Yeonjun había reconocido su error. Ese que cometió al bajar la guardia en su primera sesión con Soobin. Fue un descuido imperdonable... En ese instante, recordó cada palabra que había dicho, cada gesto que había hecho, y se dio cuenta de que había decantado¹, como siempre, cualquier comentario de coquetería que pudiera haber suavizado la situación. Esa tarde, todo se desmoronó cuando Soobin, con esa actitud que lo caracterizaba, amenazó con transferirlo a otro psicólogo si no lograba controlarse. Lo dejó con las palabras a medio formar, atrapadas en su garganta, sin darle una oportunidad real de explicarse. Soobin se marchó rápidamente en su auto, sin voltear atrás, dejando a Yeonjun inmerso en una mezcla de confusión y arrepentimiento.
Apenas la situación comenzó a hundirse en su mente, Yeonjun trató de analizar todo lo que sucedió durante esa tarde, pero cada intento lo llevaba a un callejón sin salida. No podía dejar de preguntarse cómo todo había escalado tan rápidamente. Por la noche, con la molestia aún presente y el temor latente, no le quedó más que repasar los detalles del encuentro una y otra vez, ideando algún plan B, cualquier estrategia que pudiera funcionar para evitar cometer el mismo error en la próxima sesión... Lo peor era que ni siquiera sabía si habría una próxima sesión. ¿Soobin realmente volvería el próximo viernes?
El fin de semana fue una tortura mental. Los pensamientos que lo abrumaban no lo dejaban descansar ni un momento. Todo lo que ideaba en su mente parecía incoherente. No podía formular un plan claro, algo que le permitiera "actuar" de manera más civilizada en la presencia de Soobin, mantener la compostura y no dejarse llevar por sus emociones; pero cuanto más pensaba, más se enredaba en sus propias dudas y miedos. Incluso cuando Hueningkai, apareció por su casa esa tarde de sábado, Yeonjun no pudo evitar arrastrarlo al torbellino de pensamientos que lo atormentaban. Hueningkai, por supuesto, estaba ansioso por saber lo que había ocurrido, y tan pronto escuchó la historia completa, no dudó en regañarlo lleno de frustración.
—Me pregunto cómo es que no puedes ser cauteloso por un solo minuto —dijo Hueningkai, mirándolo con una ceja arqueada y los brazos cruzados, claramente molesto.
—¡Oye! —replicó Yeonjun, sintiéndose atacado—. Estuve prácticamente una hora vulnerable frente a él, sin soltar ningún comentario malicioso. Me contuve lo mejor que pude. Pero fue cuando se marchó... simplemente me sentí ansioso. No fue mi culpa. ¡No es mi culpa ser así!
—Por Dios, Yeonjun... Lo arruinaste con un solo comentario. Todo estaba bien, y en un segundo, todo se fue al carajo. La próxima vez, mejor quédate callado.
Yeonjun se dejó caer en la cama, gimoteando. —Kai, ni siquiera sé qué pasará la próxima vez. No tengo idea de qué haré. Necesito planificar algo, algo que funcione. No quiero volver a arruinarlo todo.
Hueningkai suspiró, frotándose el entrecejo como si el simple hecho de lidiar con Yeonjun le provocara un dolor de cabeza. —¿Planificar algo para qué? —preguntó con tono mordaz²—. ¿Para no volver a abrir la boca y decir algo estúpido? Sabes que a veces la mejor estrategia es, simplemente, guardar silencio. Ya te lo dije.
Yeonjun bajó la mirada, jugueteando nerviosamente con las sábanas de su cama. —No puedo... —murmuró con los labios temblorosos, su voz casi inaudible—. Verlo me hace querer ser tan honesto. Quiero decirle todo lo que siento, pero al mismo tiempo, sé que no debo. Lo amo tanto, Kai... tanto que no sé qué hacer.
Hueningkai lo observó en silencio por un momento, y finalmente, con un suspiro de resignación, se levantó de la cama y se dirigió al armario de Yeonjun. Empezó a rebuscar entre las prendas con una determinación que dejó a Yeonjun confundido.
—¿Qué haces? —preguntó Choi, frunciendo el ceño mientras lo veía sacar camisas y chaquetas del armario sin motivo aparente.
—La semana de proyectos ha terminado. Vamos a una fiesta —dijo Hueningkai, como si fuera la solución más obvia al problema.
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Entre La Razón Y La Pasión | Soojun
FanficUn rostro hermoso y un cuerpo atractivo no eran todo lo que Choi Yeonjun podía ofrecer. Era una lástima que nadie viese más allá de eso. Le habían inculcado la idea de que merecía más de lo que cualquier relación pasajera podía ofrecerle. Aunque nun...