, era algo bajo al igual que ella, pero más, tenían una gran personalidad y su cabello era algo quebrado y güero natural, tenían razones para ser novios, aunque pude sentir algo de celos. Luego, fue con otros más, hasta llegar con Debora, sus ojos son cafes oscuros, es muy sonriente y tiene cabello corto castaño oscuro.—Ella es Debora mi amiga—. Dijo Mely, Debora solo sonrió y agitó su mano en un gesto amistoso, antes de ver mi cabello y terminar riendo.—Que pedo con tu cabello jaja—Rió. Le seguí el cuento y reí después, me iba a caer bien, eso espero.

Español. La maestra hablaba y hablaba y seguía sin entender, y para mi maldita suerte me tocó estar frente al pelinegro egocéntrico, sentía que no podía estar peor. Pensaba en solo poder llegar a mi casa y ponerme a fumar o tocar guitarra, pero sentí unos suaves dedos delgados en mi brazo izquierdo, así que voltee a ver hasta encontrarme con una chica morenita con una sonrisa disfrada por el cubrebocas.—¡Hola, soy Yuliana! Si quieres, te ayudo y te muestro cada salón, puedo serte de ayuda aunque hablé mucho—Ella se rió de su propio chiste, le devolví la sonrisa y agradecí, quedamos con más tarde en el receso.

La música se escuchó, era "Ojos Marrones-Lasso" una muy buena canción, me traía recuerdos a mi ex novia, pero siento que mejor no debería pensar en eso. Me levanté y guardé mis cosas, miré hacia Yuliana pero ella se había ido con Mely y los demás, aunque trate de no darle interés, al voltear detrás mío, pude notar al pelinegro solo, creí que se juntaria con su amigo alto de cabello quebrado, pero no estaba, lo cual se veía algo solo. Sentí lastima, me acerque y trate de darle plática, aún a los riesgos a perder dignidad. —Ey...¿Porqué tan solo?— Pregunté y le regale una pequeña sonrisa forzada, pude ver cómo giraba sus ojos en fastidió. —No es tu pedo— Gruñó mientras sus ceño se fruncía, me miró por un momento, pero desvío la mirada hacia sus manos, guardaba sus cosas. —¿Alguna mujer?— Agregué con una sonrisa, pero el solo volvió a hablar de mala gana.—Todas están de la verga—Las insultó, le di la razón y de alguna manera los dos reímos. Su risa era algo especial, sus comisuras se marcaban a cada suave carcajadas que el soltaba, sus ojos se entrecerraban para poder disfrutar de cada reír suyo, era...lindo.—No pregunté tu nombre— Le sonreí, el me vió, sus ojos brillaron por el rayo de sol suave que acariciaba su piel pálida que venía por la ventana. —✨ César✨— sonrió. Pude sentir un poco de calentamiento en mis mejillas, pero traté de ignorarlo.

Se llamaba.... César.....

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Créditos:

Música:

Ojos Marrones-Lasso

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⏰ Última actualización: Oct 19 ⏰

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Metamorfosis del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora