Capítulo 5: El inicio de las pruebas. Parte 3.

70 8 2
                                    

La tarde había caído y no faltaba mucho para que el atardecer se pudiera ver. Narinder se encontraba tumbado en la hierba, agotado por el duro entrenamiento que habían tenido, con la respiración entrecortada y los ojos cerrados, tratando de recuperar un poco de fuerza para levantarse e ir a su cabaña compartida.

En eso apareció alguien que se acercaba con pasos firmes y, en poco tiempo, estaba a su lado. Pudo sentir cómo quien sea que estuviera a su lado se agachaba y lo miraba fijamente. Él no reaccionó a pesar de sentir la mirada intensa de quien estuviera junto a él, pero, de un momento a otro, sintió como si le dieran una bofetada, lo que lo hizo reaccionar por fin, abriendo los ojos y dejando que el dolor se manifestara mientras se tocaba la mejilla afectada.

- ¡AY! ¿QUÉ CARAJOS TE PASA!? -Al mirar hacia la dirección de donde estaba la persona que lo había abofeteado, encontró a la panda roja, que lo observaba con una mirada seria y, al parecer, un poco molesta.- ¿¡QUÉ MIERDA TE PICA?! ¿¡POR QUÉ ME ABOFETEASTE!?  -

- Hiciste un trabajo decente hoy. -Comentó, utilizando un tono serio mientras intentaba mantener la calma para disimular su creciente molestia.

Sin embargo, esa respuesta solo logró enfurecer aún más a Narinder, quien, frustrada, se levantó del suelo, todavía masajeándose la mejilla que había sido golpeada.

- ¡¿Me abofeteas solo para decirme una tremenda ridiculez?! -La frustración era evidente en su expresión, y se notaba lo molesto que se sentía por la situación.- Por supuesto que hice un buen trabajo, soy el mejor de todos, pero eso no significa que tengas el derecho de golpearme; de hecho, ¡Ni siquiera tienes una razón válida para hacerlo! -

La Panda Roja no respondió de inmediato. En lugar de eso, tomó un profundo respiro y, después de un momento de reflexión, fijó su mirada en los ojos de Narinder. A medida que el aire salía de sus pulmones, comenzó a perder la calma y a manifestar su creciente descontento.

- Está bien, iré directo al punto. - Menciona ella con un tono molesto y distante.

- ¡Claro idiota!, ¿por qué me pegaste una bofetada sin motivo alguno? -Responde él, visiblemente frustrado, esperando una explicación de la chica.

Sin embargo, lo que no anticipaba era que Kam lo sujetara del cuello de su camisa, acercándolo a su altura de manera inesperada.

- Mira, pedazo de inepto, no vayas a arruinar esto. No intentes escapar ni se te ocurra pensar en matar a alguien o hacerle daño a otra persona. No decepciones a Crack, ¿me entendiste? - Lo miró con una expresión que denotaba que era el ser más repugnante del mundo.

- ¿QUÉ? ¿A QUÉ MIERDA TE REFIERES? -

- Me refiero a que Crack te eligió por razones que no puedo entender, y no tengo la menor idea de qué es lo que él ve en ti. Pero si te atreves a decepcionarlo, te juro que lo pagarás muy caro. ¿Me entendiste?  -

- ¡Claro! -Dijo él mientras una sonrisa se dibujaba en su rostro, pero la chica, a su lado, arqueó la ceja con desdén.- ¡QUE NO! -

Tras el grito, Kam lo apartó de un empujón, lanzándole una mirada llena de odio, y se alejó en dirección opuesta. Por su parte, Narinder ajustó el cuello de su camisa, intentando contener la ira que lo consumía, antes de mirar a la chica con una intensa rabia en sus ojos.

- Eres un idiota. -Declaró, su voz sonando oscura y cargada de resentimiento acumulado.- Pero, ¿qué puedo esperar de alguien como tú?  -

- ¡Vete al diablo, niña! -Kam intenta acercarse para agarrarlo de la camisa, pero esta vez Narinder la sujeta con firmeza de las muñecas, evitando que ella logre soltarse.- Explícame, niña, ¿a qué te refieres con decepcionar a Crack? Y, ¿por qué demonios te importa eso? -Su mirada se clava en Kam con una mezcla intensa de curiosidad y desconcierto.

 Perdonar al Dolor: Cult of the Lamb.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora