8 • ∆Lila y rubio∆

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"Tu mamá cocina delicioso." Comentó Luke sobándose el estómago satisfecho.

"Sí, adoro su comida." Dijo Michael de rodillas junto a la cama donde se encontraba Luke acostado.

El celular del rubio sonó interrumpiendo la tranquilidad entre ambos.

"¿Mamá?" dijo Luke sentándose.

"¿Dónde estás?"

"En casa de Michael."

"¿Quién es Michael?"

"Mi...

Novio. Mejor amigo. Amigo. Desconocido enamorado.

"Es el chico de cabello lila del otro día."

"Luke, ¿es tu novio?"

A la mierda. ¿Cómo se le ocurre tan siquiera pensarlo?

"No mamá, él es...sólo un amigo." Se ruborizó nervioso.

"Tenemos que hablar Luke. Te quiero en diez aquí."

Y colgó.

Luke suspiró pesadamente, su madrastra era algo seria.

"¿Sucede algo malo?" preguntó el teñido preocupado.

"Nada realmente, mi mamá... Ella no sabe que soy...ya sabes..." dijo murmurando la última frase. "¿Tu madre ya?"

Wow, Michael recordaba perfectamente el día en el que decidió enfrentarse a su madre con la frase "Mamá, soy gay." Patéticamente había visto muchos blogs sobre cómo enfrentarse a esa situación.

"Sí." Respondió con toda naturalidad visible.

Luke lo miró sorprendido.

¿Cómo es que pudo?

"¿Y...qué te hizo?"

Michael rio ante el gesto de Luke.

"¿Qué esperabas que hiciera? No podía matarme, o pegarme. Sólo lo aceptó, creo que ya se lo esperaba."

Luke se miró las manos preocupado, ¿cómo haría para enfrentarse a su madre? Él no podía solo. Su padre tan orgulloso de que su hermanastro sea un patán de primera, que se acuesta con chicas fáciles y presume su hombría. Su madre diciendo que sus hijos serían demasiado adorables si eran rubios como él. Y ni nombrar a su hermanastro.

Vaya ilusiones de la familia Hemmings, todo para que Luke con una frase las mandara directo a la mierda.

No puedo, me mataran si tan sólo nombro el tema. Seguramente mi padre me sacará del equipo de basketball, mi hermano no volverá a dirigirme la palabra y mi madre estará avergonzada de tener a un hijo como yo. Porque eso son, tan falsos que sólo les interesa el provecho que pueden sacar de mí. Malditos egoístas.

"Michael, te agradezco todo lo que hiciste por mí, fue muy amable de tu parte haberme dejado venir a tu casa." Luke se levantó y colocó su mochila en su espalda, en verdad no quería irse, aunque Michael y él no estuvieran haciendo de mucho, se la pasaba bien con tan sólo estar a su lado.
Le entretenía el simple hecho de oírlo respirar; haciéndole saber que no estaba solo, que alguien lo entendía.

"¿Quieres que te acompañe a tu casa?" le dijo Michael tomando una sudadera para acto seguido ponérsela.

Estaría perfecto. No Luke, no seas abusivo.

"Gracias pero no hace falta, en verdad, puedo regresar solo." lo miró.

"No será ninguna molestia Luke, en serio." insistió el teñido, tratando de ocultar sus ganas de acompañar al rubio.

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