¡¡GHOST!!

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Había sufrido una ruptura con simón, o más bien "Ghost" ese era el apodo de tu ex novio cuando te enteraste en lo que trabajaba. Él pertenecía a una mafia, en la cual él era el heredero, tú nunca lo supiste, pero sospechabas de algo al notar que era muy cerrado al hablar de su vida laboral. Era raro recibir todos los días un gran ramo de rosas, joyas y entre otras cosas.

La ruptura fue obligada por tus padres, aunque no te gustó la noticia sobre en que trabajaba ghost, no podías imaginar el hecho de nunca más verse, besarse, tocarse...se te rompería el corazón sin tener a Simón en tu vida, pero tus padres tenían razón, no podías estar involucrada en la vida de un narcotraficante y sicario, estarías en peligro y en cualquier momento te podría pasar una tragedia.

Cuando terminaste con el, su furia salió al aire, el era una persona fría, pero cuando le dijiste que ya no querías seguir con él, comenzó a rogarte con desesperación. El nunca aceptó su ruptura, por eso te asechó por dos años, siempre te sentías observada desde que te despertabas hasta que te dormías, era horrible sentir que te observaban a cada segundo sin saber quien es.

Hoy habias llegado tarde a tu casa debido a que fuiste a una pequeña reunión con tus amigas, cuando entraste a tu casa viste que las luces estaban apagadas en el primer piso, supusiste que tus padres habían ido a una cena debido a su aniversario de esa noche, así que estabas más relajada al saber que estabas..sola.

Dejaste tu abrigo en el perchero de la puerta, agarraste a tu perro de raza corgi, llamado "panzón" por su sobrepeso del pobre canino y subiste las escaleras hacia tu habitación.

Te quedaste a la mitad de las escaleras al ver una pequeña luz en tu habitación, jurabas haber apagado las luces antes de salir, tus padres nunca entran a tu habitación sin tu permiso por lo que era raro. Con nervios, abrazaste más a panzón y subiste en silencio las escaleras, cuando llegaste arriba, entraste a tu habitación y el alma se te va al ver a ghost, sentado en tu cama viendo una foto tuya.

Traía un pasamontañas de calavera, una camisa negra de manga corta ajustada a su torso, traía unas cadenas de plata en su cuello, unos jeans negros y unas zapatillas del mismo color de su ropa.

Levantó la cabeza y su expresión era fría y sin brillo cuando te vió, dejó la foto en la cama y se levantó mientras se acercaba a ti.

—¿cómo carajos entraste?—dijiste asustada mientras retrocedías un poco, la casa tenía alarmas activas las 24 horas del día en caso de emergencia, y él no había activado ninguna.

—linda forma de saludar a tu ex novio—responde él con voz ronca, te empuja levemente a un lado mientras cierra la puerta de tu habitación con seguro para que no te vayas.

Lo miras asustada, nerviosa y..con cierta nostalgia, si cuando le terminaste era sexy y hermoso a tus ojos, ahora era el doble o el triple, nunca pudiste superar el amor que sentías por él, ya que él fue el que te enseñó a amar, y tú a él.

—¿qué haces aquí?—cuestionaste secamente, aunque no querías hablarle así.

—vengo a buscarte—responde con indiferencia.

Lo miras con el ceño fruncido hacia su respuesta.

—te vienes conmigo, no soporto ver como lo que es mío lo alejan de mi—agrega.

—yo ya no soy tuya—respondiste a la defensiva.

—si lo eres, ese cuerpo tuyo está marcado por mi, todo de ti me sigue perteneciendo porque yo te reclame como mía, princesa—contesta, acercándose lentamente y acaricia la cabeza de tu perro en brazos.