Lisa se mantenía caminando en un mismo espacio mirando su celular de manera repentina. Esperaba un mensaje en especifico, Jungkook le había dicho que la exposición de obras no tardaría tanto y eran pasada la media noche. Esa angustia y ansiedad era nueva. No puede describirla, sin embargo era evidente que algo tuvo que haber pasado para que su esposo no cumpliera su palabra.
No tardo en atender la llamada cuando reconoció que la voz que hablaba no pertenecía a él.
—Hola Lisa, soy NamJoon. — aclaró.
— No se como decirte esto. — esas palabras alertaron a la rubia.
—¿Donde está mi esposo, quiero hablar con él?. — tenía cierto presentimiento de algo no estar del todo bien.
— Sé que prometimos que sería algo tranquilo, pero el evento se salió un poco de control y tengo a dos ebrios en mi carro. — NamJoon se disculpó.
Por lo general consideraba que el moreno era el mas sensato de ese duo. Pero al escucharlo solo puede aceptar el hecho. Ya es bastante tarde para obligar y exponer a los esposos de sus amigas.
— Intentaré llevar a Jungkook lo antes posible a su mansión pero yo tengo que llevar primero a Jimin, es el más cercano... — pero Lisa negó
— Están aún en la ciudad, ¿cierto?. — el hombre afirmó.
— Puedes llevar a Jungkook a mi antiguo departamento y quedarse allí. —
NamJoon sonrió de medio lado. —No tengo problema en ello, solo que la invitación será declinada. Rosé fue bastante clara en tener a Jimin en su hogar en menos de dos horas. — la pelinegra sonrió de medio lado. Era evidente que Rosé siempre fue y seguirá siendo igual de posesiva.
— Por la mañana mandaré a un chofer por él. — NamJoon aceptó y acató exactamente lo que la pelinegra solicitó.
Jungkook abrió los ojos lentamente sin saber exactamente en donde estaba, solo sabía que todo estaba oscuro y al parecer era el único en ese lugar. La fachada no le sorprendió. Todo parecía altamente elegante y costoso. Así que cuando cerró los ojos por el intenso dolor de cabeza volteó y se percató con la vista más hermosa que ha visto.
Bajar un poco la mirada le hizo notar una pequeña nota. Al parecer era la caligrafía de NamJoon donde la avisaba que su esposa habia solicitado dejarlo en su apartamento de ex soltera. Y tambien le felicitó porque a pesar de la horrible resaca que tenía habian logrado conseguir lo que necesitaban para acabar con el tramposo de Suho.
Las mascaras estaban fuera y nadie hubiera pensado que Liam tenía tan poca resistencia al alcohol. Quizás, por mero orgullo siguió la estrategía retando e hiriendo el orgullo contrario y la razón por la que perdió conciencia por un par de horas. Ahora tenía unas enormes ganas de vomitar y la boca totalmente amarga.
— Así que, es el lugar donde antes ella vivía. — tal vez por la mañana viera con más detalle el departamento. Ahora su búsqueda se centraba en localizar la cocina.
Bajando las escaleras, apoyándose de las paredes pudo notar que ese apartamento era bastante grande pues cuando creía haber encontrado el lugar entraba por otros cuartos.
Cuando finalmente logró conseguir agua y negándose a volver a subir examinó la decoración.
Una pintura en especifico captó su atención.
— La negación. — leyó la placa del título. La técnica parecía unica y no tenía duda de que fuera una pieza clásica exquisita. Sus manos viajaron al marco de la pintura y sin esperarlo, algo pareció activar un mecanismo de apertura que le hizo dar un paso atrás y mirar como la pared se abría y mostraba algo que lo dejó congelado.
— ¿Qué es esto?. — miró las fotos y las notas que estaban pegadas en una pizarra blanca. Parecía que allí en esa pared blanca estaba toda su historia.
Fotos suyas, de su madre y amigos cercanos. Lugares donde solía ir y básicamente todo. Un escalofrío recorrió su cuerpo.
— ¿Qué clase de persona es Lalisa?. — se preguntó mientras la sorpresa no cabía en su cuerpo. El alcohol en ese momento había desaparecido.
El motor de un auto rápidamente se escuchó abrirse espacio entre las solitarias calles, era casi la madrugada cuando estaba a punto de acostarse y recordó que en ese departamento tenía un secreto oculto. Una pared dedicada al historial de su esposo que quizás toda persona con sentido común podría asustarle.
— Maldición. — Lisa se mantenía a toda velocidad mientras conducía por sí misma su lujoso auto. Solo esperaba que Jungkook realmente estuviera durmiendo por el posible alcohol consumido o de lo contrario que no fuese tan curioso.
El botones reconoció a la señorita Manoban quien mantenía un rostro indescriptible. Le abrió la puerta y le dejó pasar. Al abrirse en el último piso todo el lugar estaba en penumbras hasta que llegó a la sección del comedor y pudo notar la indudable silueta de su marido a espalda. Parecía mirar a un punto fijo ajeno a su presencia.
—Jungkook. — le llamó captando la atención inmediata de él.
— Hola, mi amor. — le contestó y sonrió como siempre lo ha hecho.
Rápidamente la rodeo en brazos y besó sus labios.
— Parece que no estás tan intoxicado como NamJoon informó. — Lisa observó al pelinegro con ojos achicados.
— Nam siempre exagera. —
— ¿Has estado aquí todo el tiempo?. — Lisa quiso preguntar directamente pero no quería desatar las sospechas de su curioso marido.
— Acabo de despertar y vine por un poco de agua. — respondió mientras sus brazos la rodeaban por completo.
— ¿Por que pareces tan nerviosa?. — quiso bromear pero a la pelinegra no le ocasionó risa.
— Tienes que dormir, mañana mi abuelo te espera en la mansión. Aún no entiendo que es lo que quieres hablar con él. — Jeon negó sonriendo.
— Te diré en su momento, pero ahora solo quiero hablar algo importante con él. — Lisa no indagó más y solo aceptó las palabras del hombre.
Ambos caminaron hacia la habitación principal mientras la pelinegra miró de reojo la pared que ocultaba dicho secreto.
Pollos, ya llegamos a la parte interesante de esto. jajaja
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MONEY | LIZKOOK
FanfictionSolo un genio podría amar a una mujer como yo. Él es un genio.