AMERYAN
POCAS HORAS DESPUÉS DE HABER CAÍDO DORMIDO, ALGUIEN ENTRÓ EN SU habitación. Ameryan, siempre de un sueño bastante ligero, se movió de la forma más disimulada posible. Tomó el cuchillo que descansaba debajo de su almohada y rodeó el mango con sus dedos. Su miedo de ser escuchado, por los ruidosos latidos de su corazón nervioso, fue más grande que el miedo de ser atacado. Era rápido, podía moverse lejos de la cama al escuchar la madera crujir.
Pero la madera no crujió.
La persona que entró sabía dónde debía pisar para evitar hacer ruido. Sin esos sonidos para guiarse, Ameryan estaba prácticamente indefenso. No sabría por dónde moverse o qué debía esquivar. Tampoco tuvo que pensarlo por mucho tiempo, ya que un cuerpo saltó sobre la cama.
—¡Ameryan!
Sus oídos captaron un silbido chirriante y molesto. Ocurría cuando estaba asustado, cuando su naturaleza lo hacía sentir acorralado. Se sintió de esa misma forma años atrás, cuando los cazadores de dragones lo ataron y privaron de la claridad, amenazando con destruir su débil cuerpo. El miedo podía ser más grande que todo lo demás, incluso más que un dragón.
Fue ese miedo el que le impidió percatarse de las manos que tomaron su cintura y repartieron caricias tranquilizadoras. La confusión apareció segundos después, pues siempre iba de la mano con el miedo, cuando ese par de ojos oscuros brillaron bajo la luz de una solitaria vela en la mesa junto a la cama. Con el cuchillo en la mano, listo para atravesar la garganta del intruso, Ameryan se encontró cara a cara con el mismo hombre que le robaba el aliento todos los días.
Todas las noches, todos los sueños.
—Jacaerys.
Lejos de alejarse, Jacaerys sostuvo su mano un poco más cerca del filo del cuchillo. La hoja, afilada y hermosa, tocó brevemente la piel de su cuello.
—¿Pensabas asesinarme?
—Aún lo pienso —bromeó—. ¿Cómo te atreves a asustarme de esta forma? Si no hubiese reaccionado a tiempo, tú...
—No vuelvas a dudar —susurró él—. Ningún miembro de la familia real entra en los aposentos de los demás sin autorización, todos los criados deben tocar las puertas. Si alguien más intenta entrar, no será un amigo. —Jacaerys presionó un poco más el cuchillo—. Si alguien más intenta entrar, ataca.
—Lo haré.
Ameryan se hizo a un lado. Lo intentó, pero Jacaerys tomó regresó el agarre a su cintura, forzándolo a mantenerse en ese lugar, sobre su regazo. El príncipe heredero se enderezó con una sonrisa satisfecha. Sus ojos viajaron por la piel expuesta, por la tela que caía floja en su hombro y pecho. Fueron dedos ágiles y rápidos los que tomaron las mangas caídas y terminaron de bajarlas.
—Debes vestirte —murmuró—. Saldremos.
Ameryan llevó su mirada a los enormes ventanales.
—La cena se llevó a cabo hace pocas horas, no debe ser siquiera media noche —le dijo—. ¿A dónde podríamos salir a esta hora?
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LACUNA, Jacaerys Velaryon.
Fanfic࿐ ࿔*:・𝐋𝐀𝐂𝐔𝐍𝐀 | JACAERYS VELARYON no esperaba encontrar en un matrimonio arreglado lo que faltaba para llenar el espacio en su alma. • JACAERYS VELARYON X MALE OC! [PERSONAJE MASCULINO] • ⚠️ TENER EN CUENTA: • por favor, lean las etiquetas y...