Regresando a esa noche de sábado, la felicidad pasajera que Choi sintió, rápidamente se transformó en una sobriedad llena de culpabilidad.
Yeonjun apretó la sábana entre sus dedos, su pecho aún subiendo y bajando de manera irregular. Su cuerpo sentía el eco de la pasión compartida con Jeno, pero su mente estaba atrapada en otro lugar, en otro hombre... En Soobin...
Esa conexión era inquebrantable, casi dolorosa, como si, sin importar lo que hiciera, una parte de él estuviera siempre atada al líder de su mundo emocional. Y no podía escapar.Jeno, a su lado, se giró con una sonrisa satisfecha y ligera en el rostro, su cuerpo descansando con una comodidad casi envidiable. Le pasó un brazo por encima, buscando el contacto, como si todo fuera natural entre ellos, como si pertenecieran a un mismo espacio. Pero para Yeonjun, aquello era diferente. El roce de la piel de Jeno no le ofrecía consuelo, no como la mirada de Soobin, capaz de desarmarlo con una mezcla de ternura y frialdad.
—Estás muy callado —dijo Jeno, con una risa suave, dejando un beso en la clavícula de Yeonjun. Sus labios recorrían la piel como quien navega por aguas conocidas.
Yeonjun cerró los ojos, fingiendo que el roce le arrancaba sensaciones más profundas de las que realmente le causaba, pero en su mente, los ojos oscuros de Soobin lo observaban con indiferencia y reproche. No, no podía huir de esa mirada.
—Solo... estoy cansado —murmuró, su voz un poco rota, mientras desviaba la mirada hacia la ventana. La luz de la luna parecía burlarse de él, testigo silenciosa de sus dilemas.
Jeno lo observó un momento más, quizás percibiendo el vacío detrás de las palabras de Yeonjun, pero decidió no decir nada, no tenía porqué. Se separó un poco, dándole espacio, aunque su mano seguía trazando círculos perezosos en la piel de su cintura, un gesto que para él parecía lleno de significado, pero que para el pelirosa no era más que una distracción.. Yeonjun le gustaba, evidentemente. Haber tenido ese encuentro le era un logro maravilloso, pero era notable que Yeonjun solo había pasado el momento con tal de distraerse, y no podía obligarlo a nada, lo sabía.
El silencio entre ambos se hizo pesado, aunque el sonido de la música de la fiesta aún viva apaciguado por la paredes de la habitación no los dejaba por completo en la soledad. Yeonjun sentía que el aire estaba cargado, como si todo el peso de lo que acababa de suceder cayera sobre él con una intensidad que no esperaba. Pero no era culpa de Jeno. Él solo había estado allí, dispuesto, abierto a compartir ese momento. El problema era él mismo, su propia incapacidad para desconectar su corazón de Soobin, incluso cuando trataba de buscar algo más en los brazos de otro.
"¿Qué estoy haciendo?", se preguntó Yeonjun, sintiendo cómo la culpa comenzaba a consumirlo.
Decidió levantarse lentamente, sus músculos aún sensibles y el dolor punzante comenzando a aparecer en su zona invadida. Se envolvió en la sábana, aproximándose hacia el borde de la cama, mirando hacia el suelo como si buscara respuestas entre las sombras.
—Voy a... ducharme —dijo en un tono bajo, apenas audible.
Jeno lo miró, apoyándose en los codos, claramente algo confundido pero no dispuesto a presionar. Solo asintió, observándolo mientras desaparecía hacia el baño.
Yeonjun cerró la puerta detrás de él, dejándose apoyar contra la madera fría por un momento, sintiendo cómo su corazón latía con una fuerza que no comprendía. Alzó la mirada hacia el espejo, y el reflejo que encontró lo hizo estremecer. Su rostro, marcado por las lágrimas y el cansancio, era el retrato de su tormento. Las marcas en su clavícula, los labios hinchados... Todo en él gritaba culpa.
El agua caliente pronto comenzó a llenar el cuarto de vapor, pero el calor no lograba disipar el nudo en su pecho. Dejó que el chorro cayera sobre su piel, como si intentara lavarse algo más que el sudor y las lágrimas. Pero el agua no llegaba tan profundo. No podía borrar las cicatrices que llevaba dentro.
ESTÁS LEYENDO
Entre La Razón Y La Pasión | Soojun
FanfictionUn rostro hermoso y un cuerpo atractivo no eran todo lo que Choi Yeonjun podía ofrecer. Era una lástima que nadie viese más allá de eso. Le habían inculcado la idea de que merecía más de lo que cualquier relación pasajera podía ofrecerle. Aunque nun...