Rincón

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Jalones y risas recuperaron la cordura de Luis, que tuvo que recurrir a juegos pesados con Kevin para dar por finalizado ese tema que odiaba.

Hirving era el principal tema de conversación.

Kevin contaba maravillas de su novio, Luis se comparaba en cada aspecto que Kevin alababa de Hirving.

Jude entonces parecería un mal tercio, siendo ignorado por los mejores amigos. Luis, a propósito, quitó toda la atención posible de Kevin para tenerla. Pero es una manía de Luis de la que Jude ya estaba acostumbrado. No descarta el hecho, no obstante, de que se trate de rencor por la acusación que hizo. Fue al puro estilo de Luis.

A Jude no se le olvida el alivio camuflado que hubo en el rostro de Luis cuando escuchó que Erick había muerto. Fue un poco tétrico, si no miente. Pero es algo que unió con la reacción que tuvo contra él el día anterior.

Pensó secretamente en ir al hospital él solo para visitar a Ángel y compartir su experiencia con el comportamiento extraño de Luis, pues continuamente sentía que por más que contara y hablara, nadie le hacía ni un poco de caso.

Era en quien confíaba. Kevin siempre había sido más amistoso, más comprensivo. No le vería lo malvado, y hasta justificaría al mismo demonio. Si llega a tocar el tema de Luis nuevamente, es probable que Kevin termine enojado con él.

Por ello necesita una mente menos color de rosa y más madura.

Revisó la hora en el celular. Faltaba muy poco para la penúltima clase.

Aún con indecisión, se levantó de su asiento, sin seguridad de hacer lo que quería.

—Chicos, lo siento, pero tengo que irme —avisó Jude, que guardó sus cosas en su mochila. Kevin (para su sorpresa) no lo ignoró y rápido lo detuvo, levantándose de la banca.

—¿Tan pronto? —dijo Kevin.
—Faltan dos clases —dijo Luis, mirándolo fijamente.
—Tú nunca faltas a las clases, ni te vas tan temprano.
—Emergencia familiar —se excusó
—¿Seguro?
—Además son materias relleno. ¿Me podrían compartir los trabajos después? Gracias, nos vemos pronto -se despidió sin darle la oportunidad a Kevin de responder y salió de ahí, con la mirada pesada de Luis sobre él.

Cuando estuvo lejos de sus amigos y fuera de sus vistas, empezó a correr hasta la salida, como siguiendo una especie de impulso. Los alumnos que estaban fuera de sus aulas nisiquiera notaron su presencia.

El hospital estaba lejos caminando, calculaba al menos unos 20 minutos, sin embargo, no quería gastar su dinero en un taxi o transporte, podía llegar andando sin dificultad.

Rodeó el edificio y cruzó la calle, supo que se estaba alejando cuando las voces y gritos fueron amortiguadas por la lejanía y dejaron de escucharse poco a poco.

Cruzó las calles, caminó tranquilo, su recorrido no había durado ni 5 minutos, cuando llegó a la zona en donde Sebastian había sido asesinado, supuestamente.

Sabía que tendría que pasar por ese lugar, y evitó mirar hacia esa dirección, sin embargo, la calle atrajo su atención como un imán y terminó mirando. Siempre resaltaba la mancha de sangre en el pavimento; intacta y escalofriante.

Ese fue el detonante para que sufriera unos pequeños nervios. En un segundo ya estaba tronando los huesos de sus manos. El viento helado y el cielo gris oscuro no contribuyeron a una pronta calma.

De pronto un gato que salió de la nada por un callejón lo asustó. No le dio mucha importancia pero se sintió tonto por haberse asustado. El gato se pegó a él y lo siguió en su camino, cosa que de alguna forma le ayudó a calmarse más.

Letal Love (Kerving)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora