capítulo 16

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La atmósfera en el vasto tribunal intergaláctico estaba cargada de una tensión palpable. Los traidores aún se retorcían, atrapados por los tentáculos, mientras el portal al universo infernux seguía abierto, emitiendo gritos y lamentos de almas perdidas. Alexmaxtez, el dragón universal, los observaba con sus imponentes ojos, esperando la respuesta de Isary.

Isary: (mirando a Alexmaxtez con calma) Quiero que sufran, pero no solo por lo que me hicieron a mí... sino por todo el daño que han causado en sus vidas. Quiero que cada uno enfrente el dolor de quienes han lastimado.

Alexmaxtez asintió lentamente, su poderosa voz resonando en el vacío.

Alexmaxtez: Un castigo justo... cada traidor será enfrentado a las consecuencias de sus acciones. Sentirán el sufrimiento que provocaron en aquellos que alguna vez fueron sus víctimas. ¿Algo más que desees agregar?

Isary se detuvo un momento. Sus ojos recorrieron a los traidores, quienes ahora estaban pálidos y temblaban de miedo. Luego, miró a Rex, cuyos gritos egoístas aún resonaban en su cabeza.

Isary: (señalando a Rex) Él... (pausa) Quiero que viva con la certeza de que nunca podrá poseerme ni controlar a nadie más. Que su obsesión lo consuma en la soledad eterna.

Rex gritó, luchando con todas sus fuerzas contra los tentáculos, pero no podía escapar. Sus ojos llenos de desesperación se clavaron en Isary.

Rex: ¡No! ¡Tú eres mía, siempre has sido mía! ¡No puedes hacer esto, Isary!

Alexmaxtez lo interrumpió con un rugido tan fuerte que hizo temblar el propio espacio que los rodeaba.

Alexmaxtez: ¡Silencio, insecto! El juicio ha sido dictado.

En ese instante, un nuevo ser apareció en el tribunal. Era Athen, flanqueado por sus hermanos. Con pasos decididos, se acercó a Alexmaxtez, quien bajó la mirada para escucharlo.

Athen: Queremos ser parte de su castigo. No solo en el juicio, sino que queremos asegurarnos de que jamás puedan escapar de lo que les espera.

Alexmaxtez sonrió levemente, impresionado por la valentía de Athen.

Alexmaxtez: Muy bien, joven dragón. Serán guardianes de sus tormentos. Vigilarán sus almas para que jamás puedan huir de sus destinos.

Athen y sus hermanos intercambiaron miradas de determinación. Cada uno sabía que este sería un destino no solo para los traidores, sino también para ellos, que llevarían la responsabilidad de asegurarse de que esos seres nunca volvieran a dañar a nadie.

Finalmente, Alexmaxtez agitó una de sus gigantescas alas, creando una ráfaga de viento cósmico que arrastró a los traidores hacia el portal del universo infernux. Mientras desaparecían, sus gritos fueron absorbidos por el vacío, dejando solo un silencio sepulcral.

Alexmaxtez: El juicio ha terminado. (Mirando a Isary) Tu sufrimiento ha sido vengado. Ahora, es tu momento de decidir qué será de tu futuro.

Isary miró a su alrededor, sus amigos y aliados permanecían en silencio, observándola. Sentía un peso en el corazón. Sabía que aunque se había hecho justicia, las cicatrices de lo ocurrido no desaparecerían tan fácilmente.

Isary: (mirando a sus compañeros) Quiero estar con ustedes. Este es el único lugar donde puedo encontrar paz.

Sus amigos sonrieron, y el ambiente se llenó de una cálida sensación de alivio. Okita se acercó a Isary, poniendo una mano en su hombro.

Okita: Has sido más fuerte de lo que muchos podrían haber sido, Isary. Nos aseguraremos de que estés bien a partir de ahora.

Alexmaxtez, viendo que su trabajo estaba completo, comenzó a desvanecerse, regresando a las profundidades del cosmos.

Alexmaxtez: (antes de irse) Siempre estaré vigilando. Si alguna vez me necesitan... sabrán cómo encontrarme.

Con eso, el dragón universal desapareció, dejando a los amigos solos en ese vasto espacio vacío, pero libres de las amenazas que una vez los persiguieron.


seré fuerte por ustedes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora