Capítulo 17: Orígenes

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El Vacío.

Un silencio eterno reinaba en aquel vasto y oscuro lugar. Durante un tiempo, se intentó llenar aquel vacío con nuevas ideas, pero pronto quedó sepultado bajo una tormenta de garabatos, ideas desechadas y hojas rotas, todas envueltas en una gran frustración. Nada se completó, ninguna creación cobró vida dentro de aquella pila de conceptos abandonados... salvo por un pequeño ser. Desnudo y desorientado, este ser no podía explicarse su existencia. Estaba solo y, con desesperación, intentaba darle vida a amigos y familiares que anhelaba tener cerca, pero sus intentos fracasaban una y otra vez, hundiéndolo en una profunda tristeza y furia.

-¿Por qué me abandonaste? -gritó con el poco aire que le quedaba tras llorar desconsoladamente.

Golpeó el suelo con fuerza mientras se dejaba caer sobre él, sintiendo el frío de la superficie. Lloró por lo que pareció ser una eternidad, aunque allí, el tiempo no tenía sentido. Para esa criatura, su sufrimiento era eterno. Nada cambiaba sin importar cuánto lo intentara. Pronto, la paciencia se le agotó; la ansiedad aumentó y aparecieron los primeros rasguños en sus brazos, marcas que él mismo se hacía en su desesperación.

-Odio esto... -murmuró entre sollozos, cubriendo su rostro con las manos. Sus cuencas se oscurecieron más, y el brillo que alguna vez fue intenso se fue apagando lentamente. Ya no había esperanza para él.

Se convirtió en un muerto viviente, vagando por el infinito de su solitario universo. "Quizá encuentre algo", pensó. -Podría haber alguien allá a lo lejos -se dijo en un débil susurro mientras caminaba sin rumbo. Sin embargo, sus fuerzas se desvanecían, y su mente se quebraba. A veces pasaba horas sin dormir, y cuando lo hacía, temía despertar solo para enfrentarse otra vez a su cruda realidad.

Pronto, su alma comenzó a oscurecerse, haciéndose más pequeña. Lo notó enseguida, y comprendió que su alma reflejaba su estado de ánimo. Cuanto más opaca se volvía, más intensas se hacían sus crisis de ansiedad. Estaba harto de sentirse así, de esa soledad eterna, de pedir ayuda y nunca ser escuchado. Su alma se convirtió en el objetivo de su rabia, la culpó de su dolor y abandono, y un día, en un arrebato de ira, observó ese débil resplandor bajo sus costillas.

Sin pensarlo, llevó una mano a su abdomen y, sin cuidado, introdujo sus dedos hasta aferrar su propia alma. La apretó con fuerza, causando un dolor abrasador en todo su cuerpo. Pero ya no le importaba; sería la última vez que sentiría dolor. Jadeando, soportando la tortura de sostener su propia esencia, tiró de ella, arrancándosela, despojándose de toda luz y de todo lo que era. Fue como un reinicio. Aún estaba allí, presente, pero su mente y cualquier recuerdo o emoción habían desaparecido. No sentía más dolor, pero tampoco alivio o alegría.

Se levantó como si nada, observando sus manos manchadas de un líquido oscuro, una especie de tinta negra. Empezó a caminar, sin saber por qué, simplemente lo hacía. Así, pasó largos instantes vagando; a veces se recostaba, cambiaba de dirección o caía en un profundo sueño. Vivir en ese lugar se volvió fácil después de arrancarse su propia alma; sin emociones ni deseos, no tenía un propósito que cumplir. No sentía impulso alguno, ni placer, ni entusiasmo.

De repente, mientras permanecía sentado, una gran cantidad de pintura cayó sobre su cráneo. Sobresaltado, se levantó de inmediato y trató de limpiarse el rostro, pero algo era diferente. Una oleada de emociones lo invadió completamente. Miró sus manos cubiertas de pintura brillante, sintiendo un cosquilleo intenso que llenaba su pecho de emociones desconocidas. Cada color que lo tocaba despertaba en él algo distinto: tristeza, alegría, enojo, furia... todos con una intensidad que lo abrumó y lo dejó exhausto después de una explosión de euforia.

Mientras descubría el significado de cada color, notó que, en cuanto estos desvanecían de su cuerpo, volvía a sentirse vacío, como un lienzo en blanco.

-Sin embargo, todo lienzo en blanco es la promesa de un renacer, una oportunidad de convertirse en algo sublime y eterno para el mundo.

Con renovada determinación, sus ojos brillaron al ver los colores nuevamente, así que recogió cuidadosamente aquellos restos de pintura y los guardó en pequeños viales, que creó con lo poco que encontró a su alrededor. Ahora podría llevar esos colores consigo, cada uno como una chispa de vida.

-Gracias por darme esta oportunidad, creador -susurró. Se quedó pensativo un momento, buscando algo. -Ink... Podría ser por la pintura. Sí, es un buen nombre. Me llamaré Ink.

Con su nombre, una nueva identidad comenzó a formarse en su mente, y con ella, sus habilidades. Poco después, mientras dormía, recibió otra sorpresa: un pincel gigantesco apareció junto a él. Aquel pincel se volvió su compañero, con quien incluso llegaba a conversar. Le costaba levantarlo al principio, ya que era bastante pesado, pero con persistencia y dedicación, logró dominarlo. Lo llamó "Brommie". Con el tiempo, Ink descubrió que su pincel le permitía crear cosas, y con práctica constante, perfeccionó sus habilidades. A veces se sentía triste al no lograr plasmar una idea, pero ese arcoíris que surgió con la pintura le recordaba que tenía a alguien apoyándolo, que rendirse no era una opción.

Pasó mucho tiempo hasta que Ink descubrió su capacidad para viajar a otros universos alternos. Ocurrió de forma accidental cuando fue invocado a Underswap, luego de que Blue derramara una lata de pintura mientras preparaba un puzzle. La sorpresa fue inmensa, especialmente para Ink, quien, al ver un mundo completo, lleno de colores, formas y vida, no pudo contener su emoción. Para algunos, como Honey (Papyrus Swap), Ink parecía una amenaza al principio, pero pronto entendieron que era inofensivo, aunque algo imbécil.

Más adelante, conoció a Dream, el guardián de los sueños, quien se sintió intrigado por el esqueleto de ojos coloridos. Dream se sintió fascinado por el entusiasmo y curiosidad de Ink, especialmente cuando este comenzó a visitar nuevos mundos. Durante un tiempo, el soñador desarrolló sentimientos por él, aunque, al descubrir la verdad sobre los viales y la falta de alma de Ink, comprendió que este nunca podría amarlo de la misma manera. Dream, con el tiempo, lo superó y ahora está feliz junto a Cross.

Ink decidió entonces convertirse en un guardián para proteger todos los AUs existentes, pues había quienes deseaban destruirlos por poder o diversión. Cada universo, cada historia, tenía un valor único, y él se encargó de mantenerlos seguros desde su hogar en la Esfera de los Garabatos, ayudando a otros creadores a plasmar sus historias.

Todo parecía estar en paz, hasta que muy pronto surgieron algunas amenazas.

Y más tarde, conocería a Error.

Alma Perdida [Errorink] Esc +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora