Los rayos del sol entran por la ventana, abro los ojos perezosamente, miro alrededor para adaptarme, veo la habitación completamente vacía.
—"Genial..."— murmuro para mí misma.
La cama de Natalia está sólo con el colchón, ni siquiera hay sábanas, sus pertenencias ya no están, la cama de Ruby está desecha pero puedo imaginar dónde está. Salgo de la cama lentamente, suspiro, me pongo un albornoz por encima para ir a la cafetería.
Salgo de la habitación, todavía sintiendo el peso de la soledad en el pecho. No puedo evitar pensar en cómo todo ha cambiado. Primero Lowell, luego Natalia… todo el mundo se va.
Decido acercarme al cuarto de Lowell, aunque sé que no debería. Quizás una parte de mí esperaba verlo ahí, aunque fuera por un momento más. Pero en cuanto entro, me encuentro con dos chicos desconocidos. Me detengo en seco al verlos. Uno es pelirrojo, con el cabello rebelde que parece desafiar cualquier intento de orden. El otro tiene el cabello castaño, ambos de aspecto reservado y claramente nuevos en la Academia.
Siento sus emociones con fuerza: incomodidad, nerviosismo, un toque de desconfianza. Es extraño sentir lo que sienten tan claramente sin que ninguno de ellos me mire directamente. Me aclaro la garganta para romper el hielo.
—"¿Todo bien aquí?" —pregunto, aunque la respuesta parece evidente.
El chico pelirrojo me mira brevemente, su ceño fruncido, pero no dice nada. El castaño apenas asiente con la cabeza, como si estuviera demasiado concentrado en no cometer ningún error. La energía en la habitación es tensa.
—"Soy Lyra." —añado, tratando de parecer amable—. "Antes aquí vivía un amigo mío."
Ambos chicos se miran fugazmente, como si estuvieran evaluando si compartir algo conmigo. Finalmente, el pelirrojo habla con voz algo apagada.
—"Me llamo Rayne."— se presenta el pelirrojo.
—"Yo soy Itsvan."— habla el castaño en un murmullo inaudible pero que logro captar.
Asiento, pero la conversación parece morir tan rápido como comenzó. No insisto. Me doy la vuelta para marcharme, pero antes de salir, lanzo una última mirada al cuarto, ahora tan diferente, lleno de desconocidos. Una parte de mí se siente completamente fuera de lugar.
—"Nos vemos."—digo, aunque no espero respuesta.
Cierro la puerta suavemente y me encamino hacia la cafetería, con la sensación de que todo lo que conocía está desapareciendo poco a poco.
Entro a la cafetería, para ver ya el bullicio de los estudiantes reuniéndose, entre sonrisas e historias que contar, pero visualizo a Ruby entre la multitud.
—"Hola inadaptada."— saluda ella con su indiferencia habitual.
—"Muy graciosa."— pongo los ojos en blanco, pero no puedo evitar sonreír. —"¿Qué haces aquí tan temprano?" —le pregunto mientras tomo asiento frente a ella, sirviéndome un poco de café.
Ruby encoge los hombros, jugueteando con una manzana que parece no tener intención de comerse.
—"No podía dormir. Tú ya sabes cómo es esto, la Academia siempre tan... acogedora."— su tono es sarcástico, como siempre, pero hay algo en su mirada que delata cierto cansancio, algo que no quiere mostrar.
—"¿Qué pasa?"— pregunto, inclinándome un poco hacia adelante.
Ruby levanta una ceja y suelta una risa corta.
—"¿Preocupada por mí? Vaya, eso sí que es nuevo."
—"Ruby." —digo en tono más serio—. "Dime."
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Academia Sobrenatural
FantasyEn un rincón apartado del mundo, oculto entre bosques milenarios y montañas cubiertas de niebla, se alza la Academia Nocturna, un lugar donde convergen aquellos que son diferentes. No es una escuela común y corriente; aquí se reúnen jóvenes con pode...