El sonido del despertador retumbó que me hizo despertar, sacándome de un sueño hermoso que no quería acabar. Me desperecé y me levanté, estirando los brazos mientras los rayos del sol se colaban por la ventana. Hoy era un día especial, no solo porque Eun-ji me había invitado a acompañarla a su práctica de boxeo, sino porque, de alguna forma, sentía que esta invitación marcaba algo más. ¿Un nuevo comienzo, quizás?
Me dirigí al baño para arreglarme y me fui a mi cuarto para ponerme unos pantalones sueltos negros con mi polo que se miraba mis curvas un poco, mi gorra negra y zapatillas para entrenar. Me aseguré de llevar una botella de agua y algunos snacks, y, por si acaso, guardé mi maquillaje en la mochila. Nunca sabes cuándo puedes necesitarlo y mi collar que mi papá me dio diciendo que esto era algo valioso.
Salí del departamento después de un rápido desayuno. Mi papá me despidió con una sonrisa y una advertencia: "No te sobre esfuerces". Reí y le aseguré que estaría bien, aunque no podía evitar sentir los nervios al pensar en lo que me esperaba. No era solo el boxeo... era pasar tiempo con Eun-ji, quien había estado más cercana últimamente, la amistad es muy hermosa.
Caminé hasta el lugar que ella me había indicado, en un gimnasio que me dijo. Al llegar, me detuve unos segundos antes de entrar, observando a través de las ventanas había hombres y mujeres y algunos con sus entrenadores. Eun-ji ya estaba allí, practicando sus golpes y patadas con una intensidad que nunca antes había visto en ella. Su postura era firme, sus movimientos precisos, y la manera en que su cuerpo se movía con fuerza y gracia era... impresionante.
Me quedé sin aliento.
"Boxea genial... qué linda..." pensé, sintiendo que el calor subía a mis mejillas de manera inevitable. Aparté la mirada por un momento, tratando de calmar mi sonrojo. No entendía por qué esa reacción así, pero cada vez que la veía entrenar, sentía una mezcla de admiración y algo más, algo que me resultaba difícil de identificar. ¿POR QUE ESTÁN DIFICIL ESTO?.
Eun-ji me vio en la entrada y, con una sonrisa amplia y brillante, dejó de entrenar y se acercó.
—¡Mi-Suk! ¡Qué bueno que llegaste! —dijo, dándome un rápido abrazo antes de apartarse para agarrar una toalla y secarse el sudor de la frente—. ¿Estás lista para entrenar un poco conmigo? —bromeó, lanzándome una mirada juguetona.
—Ehm... no sé si estoy lista para golpes —reí nerviosa, frotándome la nuca—. Pero te ves increíble entrenando, no sabía que eras tan buena en esto.
Eun-ji sonrió, claramente halagada, y golpeó el aire de manera ligera, como para mostrarme un poco más de sus habilidades.
—Es algo que empecé hace poco, pero me gusta. Me ayuda a liberar el estrés —dijo, y luego me guiñó el ojo—. ¿Te animas a intentar algo básico?
—Hmm... bueno, podría intentarlo —respondí, aunque en el fondo me sentía un poco intimidada. No quería quedar en ridículo frente a ella, pero tampoco quería decepcionarla, y entramos al ginmasio.
Eun-ji se acercó a mí y tomó mis manos suavemente, mostrándome cómo posicionarlas correctamente.
—Así, más firme —dijo, guiándome con paciencia—. Lo importante es sentirte segura, sin tensión.
Su cercanía me hizo sentir nerviosa, pero de una manera diferente, y mi mente comenzó a divagar mientras me concentraba en sus palabras. Su toque era cálido, y mi corazón latía un poco más rápido de lo normal. "¿Por qué me siento así...?" Me pregunté en silencio, mientras intentaba imitar sus movimientos. Pero mis pensamientos estaban divididos. ¿Era admiración? ¿Vergüenza por no ser tan hábil como ella?. Después de practicar algunos movimientos básicos, nos sentamos en el suelo del gimnasio para descansar. Eun-ji me ofreció una botella de agua, que acepté con gratitud, aunque había traído mi botella pero no importaba, y empezamos a hablar de temas más relajados. De repente, ella se detuvo y me miró fijamente, con una sonrisa suave.
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Lim Mi-Suk esconde un secreto
RomanceEn una nueva escuela, Lim Mi-Suk, una chica de quince años que guarda un secreto profundo, lucha por encontrar su lugar en un mundo que a menudo se siente hostil. Mientras intenta lidiar con su identidad y el miedo al rechazo, un encuentro inesperad...