"POR EL BIEN MAYOR" ⁓Una Historia Diferente⁓

𝑪𝑨𝑷𝑰𝑻𝑼𝑳𝑶 𝟏: "𝑬𝒄𝒐𝒔 𝒅𝒆𝒍 𝒑𝒂𝒔𝒂𝒅𝒐, 𝑬𝒍 𝒂𝒃𝒊𝒔𝒎𝒐 𝒚 𝑼𝒏 𝒄𝒉𝒂𝒓𝒄𝒐".

𝐀 𝐋 𝐁 𝐔 𝐒

    Qué pasaría si todo dejase de brillar, todo a tu alrededor se derrumbase, sentirte atrapado en una oscura e interminable cueva, humeda y fría, todo sumamente contradictorio era la felicidad de Albus, ahora que su madre no estaba.

    Cuando oyó la noticia el apenas estaba en la escuela, solo faltaba poco para graduarse y estaba orgulloso de sí mismo, había planeado viajar por el mundo y hacer muchas aventuras, era un joven aventurero lleno de vida y con sed de peligrosos encuentros con criaturas de todo tipo, pero... Todo eso se derrumbó en un parpadeo.

    A finales de junio de 1899, Albus y su hermano Aberforth regresaron a casa, en el escondido Valle de Godric, ellos habían podido regresar a petición de sus maestros, ellos accedieron a que Albus y su hermano se tomara unas semanas libres o el tiempo que necesitaran. No los hubieran dejado volver de no haber sido porque era Albus era excepcional, a pesar de que todavía faltaban unos días para las vacaciones y Albus el graduarse de la escuela de Magia. La verdad es que Albus adoraba; no, amaba la escuela, su salida de la realidad que había ocurrido en su casa, era una terapia para él desde que su padre lo sentenciaron a muerte en Azkaban. Para Albus, su padre era su mejor amigo, su mejor ejemplo a seguir y toda su familia sabia la verdad excepto los que lo metieron ahí, pero es algo de lo que Albus no quería pensar, a pesar de que se lo recordaban los compañeros molestos en la escuela, el siempre trataba de ignorarlos y solo pensar en sus estudios, pues era el hijo mayor y siempre pensó que al salir, se haría cargo de su familia, ahora que su padre ya no estaba, el ahora sería la cabeza de la familia y sabía que su padre y madre, estarían orgullosos de todo lo que estaba logrando. Pero ¿quién hubiera sabido que la navidad del año pasado, sería la última vez que viera a su madre con vida?

    «Si hubiera regresado antes, pude haber dicho algo más», Albus pensó en todos sus logros no sirvieron de nada, porque a pesar de todo lo aprendido, tantos años aprendiendo curaciones en la clase de pociones para poder curar a su hermana, solo había algo que no podía curar: la muerte.

    Recordó miles de veces lo que su madre le decía: "no tienes que hacerte cargo de nosotros, tu cumple tus sueños y no te preocupes que yo cuidare siempre de los tres". «Era mentira», pensó Albus. Estaba tan furioso, y quería buscar en una solución, "pero solo era un niño", decía la gente del Valle de Godric. El funeral fue muy pequeño, la familia Dumbledore no era muy numerosa, y casi no tenía amigos, solo los pocos que lo conocían en el pueblo fueron por lastima, nunca se habían atrevido a acercase a ellos ya que los rumores de su padre se esparcieron con solo saber su apellido. Albus que era el mayor ahora tenía que cuidar verdaderamente de sus hermanos como un adulto, aunque todavía faltaba poco para cumplir los 18, en verdad aún estaba solo pensando en esa situación. Durante el velatorio, uno a uno de los presentes se fue yendo, Albus había decido enterrar a su madre en el cementerio del pueblo, quizás sería lo que ella quería, a pesar de no ser su verdadero hogar, le gustaba estar ahí.

    Ariana no estaba presente en el entierro, se había quedado en casa, y aún seguía en shock por lo que había pasado, sin embargo, estaba tranquila, no quería hablar con nadie, Albus tenía miedo de que en cualquier momento se diera cuenta de lo que hizo y de nuevo se saliera de control. Durante todo el funeral Aberforth estuvo inquieto, quería regresar a su casa lo antes posible, así que a mitad del entierro se levantó y solo toco el baúl de su madre, Albus lo vio irse preocupado, de inmediato supo porque y lo dejo ir; minutos despues su madre ya estaba bajo tierra. Cuando Albus se habia quedado completamente solo, se levanto y dejo una flor encima de la cripta; se quedo de pie viendo como las hojas caian sobre la fría piedra de la lapida. 

    Unos minutos más tarde, una mujer cuya edad era dudosa, se acercó a Albus.

—Era una buena mujer—dijo la señora, mientras se limpiaba la nariz con un pañuelo—Kendra en verdad amaba a su hija, siempre estaba con ella— agrego.