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Algún lado de Italia - Véneto

El hambiente era agradable para los que estaban presentes pero no tanto para una persona pacífica y enemigo de la vida violenta.

Sobre la inmensa mesa de madera había algunas armas de fuego lo suficientemente discretas para no llamar la atención si están bien ocultas pero lo suficientemente letales para que la vida de cualquier persona valga una bala. En la misma mesa había vasos de vidrio con whiskey, vodka y otras bebidas capaces de hacer que hasta el más cuerdo sea traicionado por su mente.

Al rededor de ella, varios de hombres celebrando victorias a base de malos hábitos y algunos otros discutiendo sobre disputas que salían en el momento de euforia. En el centro, y al frente, se encontraba un hombre viejo aunque no lo suficientemente para tener problemas que atentaran contra su vida, hablando de salud claro. Este hombre se mantenía en silencio, parecía estar absorto de su realidad, hundido en sus propios pensamientos y concentrando en sus propios compromisos.

Entre esos pensamientos se presentó un pendiente de hace ya varios años. Un acuerdo entre viejos amigos que, según sus cálculos precisos, ya era hora de cobrar y ejecutar ese acuerdo. Sus ojos del mismo color que la aceituna en su bebida buscaron a su más fiel empleado encontrándolo unos lugares alejado de él. Levanto dos de sus dedos y en cuanto se aseguro de que aquel hombre noto su mirada sobre él lo llamó moviendo los de tal manera en que se entendiera el mensaje. Nada lento se levantó de su asiento y se acercó a su jefe listo para recibir la primera tarea del día poniéndose de pie a su lado.

— ¿Recuerdas a Bradley? — preguntó — de hace unos 50 años más o menos.

— Si lo recuerdo bien y creo que es de más tiempo.

— Lo que sea, según recuerdo creo que ya es momento de hablar con él algunas cosas.

— Señor el murió

— ¿Murió? — preguntó en un tono alto debido a lo sorprendido — ¿Y de que murió ese vecchio bastardo

— No tengo idea, pero si tuviera que adivinar creo que lo más acertado es que lo mataron. Hablamos de un hombre problemático con más enemigos que amigos.

— Bueno, muerto o no, aún debe saldar su deuda. Para estos momentos ya debería tener un... Bisnieto ¿No? Hay que investigar eso.

— ¿Por qué le interesa? — preguntó confundido

— Es parte de un acuerdo, investigarlo de inmediato ¿Quieres?

— Si señor

Veloce! No tengo todo el día Inutile

El chico se fue a toda prisa de ahí dejando al hombre solo con su bebida y la compañía de los seguidores de su trabajo.

Mientras tanto en casa Goof Cremanata

— ¡Y aquí están! dos hot cakes para cada uno.

El castaño sirvió sobre los platos el desayuno para su esposo e hija, hot cakes como ya había mencionado.

— ¿Por qué tan pocos? — preguntó Max confundido

— El abuelo me da como diez — comento la pequeña Adele

— Demasiados puede hacer que te duela el estómago, estos son más que suficientes. Además, son deliciosos con la fruta fresca que pique y la mermelada de guayaba baja en azúcares.

¡Si, acepto! ~ Maxley 2do libro - Cafeypanconazucar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora