II. Sacred Gear

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Apenas tenía 19 primaveras cuando los rumores de un caballero de apenas 15 primaveras empezaba a repeler a los sajones y las tropas de Vortigern a la vez que reunía caballeros y campesinos bajo su mando, prometiendo la victoria y la unificación de la entonces destrozada Gran Bretaña.

Así como llegaron los rumores de un niño creyéndose líder de caballería, también estaban aquellos que decían que era el hijo legítimo del fallecido Gran Rey Uther Pendragon.

En aquel entonces, no lo creí. Pues de ser el hijo del Gran Rey, la espada en la piedra ya habría sido alzada de su lugar frente a la Capilla del pueblo. Por supuesto, me retracte el día que una horda de 10 hombres a caballos llegaron, vestidos de metal y cuero, detrás de ellos venía un majestuoso caballo blanco que sobre su lomo montaba un niño vestido de cuerpo, metal y tela azul. Parecía ser un aristócrata por sus rasgos y vestir.

Di un bufido ante el posible imbécil que había llegado a Londinium, en mi mente me pregunté si podía robar el caballo y venderlo por unas piezas de plata en otro pueblo. Ese pensamiento llegó a su fin al ver las espadas envainadas que traían colgando de sus cinturones.

Me moví de la carreta en la que estaba apoyado, tenía cosas que hacer después de todo. Camine por el pueblo hasta llegar a las afueras, mi pequeña cabaña situada en un prado, el establo donde guardaba las vacas y ovejas estaba a unos 60 codos (27 metros) de mi cabaña.

Tranquilamente, entre a mi cabaña. No tenía mucho, una cama llena de paja, una mesa con su respectiva silla y una pequeña estufa.

-Permite que te interrumpa-

.....

- Leí que en aquellos tiempos era normal que a los 19 ya estuviera casado, con familia e hijos- miro a Issei con interrogación.

- Si, era normal en aquellos tiempos. Pero digamos que no tengo suerte en ese tipo de cosas, no me juzgues, lo intenté varias veces y terminaba en una pelea con el padre de la chica a la que pretendía - dijo escondiéndose de hombros.

- ¿No habrá sido porque no tenía suficiente posesiones? Era norma en el siglo V casarse por las posesiones del pretendiente- aclaro mientras veía las pocas notas que llevaba.

- Puede ser, es una respuesta que no sabré ahora. ¿Puedo continuar?-

- Por supuesto-

- Como iba diciendo...

.....

Se acercaba la noche, busque en un saco algunas verduras para un poco de caldo. Tome una porción de agua en una cubeta y la pase al caldero. Mi vida era prospera en el sentido que no me faltaba nada de comida.

Mientras el caldo de verduras se cocía, me senté en la mesa a pensar en nada. Muchas habían sido las noches de soledad, no podía evitarlo, ese vacío interno crecía poco a poco.

De repente, el golpe a la puerta llegó, me sorprendió un poco pues no era normal que tocaran mi puerta en la noche. La cabaña estaba a unos 20 minutos del pueblo y el sendero de comercio no estaba a una distancia corta. Tome la vara de metal que usaba para mover los troncos en el fuego y me acerque a abrir la puerta.

Al abrirla, una mujer encapuchada me mira. De rasgos igualmente aristocrático, ojos verdes y cabello ondulado rubio, una cabeza menos de altura y piel blanca. Vestida de negro y azul, su capucha bordada de dorado, a primera vista una noble.

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⏰ Última actualización: Oct 27 ⏰

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