Mi papá volvió a emborracharse...
No es nada nuevo, pero siempre duele. La puerta se cerró de golpe detrás de él cuando se fue a buscar su próxima botella. Así que ni siquiera me despedí de él al momento de tomar camino hacia la preparatoria. ¿Para qué? No recordaría de todos modos.
Las calles de esta ciudad son ruidosas por naturaleza, pero hoy parecen aún más estridentes. Los gritos y peleas a mi alrededor son solo un fondo de ruido que ya ni siquiera me molesto en voltear a ver. Al fin y al cabo, solo soy un estudiante. No puedo hacer nada para cambiar esto.
Caminando por las aceras empedidas, me sumerjo en mis pensamientos. La ciudad está en decadencia, y nadie parece hacer nada al respecto. La policía es corrupta, los políticos están más interesados en llenar sus bolsillos que en ayudar a la gente, y la gente común y corriente se ve obligada a luchar por sobrevivir.
Llego a la preparatoria y me sumerjo en la multitud de estudiantes. A pesar de ser parte de una banda popular aqui, no quiero llamar la atención. Solo quiero pasar desapercibido y terminar el día sin incidentes.
Al llegar a mi aula, fui recibido por mi mejor amiga, Joy, que estaba sentada en su lugar habitual en nuestra mesa. Ella me saludó con su aura brillante como siempre
— ¡Buenos días!, Bon — Su sonrisa radiante iluminó la habitación y por un momento, olvidé los problemas que me habían acompañado desde casa.
Me acomodé en mi lugar, ignorando el escándalo ajeno mientras le devolvía el saludo. Joy tiene ese efecto en mí; con solo mirarla, mis preocupaciones se disipan. Es como una ráfaga de aire fresco que dispersa las nubes oscuras de mi mente.
Joy es una chica única. Su optimismo es contagioso y su presencia siempre me hace sentir más ligero. Su cabello rubio brillaba bajo la luz del aula y sus ojos azules chispeaban con energía. Me sonrió de nuevo y yo no pude evitar sonreír también.
— ¿Qué tal fue tu mañana? — preguntó Joy mientras organizaba sus libros y cuadernos.
Me encogí de hombros — Lo normal — respondí sin querer entrar en detalles sobre mi padre.
Joy me miró con comprensión, pero no dijo nada. Sabía que no era el momento para hablar de eso. En su lugar, comenzamos a charlar sobre nuestros planes para el fin de semana.
La clase comenzó y nuestro profesor de historia empezó a hablar sobre la época de los niños héroes, ya me se ese tema pero parece que lo quieren repetir.
Coloqué mi cabeza recargada en mi mano de cierta manera, no presté atención a la clase. Mi mente estaba llena de un revoltijo de pensamientos y ninguno tenía que ver con el otro. Uno era sobre los acordes de mi guitarra que había estado practicando la noche anterior, otro sobre el martes de pudin de la semana que viene, otro sobre quién sabe qué cosa que había visto en internet y otro sobre qué iba a comer saliendo de ahí. Mi mente era un torbellino de ideas dispersas.
Pero luego, mi cerebro se concentró al escuchar una frase proveniente del profesor que logró sacarme de mis pensamientos:
"Los Niños Héroes nos mostraron que el verdadero heroísmo no tiene edad, solo un profundo amor a la patria."
Dejé de recargar mi cabeza en mi mano y me enderecé en mi silla, siguiendo la mirada del profesor mientras hablaba con pasión sobre los héroes de la historia. Algo en esas palabras resonó dentro de mí. Me recordó la sensación de impotencia que había sentido esa mañana al dejar a mi padre en su estado de ebriedad, aunque no tenía nada que ver.
El profesor continuó hablando, pero mi mente ya había empezado a divagar de nuevo.
Qué significaba ser un héroe realmente? Podía alguien como yo, con mis problemas, debilidades y edad, hacer una diferencia en el mundo?
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La Dualidad /BxB
FanfictionEn una ciudad plagada de problemas, dos chicos adoptan identidades opuestas: Uno se convierte en el héroe, decidido a proteger a la ciudad. El otro, en el villano, ansioso por sembrar caos y venganza. Sin embargo, cuando se conocen fuera de sus másc...