Narra la Creadora
Ambos se sentaron en el sillón personal del mayor, el rubio se sentó en sus piernas y recostó su cabeza en el pecho del contrario mientras calmaba su respiración, ambos se sentían más tranquilos.
Estaban en total silencio con las miradas en puntos fijos diferentes, hasta que el menor decidió dar un suspiro algo largo y le hizo una larga mentira al castaño sobre su desaparición que el mayor se terminó creyendo.
Realmente fue una gran dramatización con lagrimas y dolor del menor, el castaño solo lo abrazaba y consolaba entre sus brazos mientras trataba de calmarlo hasta que el menor se cansó de llorar y se aferró al pecho del mayor.
El castaño lo arrulló hasta que terminó de llorar y empezaba a cantar canciones de cuna con una voz suave pero masculina que relajaban el cuerpo de cualquiera, el rubio comenzó a dormirse poco a poco en su pecho hasta que no pudo más y se quedó rendido en el pecho de su amado.
El mayor no se levantó en ningún momento con tal de ver su hermoso rostro de porcelana y no despertarlo, acarició sus mejillas rosas de su reina y lo miró con ternura. Como alguien tan hermoso como el estaba allí abajo, con un alma podrida e impura como la de el? Se preguntaba el mayor. Cada uno de sus pecados eran la demostración de lo que llegaba a ser capaz un alma sin remordimiento alguno, como podrían matar y hacer migajas la vida de otro con tal de entretenerse...
El solo era una demostración de cómo es un alma mortal cuando está sedienta de venganza, como por algo tan pequeño terminó convirtiéndose en un monstruo que no le importaba nada más que sus objetivos y metas...pero en su rostro su sonrisa solo se agrandó ese pequeño ser era seguro que era lo que tanto buscaba y no se detendría hasta estar seguro para volver a tenerlo bajo su manto de protección.
Alastor era muy orgulloso y egoísta que se dedicaba a la apropiación de almas pero todo eso se debía a un dolor inquebrantable, como desde niño le habían arrebatado sus mayores felicidades, a las únicas personas que lo habían hecho sentir humano alguna vez de su miserable vida.
Aun recordaba la ultimas vez que vio ambos rostros con tanta ternura, como ella le daba un beso en la mejilla para que se fuera a dormir tranquilo y como su otro orgullo le había dado una hermosa carta de declaración de amor con esas preciosas mejillas rosas y ojos azules como el mar con el mismo brillo de un diamante.
Con eso volvió a dirigir su mirada a el menor que estaba entre sus brazos y lo acomodó de mejor manera entre sus brazos, el contrario se removió un poco entre sueños y luego siguió en un profundo descanso.
Hasta que la puerta fue golpeada por la pequeña sirvienta de Alastor, NIffty.
Esta pasó rápidamente y le dejó a Alastor 3 rebanadas de pastel de tres leches y frutos rojos con base de galletas, una taza de té y los cubiertos. Cuando llegó el amado de su amo sabia que tendría que llevarle algo de comer al menor. Dejó también algunas galletas y luego habló en voz baja.
Niffty: Aquí le ha mandado la señorita Mimzy.-Dijo estirando su mano para entregarle un carta en un sobre blanco y un sello de sera derretida con una pequeña flor adjunta a el.
Alastor: Sabes de que tratas?-Dijo recibiendo el mandado y mirándolo con desinterés, ya conocía de que se trataban esa clase de invitaciones.
Niffty: No me dijo pero debe ser lo de siempre.
Alastor estaba por tirar la invitación a la chimenea cercana hasta que tuvo una idea.
Alastor: Dile a Rosie que preparé el mejor vestido para Anthony y el mejor traje para mi...Dile que para mañana a las 5 deben estar listos.
La chiquilla hizo una reverencia y salió con rapidez.
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Creadora
Espero que les haya gustado el capitulo de hoy, gracias por ver, no se olviden de comentar y votar. Bayyy
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Diferentes Mundos, Mismo Amor-RADIODUST
Roman d'amourUn ángel que decidió ir a explorar el mundo humano sin saber que allí encontraría a alguien que le cambiaría su existencia entera, el amor de su vida...pero no todo seria tan facil.