Capítulo IV: El bebé importa.

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Tweek llevaba meses con esa rutina, incluso compró un muñeco idéntico a León por si Craig en algún momento se asomaba y nunca tuve un regaño de parte del moreno. Por su parte, Tucker pensó que el chico ya se había rendido y había aceptado vivir con ellos, pues, cuando llegaba en la mañana a cambiarse y veía a su hijo, siempre el rubio estaba dormido a lado de él.

-Un maldito quiropráctico Kenneth, solo te pedí que me trajeras a un maldito quiropráctico ¿¡Qué hago en el hospital!? -Era domingo por la tarde y Tweek tenía un dolor de espalda ya insoportable por el mal posicionamiento al dormir en la cama, de verdad necesitaba un quiropráctico y, como su estúpido amigo le dijo que conocía uno, confió ciegamente en él.

-Está en la sección de quiroprácticos del hospital, es mi amiga, novia de mi hermano mayor, y no cobra mucho. – Dijo Kenneth acercándose a una castaña que los veía con una sonrisa. – Hola Tammy.

-Kenny. -Sonrió la chica al rubio mientras le daba un beso en la mejilla. -Un gusto verte, ¿es él?

-Sí es mi amigo Tweek, trabaja como niñera de un bebé rico que es tan tacaño en no darle una cama a lado del bebé para que pueda dormir como un ser humano.

-Kenny me paga bien como para que yo no me compre una cama. -Y lo había pensado pero se le ha olvidado pedir el permiso a la señora Tucker. -Solo, por favor, ¿podría ayudarme con mi espalda?

-Claro que si lindo. -La omega le sonrió mientras lo conducía al segundo piso del hospital y lo ayudaba a sentarse en unas sillas, viendo a muchos padres con bebés por la campaña de vacunación del hospital. -Hoy hay mucha gente, pero deja sacó el permiso y te paso a una cama libre, por lo de vacunación nos quitan nuestros lugares.

-Que mal. -Afirmo Kenny mientas Tweek buscaba una postura donde no doliera tanto. -Quédate aquí Tweek en lo que sigo a Tammy para llenar unos papeles de tu ingreso.

-No es como que me pudiera mover, amigo. -El rubio solo se limitó a sonreír y Tweek se dejó caer cerrando los ojos y esperando que fuera rápido, pensando si ya habían vacunado a León o esto era por otra razón diferente.

Y, como si lo hubiera invocado con su mente, sintió rápidamente el aroma de vainilla del niño con el de pino de... mierda su jefe.

- ¡Mami, mami! -Tweek abrió los ojos y vio que de hecho, Clyde era quien venía cargando a León y Craig estaba atrás en su teléfono claramente molesto, genial, más problemas. -Tengo miedo.

- ¿León? -Tweek vio a Clyde en señal de información y después este señalo la campaña. - ¿Te van a vacunar?

- ¡No!, ¡Mami, por favor! -El bebé estaba al borde de llorar y la actitud de Craig no ayudaba.

-Deja de decirle así León. -Gruño el alfa sin despegar la vista del teléfono. -Él no es tu madre.

León se quedó callado sosteniendo su llanto, ahora entendía porque Clyde lo traía cargando, claro que vio el dolor que le causaron esas palabras en ese cachorro y recordó como él también sufrió ese dolor de no poder decirle a alguien "mamá".

-Soy su madre hasta que él entienda que pasa en su alrededor. -Gruño enojado el omega asombrado a Clyde. -Así que no lo vuelvas a decirle eso Craig.

- ¡Tú no me das ordenes!, ¡Solo eres un simple empleado más! -El alfa de Craig enojado salió a relucir, Clyde por consecuencias dio un paso atrás y León empezó a espantarse de más.

- ¡Y tú eres un pésimo padre! -Ese fue el punto de quiebre, Craig agarró de la camisa muy molestó a Tweek, sin embargo, al hacer eso y levantarlo el dolor de su espalda se agudizo lanzando un quejido de dolor con su omega, lo que terminó de romper a León llorando amargamente y volviendo en sí ambos que estaban tan sumergidos en su pelea.

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