Capítulo 5: El Despertar del Minotauro

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El campo de entrenamiento estaba en silencio tras la victoria de Mateo y su grupo. Sin embargo, la calma fue interrumpida por un temblor en el suelo. Los estudiantes comenzaron a murmurar, mirando a su alrededor, sintiendo que algo no estaba bien.

—“¿Qué fue eso?” preguntó Lira, con una pizca de preocupación en su voz.

Mateo, aún sintiendo la adrenalina de la batalla, frunció el ceño.

—“No lo sé, pero no parece normal,” respondió, mirando hacia el horizonte.

De repente, un rugido profundo resonó en el aire, y una sombra gigantesca se proyectó sobre ellos. Los estudiantes comenzaron a retroceder, y todos los ojos se dirigieron hacia la figura imponente que emergía de entre los árboles.

—“¡Es un Minotauro!” gritó Matías, su rostro pálido.

La criatura, con cuernos afilados y músculos fornidos, avanzó hacia el grupo, su mirada fija en Mateo y sus amigos. Una mezcla de asombro y terror llenó el aire.

—“No debería estar aquí. Este es un campo de entrenamiento,” murmuró un estudiante cercano.

Mateo sintió que su corazón se aceleraba. Sabía que tendrían que actuar rápido.

—“Debemos unir fuerzas de nuevo,” dijo, intentando mantener la calma. “No podemos dejar que nos venza.”

Lira asintió, decidida:

—“¡Tenemos que trabajar juntos! Si lo enfrentamos como un equipo, tenemos una oportunidad.”

Matías miró a Mateo, con determinación en sus ojos:

—“Mateo, ¿qué planeas hacer? Tu poder es increíble, pero no sabemos si podemos vencer a un Minotauro.”

Mateo respiró hondo. Sabía que su afinidad con todos los elementos podría ser la clave.

—“Voy a intentar usar mis habilidades para contenerlo. Necesito que ambos me apoyen con sus elementos,” explicó.

El Minotauro rugió nuevamente, sacudiendo el suelo y haciendo temblar a los estudiantes a su alrededor.

—“¡Ahora!” gritó Mateo. “Lira, controla el agua para ralentizarlo. Matías, usa el viento para desviar su carga.”

Los tres se posicionaron. Lira cerró los ojos, concentrándose, mientras el agua comenzaba a elevarse y a tomar forma.

—“¡Detente ahí!” exclamó, mientras el agua se alzaba a su alrededor.

Matías, viendo la oportunidad, levantó sus manos y conjuró una ráfaga de viento.

—“¡Ahora, Mateo! ¡Hazlo!” gritó.

Mateo cerró los ojos, sintiendo el maná fluir dentro de él. Con un poderoso grito, invocó fuego y tierra, creando una barrera de llamas y rocas que rodeó al Minotauro.

—“¡No dejen que se acerque!” advirtió Mateo, mientras la criatura intentaba romper la barrera. La combinación de agua, viento, fuego y tierra parecía estar funcionando, pero el Minotauro era fuerte y persistente.

—“¡No se detengan!” exclamó Lira, mientras el agua se unía a la barrera de fuego.

El Minotauro, furioso, embestía contra la barrera, pero Mateo sintió que su poder se intensificaba con cada golpe.

—“¡Juntos, ahora!” gritó Matías, mientras lanzaba un torbellino hacia el Minotauro.

La criatura, desorientada por el viento y el agua, se tambaleó, y Mateo vio su oportunidad.

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