4. Te toca

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El vuelo a Bélgica había sido largo y silencioso, pero al menos el intercambio del diario entre Max y Checo parecía haber suavizado un poco las cosas, aunque fuera por un momento. Ahora, el Gran Premio estaba a la vuelta de la esquina, y ninguno de los dos podía escapar de la atmósfera opresiva que seguía presente en el equipo.

Max había pasado los últimos días absorto en su propia rutina. A pesar de que se había llevado el diario, aún no había escrito nada. No porque no supiera qué poner, sino porque no quería entrar en más discusiones, al menos no por escrito. Sabía que, eventualmente, tendría que enfrentar lo que Checo había escrito.

La frialdad con la que se comportaba no era por falta de emociones; en realidad, estaba tan lleno de tensiones internas que no sabía cómo manejar la situación sin empeorarla. Aunque no lo admitiría, las palabras de su compañero le habían hecho pensar.

Max se encontraba en su habitación del hotel, mirando el diario sobre la mesa. La carrera en Bélgica siempre había sido una de sus favoritas, pero la presión de los medios, la tensión con Checo y los rumores sobre su relación dentro del equipo le habían afectado más de lo que quería reconocer. La prensa había sacado nuevas historias, avivando las llamas del supuesto conflicto entre ellos. Max sabía que no podía simplemente ignorarlo, pero tampoco sabía cómo enfrentarlo sin dejar ver una parte de sí mismo que prefería ocultar.

Mientras tanto, Checo había despertado más temprano de lo habitual. No tenía ganas de enfrentarse a Max tan pronto, pero sabía que, eventualmente, tendría que hacerlo. Por otro lado, prefirió comunicarse con su esposa e hijo. Sabía que los estaba dejando de lado.

...

Ya en la pista, mientras repasaba las estrategias con su ingeniero, Checo no pudo evitar echar un vistazo a Max, quien, como de costumbre, parecía completamente concentrado en su propio mundo.

Los entrenamientos libres avanzaban con normalidad, aunque la tensión entre ambos era evidente para cualquiera que los observara de cerca. Los mecánicos ya no comentaban mucho, y el equipo intentaba mantener las cosas bajo control. Después de todo, la temporada aún tenía muchas carreras por delante.

Al final de la jornada, cuando ambos regresaron al motorhome de Red Bull, Checo decidió que ya era momento de preguntarle algo a Max, aunque fuese algo tonto, porque necesitaba por lo menos sentir que si podían sostener una conversación pequeña cara a cara.

-¿Ya respondiste en el diario? -le preguntó, cruzando los brazos mientras Max se preparaba un café.

Max se detuvo por un segundo, sin mirarlo directamente. Sabía que esta conversación era estúpida, pero quería abordarla, para probar que no necesitaban del diario.

-No. -respondió, manteniendo su tono frío y distante-. No sé qué esperabas que dijera, pero... no lo he hecho.

Checo sintió cómo su frustración aumentaba. Aunque Max no había sido confrontacional, su indiferencia era más irritante que cualquier otra cosa.

-¿Pero lo vas hacer? -insistió, ya cansado de la pared emocional que Max parecía levantar cada vez que intentaba acercarse a él.

-¿Qué se supone que debería escribir? -Max dejó el café sobre la mesa, cruzando los brazos con una mirada desafiante. Sabía que esta conversación solo iba a empeorar las cosas, pero no tenía intención de ceder-. No vamos a resolver esto con palabras. Tú lo sabes. Yo lo sé. Solo nos pusieron a escribir en ese diario porque es lo único que no implica más problemas.

Checo no pudo evitar rodar los ojos. Sabía que discutir con Max no iba a llevar a nada, pero eso no hacía que la situación fuera menos frustrante.

-No estoy pidiendo una disculpa -replicó, manteniendo la calma lo mejor que pudo el mexicano-, pero tampoco puedes ignorar todo como si nada te importara. Algún día esto va a explotar y va a ser peor para los dos.

Max lo miró directamente; sus ojos azules seguían siendo fríos y desanimados. No había odio en su mirada, pero tampoco había ninguna señal de acercamiento.

-Ya explotó -respondió con calma-. Y no somos los únicos que lo saben.

Checo se quedó en silencio. Sabía que Max tenía razón, aunque eso no hacía que la situación fuera menos desesperante.

...

Horas después, ambos pilotos se encontraron en una reunión privada con Horner y Helmut Marko. La tensión era palpable en la pequeña oficina del motorhome, y Horner parecía más cansado de lo habitual.

-Ya no podemos seguir así -comenzó a hablar el último en ser nombrado, sin rodeos-. Lo que pasó en las últimas carreras está afectando la moral del equipo, y ambos lo saben. Esto no es solo sobre ustedes dos; es sobre todo Red Bull.

Max y Checo se miraron brevemente, aunque ninguno dijo nada. Como siempre.

-Necesitamos que esto se resuelva -intervino Marko, con tono serio-. No podemos tener a nuestros dos pilotos principales enfrentándose todo el tiempo. Así que hemos decidido continuar con el diario... pero esta vez será obligatorio. Y si vemos que las cosas no mejoran, habrá sanciones.

Checo frunció el ceño. Sabía que esto iba en serio, pero no esperaba que las consecuencias llegaran tan pronto. A lo mejor, era más grave de lo que para él ya lo era.

-Escriban lo que sea que tengan que escribir -continuó Horner-. Pero necesitamos resultados. No solo en la pista, sino también fuera de ella.

Ambos pilotos asintieron en silencio. Max, aunque reacio, sabía que no tenía otra opción. La temporada estaba en juego, y cualquier error podía costarles el campeonato.

-Max -dijo Horner finalmente, entregándole el diario-, te toca escribir.

-Pero...

-¡Nada!- volvió a replicar Horner. - Me importa muy poco si has sido dos veces campeón del mundo Max, pero yo quiero ver tu estúpida mano escribir en ese maldito diario. Así, que... te toca.

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●Pd: Hola!!! Esta semana es el GP de México y eso quiere decir que habrá contenido chestappen por montoneees 😭😭😭
Gracias a las personitas que leen. Por favor, voten y comenten. No saben como eso motiva un montón.

El diario del asiento 33B |CHESTAPPEN|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora