Capítulo XVI: Novios.

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-Si ya aceptaste ser mi pareja no entiendo porque no quieres ir a la mansión. -Después de una hermosa cena, el rubio le pidió de favor a Craig de llevarlo a su casa.

-Déjame vivir la ilusión de adolescente de contarle a mis amigos. -Contestó burlón el chico con una sonrisa que no se le había quitado en toda la noche.

El moreno no dijo nada, sin embargo cuando llegó a la casa del chico se dieron cuenta que alguien estaba en la habitación del rubio y por los movimientos de las sombras no precisamente durmiendo.

-Ese bastardo. -Tweek juraba que era Stan, pues a veces cuando iba a descansar a su casa él estaba ahí como si también fuera su cuarto. -Quemaré las sábanas, que asco.

- ¿Te llevo entonces a la mansión? -El rubio negó con una sonrisa.

-No, dormiré en el sofá. -Sin embargo, el moreno solo rodo los ojos y, agarrando al rubio de la cintura lo empezó a besar para que este cayera en su encanto y volverlo a subirlo al auto.

-Eres una de las personas más tercas que conozco, cariño. -Dijo Craig cerrando la puerta con un rubio totalmente acalorado viendo al pelinegro como adolescente de 15 años.

Realmente cuando les contó a todos sus amigos la mayoría no se sorprendió. Se notaba a leguas que ambos tenían una conexión y las cosas realmente no cambiaron mucho a su rutina, ambos disfrutaban estar juntos jugando con León, momentos a solas platicando en la habitación del rubio que, no quiso mudarse a la de Craig porque "quería ir lento" y por supuesto cuando estaban lejos estaban al tanto uno del otro, como recién enamorados.

-Sabes, desde que lo vi supe que iba a flecharte. -Aseguró el castaño en la oficina de su mejor amigo, habían estado trabajando en un proyecto y el mayor se tomó el tiempo para hablar con el rubio y saber si todo estaba bien.

-Temía mucho tu reacción. -Le confesó Craig a Donovan mientras veía la pantalla de su computadora analizando unos datos. -Por ser el hermano de Thomas.

-Pero él es mi primo.

-No tiene mucho que te enteraste de eso, sabes a lo que se refiere. -Clyde solo sonrió de medio lado y negó con la cabeza.

-Sabes, cuando Thomas venía a mi quejándose de ti, realmente me daba coraje con él mas que contigo, porque eres mi mejor amigo y has estado ahí para mí como él y no podía poner uno sobre el otro, eres mi hermano Craig. -El pelinegro le puso atención al omega castaño, curioso a lo que decía. -Cuando Thomas falleció me dio mucho miedo que te cerrarás a la vida, pues quería verte feliz y quería que León fuera feliz... Cuando conocí a Tweek no fue en el momento que me presenté, fue en el momento que vi como acunaba a ese cachorrito como si fuera suyo y entonces entendí que él, con su forma de ser y su físico al igual que su aroma era la persona que podía hacerte volver a enamorar y ser feliz.

-Yo no lo vi así al inicio. -Aseguró el alfa. -Su aspecto y aroma fueron dolorosos al inicio, de verdad fue ver a Thomas por un instante pero apenas abrió la boca me di cuenta que no era para nada al chico, tenía su historia y sus miedos... Huye fácilmente y mientras ayudaba a superar sus nervios, poco a poco me iba a enamorando de esa faceta de él.

- ¿Sabes que aún tiene dudas? -Tal vez es lo único que no le gusta a Clyde de Tweek, que el chico tiene muchas heridas que le prohíben gozar completamente su vida.

-Sé que a pesar de tener sus dudas, luchas contra ellas buscando la felicidad que desea. -Craig retomó su trabajo y después de un rato suspiró. -Llámala.

Clyde sonrió de medio lado negando mientras iba por ella. Unos minutos después entró una sexy omega rubia con una falda corta, camisa con un botón desabrochado y una enorme sonrisa que olía a caramelo. Annie Knitts fue la última mano derecha de su padre y su mano derecha cuando heredó el negocio, era una omega muy guapa y estuvo a punto de aceptarle una cita (por presión de Clyde y Tricia), si no es porque tuvo que mandarla un año a Alemania a supervisar su empresa en Europa.

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