Capítulo 22

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Jungkook se marchó horas después y yo me quedé solo pensando en sus palabras.

Yacía en la camilla de ese hospital, mi corazón débil latiendo con esfuerzo. La habitación estaba en silencio, siendo interrumpido por el sonido de los monitores médicos. Mi padre entró sin hacer ruido, y por un momento, pensé que era una alucinación.

Su presencia me trajo recuerdos dolorosos, pero también una sensación de vacío.

— Jimin, hijo... — dijo, su voz llena de emoción.

Me giré hacia él, intentando ocultar mi dolor.

— ¿Qué quieres? — pregunté, mi voz débil pero con un toque de resentimiento.

Se sentó en la silla junto a la cama, su rostro lleno de arrepentimiento.

— Quiero hablar contigo sobre la operación, Jimin. Los médicos dicen que es la única forma de salvar tu vida — dijo, su voz llena de preocupación.

Me encogí de hombros, mi mirada apartada. Había decidido no someterme a la operación, dejar que mi corazón se apagará. Pero entonces Jungkook entró en mi vida estropeando mis planes hasta el punto de hacerme dudar al respecto.

— No lo sé... — mentí, sin mirarlo.

Mi padre me miró con intensidad.

— Jimin, hijo, no puedes rendirte. Tienes que luchar por tu vida — dijo, su voz llena de convicción.

Recordé los momentos difíciles de mi infancia, sus ataques de ira y la adicción al alcohol cada vez que golpeaba a mamá. Siempre supe que la razón del odio que mamá sentía por mi, era porque me parecía a él, porque le recordaba constantemente que era hijo de ese hombre que le causó tanto daño después de su despido.

Aunque nunca le hice nada, mamá me odiaba…

Culpe a mi padre por el odio sin sentido de mi madre hacia mí. Él siempre fue un gran padre, pero un mal esposo. Aún así, nunca pude perdonarlo por dejarme con mamá y sus constantes golpes e insultos después de que la abuela murió.

Papá se equivocó muchas veces en la vida, pero también intentó cambiar solo por mi y mamá, aunque ella jamás lo aceptó nuevamente y no la culpo.
Nunca podré ver a papá como ese gran héroe de antes, y eso es lo que más dolor me causa.

Pero ahora, veía el cambio en él, la recuperación y el deseo de rehacer nuestra relación.

— ¿Por qué debería? — pregunté, mi voz llena de dolor.

Se inclinó hacia adelante, su mirada suplicante.

— Porque te quiero, Jimin. Me arrepiento de mis errores pasados. Quiero ser un padre para ti, estar allí para ti — dijo, su voz quebrada.

Sentí un nudo en la garganta. Jungkook me había mostrado que valía la pena vivir. Y papá aunque fue un imbécil, me enseñó a que también vale la pena dar una segunda oportunidad.

— Te odio — susurré conteniendo mis lágrimas.

Él me sonrió con tristeza y asintió.

— Lo sé.

— Deseé que fueras tu en mi lugar, lo desee tantas veces.

— Lo sé hijo, lo sé — asintió nuevamente, está vez con su ojos bañados en lágrimas — Pero no lo hago por mí. Lo hago por ti. Quiero que tengas la oportunidad de vivir. Quiero que tengas la oportunidad de ser feliz.

Sus palabras me hicieron sonreír con extremo dolor.

— ¿Y qué? ¿Para qué? ¿Para que me recuerdes lo que perdí? ¿Para que me digas que eres mi padre, cuando no estuviste ahí para mí?

Él solo tomo mis manos.

Hurt me, Heal me Donde viven las historias. Descúbrelo ahora