La historia empieza cuando Fernando se resigna a que perdió a Leticia en brazos de Aldo Domenzaín. Ella se ve perdidamente enamorada de ese hombre rubio que conoció en el mar. Ella ha demostrado una y otra vez que ama a Aldo y que dejó de amar a Fer...
El día en Río de Janeiro pintaba fresco y agradable. Eran las 7 de la mañana cuando Leticia salió del hotel en busca de un taxi para dirigirse al centro de la ciudad. No había probado bocado. No tenía hambre, estaba envuelta en un caudal de nervios. Se había levantado muy temprano, se había bañado con agua tibia para luego ponerse un outfit acorde al lugar y al clima. Se puso unos jeans de mezclilla, una blusa negra y una bonita gabardina en tono café, y larga. También se colocó unas notas negras que iban perfectamente bien con él atuendo. Su cabello negro y lacio caía suelto sobre la espalda, lo dejó así, libremente, sin ponerse ningún accesorio. Su maquillaje era ligero pero notorio. Resaltaba muy bien sus rasgos y la hacía ver fresca y casual. Y por supuesto, su perfume que no podía faltar.
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En cuanto encontró el taxi, se subió llena de ilusión, esperando encontrar a Fernando muy pronto.
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Fernando llegó muy temprano al lugar donde recibiría a los turistas. Estaba muy bien arreglado, siempre le gustaba dar una buena impresión. En esta ocasión llevaba un pantalón de mezclilla y una camisa acompañada de un saco negro que le lucía bastante bien, dándole un toque de elegancia. Su cabello como siempre muy bien peinado con gel, hacia atrás. Su perfume ya no era el mismo que usaba en México. Hasta eso había decidido cambiarlo. Ahora era un perfume nuevo, que le sentaba de maravilla a su estilo.
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Alejandra Silva había decidido acompañarlo, cómo muchas veces lo hacía, porque juntos formaban un muy buen equipo respondiendo las preguntas de los turistas. Ella siempre se vestía muy bien y este día no era la excepción. Sus jeans azules y su blusa de vestir blanca combinaban a la perfección con sus botas. Su cabello iba elegantemente recogido en una coleta alta, haciéndola ver de mayor estatura. Ella y Fernando estaban a la espera de Aldo Dos santos, que llevaría al grupo de turistas al lugar, acompañados de un traductor porque había personas turistas de distintas partes del mundo. Era un grupo muy variado.
