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Mark estaba en su habitación, la luz del atardecer se filtraba a través de las cortinas, creando un ambiente cálido y acogedor, pero no podía disfrutar de la tranquilidad. Su mente estaba en un torbellino. Se paseaba de un lado a otro, nervioso y agitado, mientras sostenía en sus manos una pequeña caja de terciopelo. Dentro de ella, el anillo que había elegido con tanto cuidado para Haechan brillaba a la luz, como un recordatorio constante de la decisión que estaba a punto de tomar.

-¡Mark! -llamó Jeno desde el pasillo, seguido por los pasos apresurados de Jaemin. Ambos entraron sin esperar respuesta, notando inmediatamente la tensión que impregnaba la habitación.

-¿Qué está pasando aquí? -preguntó Jaemin, su mirada rápida recorriendo el espacio desordenado, lleno de ropa y bocetos esparcidos. Mark se detuvo y dejó caer los hombros, sintiendo que su nerviosismo era palpable.

-Estoy... -Mark titubeó-, estoy pensando en proponerle matrimonio a Haechan.

Jeno y Jaemin intercambiaron miradas, y una sonrisa se dibujó en el rostro de Jeno. -Eso es genial, Mark. Pero parece que no estás muy seguro, ¿verdad?

-Es que... -suspiró Mark, dejando escapar un poco de la tensión que sentía-, tengo miedo de que no sea el momento adecuado. ¿Y si no le gusta el anillo? ¿Y si no está listo para esto?

Jaemin se acercó, colocando una mano en el hombro de Mark. -Escucha, esto es algo importante, pero no tienes que sobrepensarlo tanto. Haechan te ama, y sabes que está dispuesto a compartir su vida contigo.

Mark asintió, pero su mente seguía dando vueltas. -Lo sé, pero... ¿y si le asusto? Este es un gran paso, y no quiero que se sienta presionado.

-Es normal estar nervioso -dijo Jeno, levantando la mano como si estuviera haciendo un juramento-. Pero piénsalo de esta manera: si no das el paso, podrías arrepentirte más tarde. La vida es demasiado corta para dejar que los miedos te controlen.

Mark se detuvo y miró a Jeno. Las palabras de su amigo resonaban con él. Se dio cuenta de que, aunque su mente estaba lleno de dudas, su corazón sabía que Haechan era la persona con la que quería pasar el resto de su vida.

-Tienes razón. Pero aún necesito calmarme. -Mark se dejó caer sobre la cama, mirando hacia el techo-. ¿Cómo puedo hacerlo?

Jaemin y Jeno se miraron nuevamente, esta vez con una chispa de complicidad en sus ojos. -No hay otra opción, Mark -dijo Jeno, mientras comenzaba a moverse por la habitación. -¡Vamos a distraerte!

-¿Distraerme? ¿Cómo? -preguntó Mark, algo confundido.

-Simple, ¡vamos a hacer un poco de ruido! -exclamó Jaemin, saltando hacia la estantería de Mark y comenzando a sacar los libros. -Necesitamos un poco de música, ¿no?

En un abrir y cerrar de ojos, los tres estaban buscando canciones en el teléfono de Mark. Jeno, al ver que Mark se resistía a levantarse, decidió que necesitaba un enfoque más directo. Corrió hacia él y lo arrastró de la cama, sacudiéndolo un poco.

-¡Vamos, no puedes quedarte aquí sentadote como si estuvieras a punto de enfrentar un dragón! Esto es solo una propuesta.

Mark no pudo evitar reírse. La energía de sus amigos era contagiosa, y poco a poco, el nerviosismo comenzó a disiparse. Se unió a ellos mientras elegían algunas de sus canciones favoritas y comenzaban a bailar, descontroladamente, en medio de la habitación.

-¿Ves? Así es como se hacen las cosas. Un poco de diversión y todo estará bien -dijo Jaemin, mientras se movía al ritmo de la música.

Mark se sintió más relajado, pero todavía había un pequeño nudo en su estómago. Aun así, se dio cuenta de que tenía que hacer esto. A pesar de la locura que lo rodeaba, el amor que sentía por Haechan era más fuerte que cualquier temor.

𝘌𝘯 𝘰𝘵𝘳𝘢 𝘷𝘪𝘥𝘢 ... | 𝘔𝘢𝘳𝘬𝘩𝘺𝘶𝘤𝘬.  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora