Gracias a la virgen y todos los santos, mi mente brillante se empaco una botella de Fernet en caso de que alguna vez la
llegue a necesitar, y una fiesta con los chicos me parecía motivo suficiente para usarla, inducirlos al mundo Argentino despacio.Imogen no paro de llenarme de mensajes en el día, dios mío, ¿Esta chica no trabajaba? Yo apenas pude despegar mis ojos de la computadora y alejar mi mente de los números y los gráficos.
Una vez más, me encontraba estirando para evitar que se me contracture el cuerpo de tanto pasármela sentada, ni hablar que desde la incomodidad de una habitación de hotel era peor, trabajar con un equipo que se mueve para todos lados es difícil.
Largue un bostezo a mitad del día, exhausta de haberme levantado temprano después de no haber podido pegar un ojo, pero los nervios que sentía por suerte se disiparon luego de la reunión con el equipo, había salido todo más que bien y mañana se pondrían a ajustar todo en el auto de los chicos.
Decidí bañarme y quería también dormir una siesta, pero acostumbraban a cenar temprano y apenas había comido durante el día, así que a eso de las cinco me acerqué al buffet del hotel, cruzándome con algunos colegas, aproveche el tiempo para hacer un poco de sociales.
Me senté junto al hermano de Charles, que nos acompañaba a casi todos lados, y charlamos un buen rato hasta que el Monegasco decidió hacer acto de presencia, sudado y un poco rojo del entrenamiento.—Arthur... Anna - Nos saludo respectivamente y se sentó enfrente nuestro, se sirvió algo de comida y con mucha hambre se lleno la boca de comida.
—Déjale algo a los demás Leclerc -Proteste al verlo con el plato lleno.
Me señalo con el tenedor y casi escupiendo comida me reprochó.
—No comas con los ojos Rodriguez.
Rodé los ojos y moví la comida de mi plato, alejando mi mente de la triste ensalada que tenía servida, no me servía hundirme más en mi cabeza.Arthur se carcajeo de nuestra pelea de miradas y se levanto al rato despidiéndose, asegurando que nos veía esta noche.
—Así que, ¿Vas a ir a la fiesta? Sigo sin creerlo -Hablo una vez tragó la cantidad de comida que de había engullido, mirándome a la cara con algo de curiosidad.
Me escogí de hombros.
—Ya sabes como se pone Imogen, en los seis meses que llevo trabajando acá no pudo sacarme una vez, decidí darle el gusto - Con la mano un poco temblorosa, tome un bocado de mi ensalada.
—¿Estas bien? -Sus ojos se enfocaron en mi mano, que no paraba de temblar.
—Si, tome mucho mate y café con el estómago vacío, estoy que causo un terremoto en cualquier momento.
De sus labios de escapo una risa ronca, bastante sensual a mi parecer.Con Charles nos llevamos bien desde que entre a trabajar a fin de temporada el año pasado con ellos como pasante. Siempre compartimos chistes y jodas entre nosotros, algunas bastante intimas diría yo. Lo mismo con Carlos, pero de cierta forma se sentía diferente con el Monegasco.
Desde que se separo de Alex estuvo algo distante, no triste, pero bastante pensativo.—Stupide, ¿cómo no vas a comer nada? Servite mas comida, más proteína -Agarro una cuchara y sirvió huevos revueltos en mi plato y algo de bacon de paso, parecía un desayuno - Cómetelo, no quiero que termines vomitando esta noche por tomar con el estómago vacío.
—Te falta calle pibe - Le dije por lo bajo rodando los ojos, pude sentir la punta de sus zapatillas clavarse en mi tibia - Auch, maldito.
—Come -Me señaló el plato con los ojos, hice caso, solo porque no quería que mis compañeros se preocupen por mi o mi rendimiento laboral.
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Defenceless • Charles Leclerc
Подростковая литератураAnna no necesitaba que como ingeniera mecánica le expliquen como hacer su trabajo, pero a Charles Leclerc le encantaba saturar su poca paciencia.