Entre dia fuegos

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Juvena

El 19 de octubre de 2024 fue un día lleno de tensión. Apenas abrí los ojos en la habitación del hotel, sentí el peso de todo lo que había ocurrido en las últimas horas. La discusión entre Richard y Sofía aún resonaba en mi cabeza, y el dolor en los ojos de mi primo no se me borraba. Me sentía atrapada en medio de un conflicto que nunca pensé ver.

A Richard lo había visto anoche cuando pasó al hotel. Estaba devastado, y en sus ojos se reflejaba un arrepentimiento sincero. Me pidió que hablara con Sofía, que intentara hacerla entrar en razón, pero la realidad era que ella no quería saber nada de ninguno de los dos. Anoche, después de bloquearme, me di cuenta de que había roto algo más que una amistad; había traicionado la confianza de alguien que me había acogido como una hermana durante años.

Natalia estaba en la habitación de al lado con su hijo, ajena a la magnitud del daño que había causado. Siempre había notado su actitud, esa forma de coquetear con Richard y tratar de acaparar su atención, pero nunca pensé que llegaría a esto. Me sentía culpable por haberla traído. Tal vez, si no hubiera insistido en que viniera, nada de esto habría pasado.

Decidí vestirme rápido y salir para intentar hablar con Sofía. La conocía bien, y aunque sabía que estaba furiosa y herida, tenía la esperanza de que me escuchara. Me dirigí hacia su apartamento, el mismo que alguna vez consideré un segundo hogar. Cuando llegué, el portero me miró con recelo.

-Lo siento, señorita Juvena, pero la señora Sofía dejó dicho que no está recibiendo visitas -me informó con una expresión de disculpa.

Sentí un nudo en la garganta. No podía simplemente darme la vuelta y alejarme. Me quedé ahí un momento, pensando en lo que podía hacer. Decidí enviarle un mensaje a Sofía. No tenía muchas esperanzas de que lo leyera, pero al menos quería intentarlo.

"Sofía, por favor, solo dame unos minutos para hablar contigo. Te entiendo, estás en tu derecho de estar dolida y enojada conmigo, pero déjame explicarte. Lo que pasó con Richard fue un error, lo sé, y nunca quise ser cómplice de nada. Por favor, solo dame la oportunidad de hablar."

Envié el mensaje y, para mi sorpresa, vi el "visto" casi de inmediato. Pasaron unos segundos eternos antes de que Sofía respondiera.

"No quiero verte, Juvena. Tú sabías lo que Natalia estaba haciendo y no dijiste nada. Me traicionaste."

Cada palabra me golpeó como un balde de agua fría. A pesar de la dureza de su respuesta, sabía que tenía razón. Respiré hondo y, sin rendirme, le respondí nuevamente.

"Entiendo lo que sientes, y tienes razón en estar enojada conmigo. No debí permitir que las cosas llegaran a este punto, y me duele que sientas que te traicioné. Solo quiero que sepas que Richard realmente te ama. Está destrozado, y creo que, si pudieras escucharlo, entenderías que nada de lo que pasó significa más para él que tú."

No hubo respuesta esta vez, y después de unos minutos de pie en el vestíbulo, decidí que no tenía sentido quedarme más tiempo. Regresé al hotel con un sentimiento de derrota aplastante. Al entrar a la habitación, Natalia estaba sentada en el sofá, revisando su teléfono como si nada.

-¿Cómo está Richard? -preguntó con una sonrisa que parecía fuera de lugar en medio de tanto caos.

-No es el momento, Natalia -respondí secamente.

Ella se encogió de hombros y se levantó.

-Tú misma me dijiste que él estaba teniendo problemas en su relación con Sofía -dijo, como si eso justificara todo lo que había pasado-. No soy la mala del cuento aquí, Juvenal.

La miré fijamente, sintiendo una mezcla de rabia y frustración. ¿Cómo podía no ver el daño que había causado? Me acerqué a ella con una voz temblorosa, intentando mantener la calma.

-El hecho de que hayan tenido problemas no te da derecho a meterte en su relación -dije-. Si tanto te importa Richard, aléjate de él. No quiero verte cerca de mi primo otra vez.

Natalia me miró con sorpresa, como si no esperara que la enfrentara así.

-Está bien -respondió con un tono despreocupado-. Yo solo quería ayudar.

Su respuesta hizo que el aire se volviera aún más denso en la habitación. Me di cuenta en ese momento de que debía proteger a Richard, incluso de las personas que, como Natalia, decían "querer ayudar".

Cuando finalmente se fue del cuarto, me dejé caer en la cama, sintiendo que había fracasado en todos los sentidos. No solo había permitido que la situación llegara a este punto, sino que, al haber llevado a Natalia con nosotros, había facilitado la caída de una relación que admiraba. Pensé en la posibilidad de que Sofía y Richard nunca se reconciliaran, y esa idea me pesaba como una losa en el corazón.

Al final del día, encendí mi teléfono y vi una nueva notificación. Era un mensaje de Richard.

"¿Pudiste hablar con Sofía?"

Tomé un respiro antes de responderle.

"Lo intenté, pero no quiere saber nada de mí. Tienes que ser tú quien la convenza, Richard. Sé que ella aún te ama, pero ahora mismo, necesita tiempo. Por favor, no te rindas."

Y así quedó, un día más, en medio de las cenizas de una relación que parecía imposible de reparar.

Si tú supieras |Richard Rios|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora