🍼┊𝗢𝟰 ; 𝗡𝗢 𝗖𝗢𝗠𝗣𝗟𝗔𝗭𝗖𝗔𝗦 𝗦𝗨𝗦 𝗖𝗔𝗣𝗥𝗜𝗖𝗛𝗢𝗦┊🍼

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Primer mes de gestación

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Primer mes de gestación.

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En una situación como la suya, era difícil negarse.

Estaba con la espalda contra la pared, con el filo contra la garganta, con la soga al cuello; miles de maneras de decirlo y ninguna alcanzaba lo suficiente a describir su miserable existencia justo ahora.

Si antes detestaba su estadía en el Infierno, lo hacía mucho más desde aquel día. Aquel día en el que se enteró que su pequeño encuentro carnal con el Overlord había tenido sus frutos, aquel día en el que el mismísimo Alastor le entregó la prueba de embarazo, aquel día en el que no supo si sentirse afortunado o morirse de un desmayo.

Pero ya era tarde, no tenía escapatoria. No cuando aceptó responsabilizarse por esa criatura que se desarrollaba en el vientre del Omega de ciervo como apenas una semillita; casi imperceptible pero con una importancia muy marcada.

Las cosas no serían fáciles, lo sabía bien. Pero haría su mejor esfuerzo en no ser un Alfa cobarde y abandonar a Alastor en un momento tan vulnerable como este. No cometería el mismo error que hizo su madre hace años. No dejaría al venado sufriendo en solitario; no cuando fue él quién lo ocasionó todo, no cuando fue él quién pudo haberlo prevenido todo si tan solo no lo hubiera anudado.

Es el precio que debía pagar como el irresponsable que fue.

Abrió la puerta de la nevera con desgano, sus ojos cansados inspeccionaron el interior frío del aparato y parecieron iluminarse cuando encontró su objetivo: Una bolsa de filetes crudos de ciervo. Lo agarró victorioso y cerró la puerta, ¡Genial! No tendría las cosas tan complicadas como el otro día.

Enmedio de sus pensamientos raramente positivos de camino a la escalera, se tropezó con su propia cola y dejó caer la bolsa al suelo. Husk sintió que todo a su alrededor se congeló, incluso él mismo ante el nuevo descubrimiento que hizo gracias a su incompetencia.

La bolsa estaba vacía

Completamente llena de huesos

Al parecer alguien había querido hacerle sufrir, ponerle las cosas mucho más difíciles como lo era cuidar de un Omega embarazado, de inesperado proceder y que fácilmente podría acabar con él si volvía a equivocarse.

La suerte no estaba de su lado

Frunció el ceño como por sexta vez esta mañana. En verdad, se sentía a punto de reventar; estallar –aunque todavía no estaba seguro de si manera figurada o literal–.

⋆˙⟡ HOW NOT TO BE PARENTS【 𝗛𝘂𝘀𝗸𝗲𝗿𝗥𝗮𝗱𝗶𝗼 】୭ ˚. ᵎᵎDonde viven las historias. Descúbrelo ahora