I'm going to find them [GallyxTnxMinho] correr o morir

Capítulo 35

Narra Minho

   Ya pasó una semana desde aquella noche en la que confesamos nuestros sentimientos a Tn y debo admitir que se siente más liberador el por fin estar juntos oficialmente.

Hoy llegaría un nuevo novato y gracias al cielo Tn no se había puesto amable para decidir darle el recorrido como con Matt.

Hablando de cierto larcho. Clavé mis ojos en él para que sintiera la incomodidad de que alguien lo estaba mirando, para así quitar su mirada de mi novia.

Estábamos estirando frente a las puertas y Tn no era la excepción, pero me molestaba que alguien más la viera, no podía simplemente pedirle a ella que no estirara, sería muy estúpido de mi parte. Así que lo mejor que puedo hacer en estos casos es acercarme y pararme frente a ella para taparle la visión al pelinegro.

—¿todo en orden? —preguntó la pelinegra, mirándome con una sonrisa de lado

—si, tranquila, tú sigue estirando —contesté guiñándole un ojo.

Sin que ella se diera cuenta me volteé para ver si Matt la seguía viendo, pero mi sorpresa fue cuando lo vi un poco más alejado, dejando libre su vista hacia Tn.

Fruncí el ceño y me coloqué nuevamente al lado de ella para obstruir la vista de él.

—¿estás bien? —cuestionó la pelinegra confundida

—si, tranquila —murmuré, sin apartar mi mirada del larcho.

Sus ojos azules parecían querer penetrar mi alma y de alguna forma ver a Tn a través de mi cuerpo.

La sangre comenzaba a hervir en mis venas y mis muelas se apretaban, haciendo tensar mi mandíbula. ¿Por qué la mira?.

—cuatro minutos —dijo Ben, pero no podía quitar mi mirada de la de Matt. Él parecía no querer desviarla tampoco y de no ser porque Tn me tiró del brazo para que nos acerquemos a las puertas, yo aún seguiría en una batalla de miradas pesadas con el pelinegro.

—oye, ¿seguro que estás bien? —insistió la pelinegra. La miré y suavicé mi mirada

—estoy bien, mi amor —murmuré y me acerqué a ella para dejar un beso en sus labios.

Sonrió satisfecha y se puso en posición para entrar al laberinto. Nuevamente sin que ella se diera cuenta llevé mi atención al pelinegro y este ya me estaba viendo con un cierto descontento en su rostro.

Lejos de sentirme, otra vez frustrado, le regalé una sonrisa burlona y volví a mirar hacia las puertas, ignorando su mala cara.

Las puertas comenzaron abrirse y entrelacé mi mano con la de mi novia para correr con ella y evitar que se quedase atrás y que ese buitre se le acerque.

—¡Ahora! —grité y salimos disparados al interior.

Como siempre corrimos todos juntos hasta que cada uno toma su camino, pero hoy yo quería tomar un camino distinto.

Solté la mano de Tn y esperé a que ella desapareciera por un pasillo para regresar sobre mis pasos y adentrarme en el sector tres.

A los lejos vi ese cabello negro que detesto con todas mis fuerzas. Aceleré el paso y antes de que doblara en una esquina grité.

—¡Hey! —fue lo suficientemente alto para que solo él me escuchara y no para alertar a algún penitente que estuviera cerca.

Matt se detuvo y se dio la vuelta y confundido por el llamado, pero en cuanto vio que fui yo quien lo llamó, el rostro se le trasformó.

Me acerqué a él apresurado y sin darle tiempo a reaccionar lo sostuve del cuello de su camisa y lo pegué a la pared con fuerza, haciendo un estruendo en el acto.