Su soledad comenzó cuando el deber llamó y él tuvo que irse, no es como si fuera la primera vez, y no quería pensar tampoco en que fuera la última.
La verdad, es que no sabía en qué pensar en estos días.
Todo estaba tan bien, todo en su lugar, todo en buen tiempo, y se estaba volviendo repetitivo, estaba tan bien todo que debía de haber algo mal.
O quizás solo era incapaz de acostumbrarse a esta realidad.
Sin embargo, cada día lo hacía un poco más y cada día se soltaba un poco más.
El departamento estaba ordenado, impecable y para estos momentos, ya se había encargado de los platos y utensilios de cocina que había usado.
Oh, era la esposa perfecta, podrían decir...
Hacía cosas que ni necesitaba, pero que él sí.
Y es que esto es lo que hacía que su vida tuviera otro aire diferente a lo establecido y acostumbrado durante 30 años de su vida inmortal.
Esta rutina pacifica de poder dormir, despertar al lado de alguien que ha amado desde hace mucho tiempo, prepararse para el día, preparar el desayuno, tener una conversación sobre nada importante, desayunar juntos y... Finalmente, la peor parte, la despedida momentánea.
Ah... Después de todo, sí había algo malo, porque se aburría estando sola, cuando ya no había nada que hacer cuando todo estaba en orden.
No obstante, ahora que reflexionaba sobre eso, mientras miraba a su reflejo, recordó que su amado le dijo que ahora tenía otra "cara".
Esto no era su culpa, ahora era brutal, honesta y sentía miedo, porque a veces se sentía más a salvo cuando no lo miraba, porque ahora no podía esconder sus sentimientos por él; y estaban dominando sus sentidos, su mente y bueno, ¿El corazón? Eso siempre.
Después de horas que parecieron eternas en las que perdió el tiempo en la televisión, en dar un paseo o en revisar algún desperfecto en el hogar, el reloj finalmente anunció que su esperada recompensa del día estaba por llegar.
Y cuando se abrió la puerta por completo, ella extendió sus brazos hacia su amado con un claro sonrojo en las mejillas, cerró los ojos con una sonrisa adorable que no había podido hacer antes, porque se la habían arrebatado, Reine disfrutó de la mejor —Y única— parte de su tarde.
—Bienvenido a casa.
Espero que esto les haya gustado, apenas ayer tuve un chispazo de escribir algo y este fue el resultado, no lo iba a subir, pero Edge, el autor de este dibujo, me dijo que sería bueno, y aquí lo tienen.
Si quieren el arte original, vayan aquí:
https://x.com/777Edge1/status/1848438738411474947/photo/1
Muchas gracias por leer.
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Historias para guardarte en el bolsillo
FanfictionPequeños relatos sobre Date A Live que se me ocurran a lo largo del tiempo.