Capítulo 2: Ver a lady Velaryon

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Capítulo 2: Ver a lady Velaryon.

“Tan hermosa que puede inducir a la gente a pecar”.

La guerra llegó hasta este lado del río, de por sí siempre supo que irían a una batalla sangrienta lo cual no la emocionó en lo más mínimo, «¿un rey o una reina?», poco y nada le importa a Lillyane Botley, ellos son nacidos del hierro, los reyes y Lores de Westeros pueden pelear cuánto quitan entre sí.

Recuerda con resentimiento al líder de las islas, Dalton Greyjoy quien se declaró para esa supuesta princesa, ello desencadenó la masacre a luz Solitaria por parte de los lysenos.

Desde pequeña escuchó como su padre discutía con otros señores de las islas, siempre había un tema en común: El odio hacia la serpiente marina Corlys Velaryon, el repudio a la triarquía y la burla a la patética debilidad del rey Viserys Targaryen.

“No pudo tener hijos y nombro a su hija. Tuvo hijos y siguió nombrando a su hija, el desastre llegará para los siete reinos y nosotros atacaremos”, solían decir los ancianos entre risas y festejo en las celebraciones de Pyke, cuando los Greyjoy invitaban a sus aliados a cenar en honor a cualquier cosa, ellos aman beber y luchar, ni siquiera necesitan una excusa para hacerlo.

El señor de luz Solitaria tenía varios hijos, muchas más hijas, pero la favorita fue la menor de todas, una niña la cual todos decían: “tiene el rostro de su padre”, no supo si era halagada o insultada, pero para ella quien admiró mucho al señor de la isla le encantó la comparación.

Así había crecido, llena de admiración por su progenitor y cariño hacia su madre, aunque ella tenía muchos asuntos que atender pues su padre tendía a dejarle las responsabilidades de la isla, Lord Botley disfrutaba más de salir en su barco y tener peleas, llevar a sus hijos varones con él y obsequiarles joyas a sus hijas.

La señora de luz Solitaria llevó el apellido Greyjoy con orgullo, prima menor del nuevo líder de los hombres ahogados, aunque no tenga una relación tan estrecha nunca fue insultada y poseía una gran influencia dentro del consejo de sal.

Lilly a veces, en las noches mientras se acomoda en la paja mientras intenta no hacer ruido para no alterar a los caballos, recuerda a su madre y su padre, sus varios hermanos de los cuales desconoce su paradero, vio algunos cuerpos aquel día regados por el barro, pero no se atrevió a acercarse, solo se había quedado agachada sujetando sus piernas y llorando hasta que los comerciantes la encontraron.

Las ratas se habían acercado para despejar de las únicas cosas de valor que había dejado los lysenos, algunos artefactos que olvidaron robar, también se llevaron a los niños sobrevivientes y ejecutaron a los heridos para que no hablen de lo ocurrido por si llegasen a vivir.

Nada puede ser cambiado, un día es la niña mimada de su castillo y los de su amando padre, al otro solo un escudero de nombre Godfred y tiene que ir por el agua al río o será golpeado con la tala de clavos.

Lilly se vistió y salió con su canasta, las heridas en su cara habían sanado bien y ya no se notaban, aunque la mala reputación la persigue como un recordatorio de sus fechorías.

—¿Lo sabes? —comentó un soldado a otro, ambos afilaron sus espadas.

—Sí, se dice que el guardián del norte envío dos mil norteños para defender la causa de la reina —le respondió el otro —. Pronto iremos al frente, espero que esos norteños nos dejen algo —sonrió el sujeto, es bien conocida la fama de aquellos hombres.

Todos debían ir al frente, los que puedan hacerlo, aunque teniendo a norteños ancianos luchando con valor no permitía que huyan de su deber, no hay excusa para no pelear.

¿Ir al frente? Su Sir irá al frente de la batalla, cuando lo supo solo pudo apreciar como el anciano quien decía haber estado en cien batallas temblaba.

«Jamás estuvo en una confrontación como esa en su vida», ni siquiera es tan bueno con la espada, siempre le echa la culpa a su avanzada edad.

Luego no lo vio por el resto del día, hasta que un enorme carruaje llegó al campamento y con ello el comandante encargado de la tropa abrió paso para darle la bienvenida a una persona la cual bajó con elegancia, es una mujer joven de no más de quince años.

Piel de bronce y rizos de plata, con unas gemas violetas en sus orbes las cuales atraviesan el corazón de quien la vea.

¿Quién es ella? Su vestido con pedrería desentona con el paisaje de mendigos y convalecientes por la guerra, Lillyane la admiró escondida detrás de su caballero quien parecía asustado.
No había nada que ver, el comandante le dio una reverencia y la joven dama le devolvió un saludo cortés.

—¡Vuelvan a sus deberes! —fue la orden, Lillyane tomó la cubeta para ir por agua como de costumbre, en el camino escuchó varias cosas interesantes.

“Lady Velaryon, es sobrina de Lord Corlys Velaryon”, Lillyane entonces sonrió con desprecio, ¿Velaryon? Recuerda ese nombre, fue muy mencionado en su casa paterna, si no mal recuerda hay una cierta disputa entre los Velaryon y las islas de hierro, al conflicto se les unen las flotas triarquicas: Myr, Tyrosh y Lys, en su mayoría son estos últimos.

Eso no importa, todos son viejos enemigos, mientras tenga la fachada de escudero sin nombre puede andar deambulando entre estos hombres a los desprecia, si ellos se llegasen a enterar que tienen a un familiar de la siempre molesta casa Botley escondido entre ellos... será un desastre, posiblemente la cuelguen al instante, esos hombres le harán mil perversidades a su cadáver. Los ribereños odian a los isleños, tienen una larga historia de conflicto entre sus pueblos, el principal se debe a su fe.

En fin, lady Velaryon se veía de buen porte y con una más espléndida reputación, nunca pudo imaginar que solo unos días más tarde el escudero Godfred sería azotado hasta casi la muerte por orden de aquella noble dama.

A veces los peores corazones están escondidos en los cuerpos más lindos, esas sonrisas están podridas por dentro.






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Se viene evento traumático para Lillyane, sí, no me bastó con que le mataran a toda la familia. Además, tiene que tener un impulso para quitarle el prometido a lady Velaryon.

Sí, está es una historia de venganza, la noble dama aparenta ser un digna pero quiere al Lord del norte por conveniencia. Una joven de noble casa de las islas de hierro fue azotada por culpa de la dama Velaryon, ahora le quitará la atención del hombre a quien eligió cual semental, ¿hay mejor venganza contra una mujer?

El escudero de Lord Stark (Cregan Stark) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora