Cap. 26

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Luego de una cena agradable llena de conversaciones animadas, risas y recuerdos compartidos, Marinette y Adrien regresaron al edificio. Cada uno llegó en su auto y, poco después, se encontraron en el ascensor.
Las puertas se cerraban lentamente frente a ellos dejándolos a solas.

— Fue una cena agradable —comentó Adrien, su voz resonando con un tono relajado mientras ambos se acomodaban en el pequeño espacio del ascensor.

— Sí, lo fue —respondió Marinette, su sonrisa aún brillando mientras miraba las luces del panel del elevador.

— ¿Por qué no salimos más seguido? —preguntó Adrien, girando ligeramente hacia Marinette, su mirada fija en ella con un toque de curiosidad.

— No lo sé, supongo que por la falta de tiempo libre —respondió Marinette, con un suspiro ligero mientras observaba las puertas metálicas

— Siempre podemos buscar un tiempo para vernos —dijo Adrien, su tono más cálido y decidido, mientras daba un paso más cerca de Marinette.

— ¿A ti te gusta pasar tiempo conmigo? —preguntó Marinette, sorprendida, su mirada capturando la intensidad de los ojos de Adrien.

— Mucho. Disfruto de tu compañía —dijo él, con una sinceridad palpable en su voz, mientras se acercaba aún más, dejándola atrapada entre la pared del ascensor y él. La cercanía hacía que sus respiraciones se mezclaran— Me encantaría pasar la mayor parte de mi tiempo contigo

Adrien se acercaba despacio, cada movimiento aumentaba la tensión en el aire. La distancia entre ellos se hizo mínima, y las miradas conectadas se cargaron de una promesa no dicha. Marinette no podía pronunciar palabra alguna, su corazón latía aceleradamente y el calor subía a sus mejillas con intensidad.

— Creo que yo... —dijo Adrien, su voz bajando a un susurro mientras su rostro se acercaba aún más

La respiración de Marinette empezaba a volverse irregular, aunque quería moverse, simplemente no podía, estaba hipnotizada con la intensidad de los ojos de Adrien.

El se acercaba cada vez un poco más, la distancia era casi nula, pero en el momento crucial, Marinette reaccionó y movió la cabeza ligeramente. Los labios de Adrien rozaron su mejilla en un toque breve pero cargado de intención. Justo en ese instante, las puertas del ascensor se abrieron con un sonido metálico que interrumpió la tensión palpable.

Adrien se apartó y Marinette salió apresuradamente del ascensor, sus pasos resonando en el pasillo mientras se dirigía hacia su apartamento. Su corazón latía con fuerza, y el eco de sus pensamientos luchaba por encontrar claridad. Adrien la observaba, mientras avanzaba hacia ella.

— Marinette, espera —dijo Adrien, su voz llena de preocupación mientras caminaba rápido para alcanzarla. Sus ojos buscaban desesperadamente una explicación.

— Adrien... debo irme —respondió Marinette, tratando de mantener la calma a pesar del torbellino emocional que la envolvía.

— Marinette, ¿por qué no quieres aceptar esto que hay entre nosotros? Tú me gustas mucho, y sé que no te soy indiferente, aunque intentes aparentar que sí.

— Adrien... yo... no soy quien tú crees...

— Explícame eso. ¿Por qué no eres quien yo creo? Para mí eres una mujer hermosa, exitosa y capaz de alcanzar todo lo que se propone. Eres perfecta. Te am...

— Adrien... aún no, por favor, dame un poco más de tiempo. Necesito aclarar mis pensamientos —dijo Marinette colocando sus dedos en los labios de Adrien evitando que siguiera hablando. La voz de Marinette era ligeramente temblorosa

𝐄𝐧𝐭𝐫𝐞 𝐥𝐚 𝐯𝐞𝐧𝐠𝐚𝐧𝐳𝐚 𝐲 𝐞𝐥 𝐚𝐦𝐨𝐫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora