Único

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Max bottom, Checo top

Sexo sin mucha trama la verdad y adicción por los muslotes de Max y sus tetotas.






Sexo sin mucha trama la verdad y adicción por los muslotes de Max y sus tetotas

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Hoy es 16 de junio, día del padre, era un día común para la pareja ya que aún no tenían hijos, solo los dos gatitos de Max que Sergio consideraba también suyos.

El pecoso estaba jugando con su celular cuando notó la esbelta figura de Max en el marco de la puerta.

Mijn liefje — Sergio levantó la mirada encontrándose con Max de pie frente a él, usando unas medias blancas de encaje, una camisa suya que a Max le quedaba corta al ser un poco más alto y de complexión más robusta.

Su hermoso cabello castaño claro estaba decorado con un listón rojo hecho moño.

— Wow — dejó el celular en la mesita de centro —¿Y este hermoso regalo a que se debe,mi amor?

Max soltó una risita caminando a su dirección mientras movía de una manera muy seductora las caderas.

Se sentó a horcajadas sobre su novio y Sergio dejó ambas manos en el pomposo culo de Max.

Se acercó al oido de su novio — Feliz día, papi.

Ese apodo solo lo decía en el sexo o cuando quería algo, Max estaba muy mimado por Sergio.

Checo río bajito — Eres mi regalo, Maxie? — el rubio asintió empezando a mover las caderas encima de la entrepierna de su pareja.

— Papi, mereces un regalo en tu día — checo lo tomó de la nuca empezando un beso húmedo. Max gemía suavemente sin dejar de mover el culo encima de la ya muy palpable erección.

Metió las manos debajo de la camisa sintiendo el trasero desnudo de su novio, la piel de Max era muy suave y provocadora al tacto.

Max se separó de sus labios bajando los besos al cuello de Sergio, también aprovecho para desabrochar y bajar el pantalón junto a la ropa interior.

Tomó la dura erección masturbando con una mano, la otra mano quitó con agilidad la camisa de Sergio.

Gimió ronco al sentir la ágil mano de Max jugar con sus bolas — Eres una delicia, Maxie.

El rubio sonrió de lado. Se levantó del regazo y se arrodilló abriendo bien las piernas del castaño.

— Eso lo sé — le guiñó metiéndose esa dura verga a la boca, metió lo más que pudo. Sonrió al escuchar los gemidos de placer y las caderas empezar a follarle la boca.

— Amo tu dulce boquita, Maxie — unos cuantos empujes más sintió como en su vientre se formaba el orgasmo, fue en ese momento que separó a Max de él.

Daddy's Day 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora