𝑪𝑨𝑷𝑰𝑻𝑼𝑳𝑶 𝟏𝟐: "𝑳𝒂 𝒎𝒂𝒍𝒅𝒊𝒄𝒊ó𝒏 𝒊𝒎𝒑𝒆𝒓𝒅𝒐𝒏𝒂𝒃𝒍𝒆 𝒚 𝑬𝒍 𝒄𝒐𝒎𝒊𝒆𝒏𝒛𝒐 𝒅𝒆 𝒍𝒐𝒔 𝒑𝒓𝒐𝒃𝒍𝒆𝒎𝒂𝒔".

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    Sin más tiempo que perder, Gellert se levantó de la cama y enseguida se cambió de ropas con un ligero movimiento de su varita y continuo la conversación, como si nada hubiera pasado. Eso hizo que rápidamente Albus saliera de sus pensamientos.

—En fin, ¿Qué quieres hacer?

—Esto, ehhh... —Albus aún estaba dándole vueltas en la conversación de hace apenas unos segundos y se había quedado estupefacto por el cambio tan repentino del tema.

—Estaba pensando justamente en algo —continúo hablando, Gellert—. La verdad es que hay algo que quisiera mostrarte. Veras, mucho antes de llegar al Valle de Godric, hablé con unas personas para comprar algunos terrenos en este lugar y desde que lo adquirí no he tenido tiempo de venir a verlo. ¿Qué te parece si después de ir, ya por la tarde nos marchamos? Supongo que tu hermano ha de estar hecho una furia cuando volvamos, ¿no?

    Albus abrió muy grandes los ojos, aterrorizado de solo recordarlo. Había sido como si se hubiera olvidado por completo de regresar.

—AHHH —pego un grito, sujetando su cabeza con ambas manos—. Ni me hables de eso. Obviamente, no me va a querer escucharme al regresar. No puedo creerlo, lo había olvidado.

—Está bien, has paso por mucho, es normal.

—Soy un desastre.

—Pues... solo dile la verdad. Si quieres escríbele o ¿quieres que le regale boletos para la copa de Quidditch de este año?

—¿Que? No. Ya fue suficiente con la playa y con la escoba.

—Oh, ¿la viste? Le pedí que no te lo dijera.

—Claro que sí, yo sé lo que tenemos en la casa y esa enorme escoba no disimula para nada —al decir esto, Gellert rio.

—¿Pues de qué forma piensas que nos va a perdonar entonces?

—Pues, aunque le diga la verdad, estoy seguro de que me diría algo como —Albus intento imitar la voz de su hermano casi a la perfección: —hubiera sido mejor que el dragón se los hubiera comido a ambos.

—Jaja, definitivamente suena a algo que diría tu hermano.

—Si, eso mismo digo.

—Hmh, te parece si antes de ir al lugar al que te quiero llevar, entonces ¿vamos de compras?

—¿De compras? ¿Qué te quieres comprar?

—No a mí, si no a ti... Ehh, y quizás a Abert y a Ariana.

—Te dije que no, nada de sobornos. ¿Acaso ignoras lo que te digo?

—No, jamás. Solo hago lo que es necesario. Así tenga que comprar el monte Everest para ellos y te perdonen.

—Estás loco.

—Si, ¿apenas te das cuenta? Hice que enfrentásemos a un dragón para hacer una cura.

—No, ambos fuimos los locos. Además, yo te llamaría imprudente, si no me hubieras intentado salvar, no tendrías esa enorme cicatriz en todo tu tórax.

—Lo hice porque... Bueno, jamás pensé que llegaría hacer eso por alguien en mi vida. Fue como un impulso que me hizo querer hacerlo.

—No lo vuelvas a hacer, ¿de acuerdo? Es más, prométemelo.

—No puedo hacer eso. Se que ahora lo que eres capaz de hacer por mí, ahora estoy en deuda contigo.

—Pero si ya me salvaste una vez y yo te salve a ti, estamos a mano, por favor. No creo que podría soportarlo una segunda vez, fue horrible —Albus hablo cabizbajo y con inmensas ganas de llorar—, que incluso estuve a punto de rendirme y dejar que el dragón me matara... porque creí que en verdad habías muerto.

"POR EL BIEN MAYOR" ⁓Una Historia Diferente⁓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora