Epílogo

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Siete años habían pasado y Christopher Jauregui Cabello su primer hijo de 6 años de edad, llevaba de la mano a su pequeña hermana Michelle Jauregui Cabello de 4 años a dar un paseo en caballo por la hermosa villa en la isla de Newport. Camila a lo lejos los observaba y dibujaba ese hermoso paisaje que tantas veces había recorrido en compañía de Lauren.

Su vida no podía ser mejor, su madre había mejorado considerablemente una vez que Lauren se hizo cargo de sus tratamientos médicos y constantemente las visitaba para ver a sus queridos nietos.

De Austin, no había escuchado nada de él hacia un par de años y lo último que supo fue que estaba en lo que él solía llamar lo más bajo de las calles en New York, así es, la vida se había encargado de llevarlo a donde una vez tuvo a Lauren solo que este no tenía ni la fuerza, ni la audacia que caracterizaban a la Jauregui para que él lograra salir de ahí.

Por otra parte Lauren cambio totalmente desde el nacimiento de su pequeño Christopher, tal y como lo había prometido aprendió a amar y a dejarse ser amada, daría todo por Camila y su pequeño, pero la vida no tardaría en darle otra razón para que esta se desviviera aun más de ser posible por su familia.

El nacimiento de la pequeña Michelle había sido complicado y todo un reto para Camila, una vez salió del hospital y de vuelta en casa con sus dos pequeños, Lauren la tomo en brazos y le juro que la amaba más que a nada en el mundo, que la protegería y velaría por el bien de su hogar y su familia, así fue como logro cerrar por fin el ciclo de abandono por parte de su padre.

De eso ya hacía 4 años maravillosos en los cuales Lauren se había dedicado por completo a ella y sus pequeños. Camila perdida en sus recuerdos no se dio cuenta de cuando unos brazos la rodearon por la cintura hasta que unos labios le susurraron levemente un <Te amo> el cual le causo un leve sonrojo pues aun no se acostumbraba a esas muestras improvisadas de cariño por parte de Lauren.

Se giro para quedar de frente a ella y posar sus brazos alrededor de su cuello e inmediatamente regalarle un dulce beso.

–¿Qué voy hacer contigo? ¬–Lauren recordó que esa pregunta se la había hecho ella misma hacia unos años. Camila había pegado sus frentes y sus miradas se contemplaban como no queriendo esconder nada.

–Pues amarme –Le dijo Lauren al tomarla en brazos y llevarla dentro cual novia en luna de miel –. ¡Te amo! – le exclamo a todo pulmón antes de robarle un beso travieso de esos delicados labios.

–Lauren… –le dijo con un poderoso sentimiento creciente de pasión – hazme tuya –le pidió en un arranque de lujuria mientras no dejaba de besarla.

Lauren beso sus labios tiernamente, para luego introducir su lengua en su boca y profundizar el beso. Camila gimió, pero respondió con deseo al beso, Lauren la deposito suavemente en la cama de su habitación y se posiciono a horcajadas encima de Camila y sus piernas rodearon la cintura de Lauren, pegando más sus cuerpos. Camila se desvivía en caricias a su bella espalda mientras Lauren pasaba una mano por su cintura y la otra en uno de sus pechos sin abandonar esos perfectos labios.

Cuando el oxigeno empezó a faltar y se separaron, Lauren con sus labios continuaron por su cuello, besándolo con gran deseo y pasión esto hacían que Camila gimiera de placer, lo que era música para los oídos de Lauren. Siguió bajando y llego al borde de su vestido blanco, que delineaba en un sensual escote sus pechos. Lauren lo tomo con los dientes y lo levanto ligeramente, lo que hizo que Camila se sonrojara aún más y la viera con ese deseo y fuego desatado que alguna vez tuvo Lauren en aquel primer encuentro.

Después de tantos años y ese fuego que las consumía no cedía, por el contrario, en cada ocasión crecía mas y mas a cada rose de sus pieles, labios y encuentros de sus miradas.

LA VENDETTA E L'AMOREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora