Caos

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Brasil 2022, el equipo Redbull afronta el que es tal vez el mayor quiebre entre la dupla Verstappen-Perez.

Tras diversos problemas entre ambos pilotos acarriados desde Mónaco, Max se nego a dejar pasar a su compañero para que este conserve su segundo lugar en el campeonato de pilotos. Tras este suceso el mexicano pasaria a tercer lugar solo por detras del mismo Max y Charles Leclerc en la Ferrari.

Sexta posición para Max y séptima para Sergio.

No podio, no festejó.
Cada uno volvió a su garaje, donde todo era silencio, hasta que apareció él, Christian Horner, Con una cara de culo que no ponía desde que Webber le escribió esa carta al director de Redbull.

- Max  - llamo Horner con la voz más autoritaria que podía poner un beta. Pero este fue ignorado por el beta menor, quien ni siquiera se detuvo a sacarse su casco o ver al resto del equipo.

Quien si apareció inmediatamente buscando al director del equipo fue Sergio, el alfa del equipo.

Horner puso su mano en el hombro de Checo. - lo sé, se lo dijimos, pero él no quiso, puedes ver el clip después. -

Checo suspiró. - voy a hablar con él -

- suerte  - No se escuchaba muy convencido, pero que más daba, si el tampoco. Max era terco como una mula, y más que él, su padre.

Se sacó el casco y agradeció a todo su equipo, dirigiéndose al motorhome de Max.

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Unos 100 golpes a la puerta no fueron suficientes para que Max responda. Por lo que ya cansado abrió la misma sin esperar invitación.

Al abrir la puerta un olor dulce golpeó su nariz, aroma casi hipnótico, una mezcla de miel y flores.

- Max? - al mirar bien en el interior de la habitación no pudo ver al omega del cual provenía el olor, solo a su compañero de equipo, beta, el cual no se veía muy bien.

Emilian temblaba y sudaba, su figura se hacía pequeña en el sillón, su cara estaba sonrosada, aunque bueno, cuando su cara no lo estaba.

Checo se arrodilló frente al beta, que si no fuera porque es su compañero y sabe su género secundario, tal vez dudaría de que no fuera un omega en pre-celo.

- Max, ¿estás bien? - preguntó el mexica mientras ponía una mano sobre la rodilla del menor. Mano que fue rápidamente arrancada de ahí por el mismo Max.

- ¡no me toques!  - dijo muy alterado, agitándose, donde su parte animal, instintiva, le pedía una cosa y la racional le pedía otra.

Para su lado animal era fácil aceptar el contacto del otro piloto, incluso pedía más. Pero su lado racional le recordaba que eso estaba mal, que era asqueroso desear así al alfa.

Pérez rápidamente se recompuso del shock inicial y miró desde arriba al holandés. - y yo que pensaba que estabas así porque te arrepentías de lo que hiciste. - soltó con veneno el mayor. - solo eres un beta inmaduro que a pesar de sus 25 años sigue actuando como un cachorro mimado, y ya te dije que lo de Mónaco fue un accidente, a diferencia de ti, yo no tengo el deseo egoísta de sabotear a mis compañeros.  -

No se había dejado nada adentro, y llevaba mucho tiempo reservándolo.

Max gimoteo, todo era tan confuso, primero estaba experimentando algo nuevo que nunca había sentido, su cuerpo cambiaba, sudaba... y otras cosas que no podía explicar. Y ahora Checo, le gritaba y le reclamaba cosas, que para bien o para mal, sabía que había hecho, y eso lo hacía sentir peor, él ahora mismo quería la aprobación del mexicano, pero iba en contra de lo que su papá le había impuesto.

sabía que todo esto estaba mal, se si Sergio permanecía ahí, junto a él, descubriría sus secretos, o peor su padre se enteraría que se quedaron solos.

-v-vete por favor. - susurró entre gimoteos.

- ahora no... - antes de que pudiera terminar su oración, una fuerte mano apretó su hombro.
Era Jos, quien lucía realmente enojado, había escuchado los gritos de Checo a su cachorro.

- creo que el dijo que te vayas, Pérez.  - dijo sin dudar en usar su voz de mando.

- y yo creo que aún me debe responder. -

- no, no, nosotros no te debemos nada, es más yo diría que ahora estamos a mano. -

- lo sabía esto es por Mónaco, pero como ya le dije a Max, y ahora se lo repito a usted, yo a diferencia de ustedes no especulo contra mis compañeros. -

   -  no me interesa, te vas de acá, no te quiero volver a ver cerca de mi cachorro. -

Ahí está de vuelta, ese trato irracional de cachorro que le tiene Jos a Max, le daba asco, porque un día lo trataba así, y al otro le gritaba de todo, y el otro se dejaba.

Suspiró y pegó la vuelta, no valía perder el tiempo con estos dos. Salió del motorhome, No sin antes, y sin darse cuenta, soltar su aroma a olivo y críticos, para calmar al omega asustado, es decir Max.

Cuando el alfa más joven cerró la puerta, Jos le pegó una patada a la misma.

Max retrocedió asustado, topándose nuevamente con el respaldar del sillón.

- ¿te hizo algo?  - el omega negó. Jos se acercó a este y le sacó la parte superior del traje de carreras, junto al nomex. - estás asustado, no es así, Emilian. -

El león ya no sabe si su padre le habla en serio o si lo está intentando intimidar y lo único que sale de su boca es un leve gimoteo.

- shhhh, está bien Maxie. - dijo Jos mientras acariciaba en círculos la espalda de su hijo. - no estoy enojado contigo, cariño, papi solo quiere que le digas si hoy tomaste tus supresores. -

Max asintió, y Jos gruñó. Esto era un indicativo de que la porquería que le estaba dando ya no surgía efecto.

¿El único otro método de retrasar un celo?
Que el omega sea tratado como cachorro.

- ¿bebé quiere que papi lo mime? - Jos le habló a Max suavemente, a lo que asintió. - mañana vamos hablar de la carrera de hoy. -

Jos sentó a Max en su regazo, haciéndolo rebotar en su rodilla, soltando de su aroma, aunque este último se seguía notando algo incómodo.

- que pasa amor, que te falta? -

Max aspiró las últimas gotas de aroma del alfa mexicano en el cuarto. - Checo, quiero Checo. -

Publicado el 22 de octubre del 2024.

Secretos del 33 al 11Donde viven las historias. Descúbrelo ahora