Starboy [M.V]

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Estaba terminando de arreglarme en mi habitación de hotel para aprovechar las últimas horas que nos quedaban aquí. Mañana por la tarde, todo el equipo viajaría al próximo destino, así que debía estar lista.

Me apliqué un poco de rímel, rubor e iluminador, logrando el look que buscaba: glamuroso, pero con un aire de effortless chic.

Había estado en contacto con los chicos nuevos por mensajes, y nos reuniríamos los cuatro en la recepción para ir juntos al club, donde nos esperaban las chicas.

Mientras bajaba en el ascensor, decidí subir una historia a Instagram. Me veía bien y quería compartir con el mundo cómo me sentía.

22:30 pm

Cuando las puertas del ascensor se abrieron, me encontré en la recepción con los tres chicos. Franco, Kimi y Oliver estaban espectaculares, aunque sus rostros delataban un ligero nerviosismo por la salida.

—¡Hola, chicos! ¿Cómo están? —dije, acercándome con una sonrisa.

—¡Jess! Te ves increíble esta noche —exclamó Franco, tomando mi mano y haciéndome dar una vuelta completa para mostrar mi outfit—. Bendecidos nuestros ojos que te ven así de guapa.

—¡Ay, gracias, Franco! Ustedes también están guapísimos —respondí, sonriendo.

Les di un beso en cada mejilla a todos, disfrutando de su compañía.

—Te ves linda con ese atuendo —dijo Kimi.

—Sí, estás muy bonita hoy —añadió Oliver, sonrojándose un poco.

—¡Chicos, son unos lindos! Me van a hacer sonrojar —bromeé. —¿Listos para irnos?

—¡Sí! Yo manejo al club, pero luego otro tiene que hacerlo, ¿eh? —dijo Franco—. ¡Esta noche planeo rumbear como si estuviéramos en Argentina, che!

—Yo me encargo de la vuelta, no soy de tomar mucho —dijo Kimi.

—Deberíamos irnos ya, o las chicas se enojarán si llegamos tarde —comenté.

Avanzamos al parking, donde un trabajador del hotel le entregó las llaves a Franco. Me dirigía a subirme en la parte de atrás de la Range Rover cuando me detuvieron.

—Ven, Jess, sube adelante. Las damas al frente siempre —dijo Oliver, abriéndome la puerta, mientras los otros dos asentían.

—¡Qué caballeros! Me voy a acostumbrar a que me consientan, después no se quejen —bromee.

—No te preocupes, Jess. Eres nuestra amiga, y debemos tratarte bien —dijo Kimi con una sonrisa.

Una vez dentro del auto, partimos hacia el club, cantando y bromeando. El ambiente era de pura fiesta, y la diferencia de edad apenas se notaba.