3. Calma

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Ivankov decidió que era suficiente de toda esta locura. El rey Okama corrió hacía Sabor y uso sus hormonas para darle adrenalina y hacerlo despertar, solo un miembro de la familia Monkey D. sería capaz de ser escuchado si saben que está vivo, ¿no es así?

– Discúlpame, chica, pero no hay tiempo de pedir consentimiento o algo por el estilo, necesitamos a este rubio despierto ahora mismo. - dijo Ivankov, preparando sus largas uñas para inyectar hormonas al revolucionario para despertarlo.

– Sí. - asintió con la cabeza, dándole permiso al rey Okama para hacer su "magia" mientras Bon Clay estaba en la misma labor que más de la mitad de los sombreros de paja, siendo lanzado al igual que los mugiwaras una y otra vez.

– ¡Ah! - soltó un grito entrecortado en lo que se sentaba en el suelo, despertando de golpe de su desmayo, solo para ver el caos que había causado la presencia de puño de fuego, sin embargo, de inmediato Sabo supo lo que tenía que hacer, y se levantó del suelo para lanzarse y abrazar a su hermano pequeño por la espalda. – ¡Luffy! Tranquilo. Estás lastimando a tus amigos, estás lastimando a tu familia sin siquiera darte cuenta. Para un momento y analiza tu alrededor, porfavor. - decía firmemente, le sonaba un poco cursi decir esas cosas mientras trataba de detener a su hermano, pero al final... ¿qué importaba? Él era su hermano menor, su adorable rayito de sol brillante y feliz que no sabía mentir u ocultar cosas. Luffy no merecía pasar por cosas así, independientemente de si el Ace que veían era real o no, Sabo quería que pudieran disfrutar de este reencuentro en familia, no todo lo contrario.

– ¡Luffy! - lo abrazo puño de fuego, aprovechando que finalmente se quedaba quieto procesando las palabras de Sabo; quien creía muerto desde hace muchos era su ayudante, era imposible que ellos dos juntos no fueran capaces de detener la ira del gomoso. Y efectivamente así fue... Luffy salió de su trance y se dejó caer en los brazos de sus hermanos, Garp estaba apunto de golpear la espalda de Ace porque se había atravesado y no alcanzaba a detenerse, pero por suerte del guión, un muerto más había aparecido:

Quién anteriormente era conocido como el hombre más fuerte del mundo. Barba Blanca uso su fuerte puño para chocarlo contra el de Garp en una batalla de hakis del conquistador donde ninguno fue el ganador.

– ¡Tú y tu familia siempre causan demasiados desastres, Garp! - maldijo Sengoku en queja antes de tirar a su antiguo al suelo, sin darle oportunidad a levantarse una vez más.

– ¡Garp deja de actuar como un idiota y mira a tu familia! Viejo estúpido. Todos están ahí, tú y Luffy son los únicos que decidieron agarrarse a golpes como locos sin razón. - regaño furiosa la mujer de pelo anaranjado; Dadan. Detrás de ella estaba la hermosa Makino de cabello y ojos verdes junto a un sorprendido Aokiji por la extraña situación.

– P-Porfavor, dejen de pelear ustedes dos, no quiero verlos más así. Haga las paces con Luffy, ¡se lo ruego, señor Garp! - pedía entre sollozos la peliverde, ver a sus conocidos tan empecinados en darse golpes tan brutales le daba la sensación de ver su propio corazón romperse en mil pedazos distintos. Era casi insoportable ver a esas dos personas que ella recordaba tan felices y contentas en el pasado convertidas a casi animales psicóticos envueltos en una capa de locura absoluta.

"Ugh... ya estoy demasiado viejo para esto." - Garp.

"Puedo sentirlos, no es como en mis sueños... yo... puedo sentir la calidez de Ace, él, ¿en serio está vivo en este momento?, ¿no estoy soñando otra vez...?" - Luffy.

"¡Al fin se detuvieron!" - todos a excepción de Sabo, Ace, Sengoku, Barba Blanca y Aokiji.

– ¿Ace...? - preguntó dudoso un vacío y adolorido Luffy, su sombrero adorado de paja estaba en el suelo desde el comienzo de la pelea con su abuelo.

– Sí, soy yo, bebé llorón que sigues siendo, ¿eh? No me vuelvas a asustar así, idiota. - habló aliviado, apretando más sus abrazo contra su hermano menor, escapándose le una que otra pequeña lágrima salada que Sabo no tardo en notar.

– ¿Estás llorando, Ace? - preguntó burlón el rubio, quién tampoco despegaba su abrazo de Luffy, sin desperdiciar la oportunidad de hacerle chistes a su hermano que tanto había extrañado, sin importar que él mismo estuviera en ese estado.

– Oh. Cállate, Sabo. Ustedes dos tienen muchas cosas que explicarme después de que nos calmemos todos y este enano sea capaz de hablar. - respondió a regañadientes, Nami se acercaba a recoger el sombrero de su capitán y acompañada de los demás, no se aguantaron las ganas de ir donde estaban los tres hermanos jurados para abrazar a su capitán también. Dándole el consuelo que no le pudieron dar hace dos años, y Jimbe recordando con amargura el estado en que la guerra dejó a todos en Marine Ford.

– ¡Luffy! - llamaron el trío miedoso junto a Franky y Brook mientras lloraban a mares abrazados.

– Luffy... - la voz de Robin estaba notablemente desalentada y apagada, así confirmando las sospechas de la arqueóloga sobre todo lo que sufrió su salvador hace tiempo, la culpa era un sentimiento que ella no deseaba sentir y que acallaba con aquel abrazo al que se unió.

– ¡Yo también quiero abrazar a Mugi-chan! - habló escandaloso Bon Clay, pegando un salto de bailarina para llegar al sitio más magullado que cuando llegó en un principio y, abrazar a su querido amigo con un mar cayendo por sus mejillas constantemente.

– Mi esposo necesita de mi amor. - dictaminó Hancock. También uniéndose al gigante abrazo a un desorientado y moribundo Monkey D. Luffy. Quién parecía incapaz de hablar por más que lo intentaba.

"Esto es muy triste, ¡Luffy-sama!" - Shirahoshi.

"Lucy también necesita saber que yo lo apoyo, no importa que haya pasado antes, quiero que Lucy deje de estar tan devastado." - Rebecca.

"Nosotros seguimos siendo amigos, ¿no es así, Luffy? Porfavor acepta mi abrazo también." - Vivi.

– Su momento será muy lindo y todo, pero tenemos que llevarnos a Luffy. Chopper viene conmigo. - Law arruinado el momento, Kid de mala gana estaba alejando a todos de Luffy, Sabo y Ace no entendían que estaban haciendo, y miraron fijamente a esos dos capitanes de la peor generación con todo, menos con buenas intenciones.

– ¡¿Qué creen que están haciendo?! - preguntaron Sanji y Zoro, poniéndose a la defensiva una vez que quedaban pocas personas alrededor de Luffy; su capitán.

– Mira. No tenemos tiempo para esto, Mugiwara-boy está perdiendo demasiada sangre y sus heridas están en estado crítico, aquí hay médicos dispuestos a salvarle la vida, pero entre más demoremos en atenderlo, más riesgo tiene de perder la vida. - advirtió Ivankov preocupado, Chopper al escucharlo entendió de inmediato y se acercó a Law para ir con ellos.

– De ninguna manera te daremos a nuestro hermano-... - negaban necios los hermanos mayores del herido, pero fueron interrumpidos por el vicealmirante Garp justo a tiempo.

– No sean tercos, mocosos. Dejen que ellos lo salven, él no está bien y lo saben, si no quieren que la pase peor de lo que ya está, obedezcan a los especialistas y dejen que Luffy viva. - ordenó calmado, mirando al suelo con un chorro de sangre aún goteando de su puño no lastimado, recordándole que esa sangre no era suya, sino de su nieto más inquieto.

Continuará

(Nuevo capítulo, espero lo disfruten :D)

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