3. El Imbécil Del Gimnasio

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Aun cansada seguí corriendo hasta un pequeño parque, era muy relajante estar ahí, me senté en el césped e intenté recordar un poco todo lo sucedido antes de mi despertar, por mucho que lo intentaba no conseguía llegar a mi mente ninguna imagen y eso me frustraba demasiado, era como si hubiese perdido toda mi vida, seguí con la mirada a un chico que iba por la calle, pero me sorprendió verlo entrando a un gimnasio, no estaría nada mal apuntarme a uno, no? Me quité los cascos, apagué la música y lié los cascos en el iPod

Fuí hacia ese gimnasio y entré, de primeras vi a una mujer de unos 40 años en la recepción, me acerqué.

~Hola buenos días... -dejé que me dijese su nombre-

~Ann, me llamo Ann y tu?

~Yo soy Daphne, quería preguntarte cuanto cuesta un mes

~Un mes son veinte dólares, aunque creo que no te gustaría mucho estar en este gimnasio, son todo chicos excepto una chica

~No me importa la gente que sea, total, vengo a hacer ejercicio, no a hacer amigas y mucho menos a buscar novio, asique me gustaría apuntarme un mes para probar

~Muy bien, debes rellenar este formulario -me tendió un formulario- el DNI y todo eso supongo que lo llevarás encima, no?

~Creo que no me creerá por esto, pero hace unos meses tuve un accidente de coche, en el perdí todas las identificaciones y la memoria además de entrar en coma, al despertar hace unos días solo descubrí que me llamo Daphne y tengo dieciocho años, asique creo que no podré apuntarme -dije lo último con la cabeza gacha-

~No se si creerte, pero bueno, si quieres puedes tener una cuota hasta que acabe el mes ya que sólo queda una semana, son cinco dólares y no necesitas nada más que tu nombre, supongo que también te valdrá eso hasta que te arregles todo sobre el DNI y todo eso -me dijo la señora con seriedad-

~Muchísimas gracias, entonces me apunto a ello, aquí tiene los cinco dólares -se los di al igual que ella me tendió el documento donde sólo debería de poner mi nombre en una larga lista donde supongo que los nombre que aparecían serían de los abonados este mes, rellené el hueco con mi nombre-

~Muy bien, tome este papel, ya que es por esta semana debe presentarlo cada día antes de entrar -me dió un papel con un número-

~Muchas gracias, creo que entrare hoy para empezar

~Perfecto, espero que le guste el gimnasio -dijo volviendo la vista al laptop donde tenía unas página web abiertas-

Entré y a lo primero que fuí eran las cintas de correr, después de estar una media hora ahí fuí hasta el saco de boxeo donde habían unos sacos comunes por si a alguien se le olvidaban, los tomé y empecé a darle fuerte al saco, quería liberar esa frustración que sentía por no poder recordar nada, se me fué un largo rato y cuando mis puños empezaron a doler por las rozaduras y la fuerza con las que había dado al saco desvié mi vista a la pared pondré parecía haber un reloj que marcaba las 9:18, tanto tiempo había estado fuera de casa? Debía volver asique dejé los guantes en la banqueta donde estaban y al girarse mirando al suelo me choque contra alguien, supuse era un chico y no me equivoqué al abrir los ojos y ver a un chico alto, con pelo castaño oscuro hacia arriba, ojos azules, unas mallas de chico y un chaleco gris con capucha abierto dejando ver su trabajado torso, me miró con gracia.

~Como una niñata rubia y princesita está en este gimnasio, vuelve con tu principito, aquí no haces nada -dijo burlón-

~Perdona? Si yo soy una niñata princesita tu eres un minion, no te creas tanto contra mi porque no me conoces y porque sea rubia no significa ni que sea tonta ni que no sepa pegar, entendido? -me había cabreado bastante ese chico, tanto hasta llegar al punto de arrepentirme de en vez de darle los golpes al saco debía dárselos a el, le esquibé y casi saliendo de la sala de gimnasio le dije unas últimas palabras- por cierto, antes que el príncipe azul prefiero a el chico de la moto con tatuajes que hace peleas ilegales, asique de princesita no tengo ni el nombre -Salí por la puerta orgullosa de lo que acababa de decir, era verdad lo de que prefería al malote antes que al chico bueno? Si, me despedí de Ann con un gesto con la mano y una sonrisa y volví al departamento, lo que me llevó una media hora corriendo, ya que cuando salí a correr tardé una hora porque daba vueltas a la manzana en muchos de los cruces de las calles, al llegar subí al departamento por las escaleras y entré con las llaves de la ex novia de Ares.

Si juegas te arriesgas a perder.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora