1. Noches alegres, días tristes

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Era una noche de Sábado, de Junio de 2024, el aire caliente de Buenos Aires se sentía denso, casi irrespirable. Dentro del apartamento que Adam Bareiro y su marido compartían, un pequeño rincón que una vez había sido un refugio de amor, ahora se sentía como un campo de batalla. Las luces estaban atenuadas, y el sonido de la televisión resonaba en el silencio tenso, como un eco del dolor inminente. Adam, un futbolista omega de River Plate (con pasado en San Lorenzo de Almagro), respiraba hondo mientras trataba de calmarse. La pequeña Ainhoa, su hija de dos años, dormía plácidamente en su habitación, ajena a la tormenta que se avecinaba.

El olor a madera y a un perfume fresco de caramelo de Adam flotaba en el aire, un recordatorio de su esencia suave y dulce. En contraste, el aroma de Darío Benedetto, su esposo e icónico ex jugador de Boca Juniors, llegaba como un rastro de sándalo, notas amaderadas y whisky, una mezcla intoxicante que solía atraerlo, pero que ahora solo le traía recuerdos amargos.

De repente, el sonido de la puerta abriéndose lo sacó de sus pensamientos. Darío entró, visiblemente afectado por el alcohol, la camisa arrugada y los ojos vidriosos, mostrando señales claras de haber estado de fiesta nuevamente. Adam sintió una punzada en el corazón al verlo.

Darío: - ¡Hola, bebé! ¿Dónde estás? Estuve con los pibes y...

Adam, ya cansado de las excusas y del estilo de vida juerguista de su marido, lo interrumpió.

Adam: - ¿Otra vez? ¡¿Dónde estuviste, Pipa?! ¿Te das cuenta que ya es demasiado?

Darío, sin entender la gravedad de la situación, intentó acercarse, pero Adam se apartó. La tensión entre ellos era palpable, como un hilo que amenazaba con romperse.

Darío: - No es para tanto. Solo salí a despejarme...

Adam: - Despejarte, ¿eh? ¿Y yo qué? Siempre soy el último en enterarme de tus "despejadas". ¿Hasta cuándo, Darío?

La voz de Adam sonaba firme, pero el temblor en su mano revelaba la angustia que sentía.

La Revelación Inminente

Días después de esa noche tensa, la vida de Adam cambiaría para siempre. Mientras regresaba de un entrenamiento con River Plate, encendió la televisión en su apartamento. La noticia no tardó en aparecer en el programa de chimentos "A la tarde", conducido por Karina Mazzocco. Las imágenes de Darío y una reconocida modelo argentina, Jimena Barón, llenaron la pantalla. Los reporteros hablaban sobre un beso furtivo en un boliche, y las redes sociales estallaron en comentarios.

Karina Mazzocco: - El ex jugador de Boca, Darío Benedetto, fue captado en una situación comprometida con la mediática modelo Jimena Barón...

La voz de la periodista se desvaneció mientras la imagen de Darío sonriendo y tomando de la mano a Jimena se quedaba grabada en su mente. Adam sintió como si el aire se le escapara de los pulmones. La verdad comenzó a asomarse en su conciencia, y se dio cuenta de que la distancia que había sentido en los últimos meses no era solo su imaginación.

Adam: - ¡No! ¡Qué maldito!

La rabia y la tristeza lo invadieron. Comprendió, en ese instante, que había sido un tonto al creer en las promesas de cambio de Darío. Al ver esa imagen, el dolor se transformó en determinación. Ya no podía permitir que su vida estuviera marcada por las decisiones de alguien más.

La Confrontación Final

Decidido a confrontarlo, Adam buscó al argentino por toda la casa. Cuando lo vio, Darío estaba en su habitación matrimonial, con su teléfono en la mano, ajeno a lo que se venía. El corazón de Adam latía con fuerza, pero sabía que debía ser firme.

Adam: - ¿Podemos hablar?

Darío: - Claro, amor. ¿Qué pasa?

Adam se acercó y le mostró el teléfono con la noticia abierta.

Adam: - ¿Esto es lo que haces? ¿Te olvidaste de nuestra hija y de lo que significamos?

Darío: - ¡No! Esperá, Adam, no es lo que parece...

Adam: - No es lo que parece. ¿Y yo qué? Siempre te bancamos, a pesar de tus salidas, tus fiestas. ¿Y así me pagás? ¿Con otra? ¿Esto es lo que significamos nosotros para vos y como pensás tirar a la basura nuestros ocho años de relación?

Darío, sintiéndose acorralado, bajó la mirada. Las palabras de Adam lo golpeaban como un balde de agua fría.

Darío: - Te prometo que no es... no sé qué me pasó, pero no quiero perderte.

Adam: - Ya no sé si puedo seguir con esto. Me hiciste a un lado por completo de tu vida, sin importar que estábamos casados, y ahora esto... ¿Qué más tengo que esperar?

La Decisión

Con lágrimas en los ojos, Adam sintió que su corazón se rompía en pedazos. Darío, quien había sido su apoyo, su amor, ahora parecía un extraño. Sabía que había llegado a un punto sin retorno.

Adam: - Esto se terminó. No puedo seguir con alguien que no respeta nuestra familia. Te voy a dejar, Darío.

Darío: - No, por favor... No me dejes. Haré lo que sea. Te lo prometo.

Adam, dándose cuenta de que ya no podía confiar en esas palabras vacías, se dio la vuelta y se marchó a la habitación de Ainhoa, donde la pequeña dormía. Al cerrar la puerta, Darío sintió que su mundo se desmoronaba. Se dio cuenta de que había perdido al amor de su vida por una noche de locura.

La Búsqueda de Ayuda

Días después, cuando la noticia de la infidelidad había tomado las redes sociales por asalto, Darío sabía que no podía rendirse. Necesitaba la ayuda de sus amigos en Boca Juniors. Reunió a Gago, Tévez y Pavón en un bar cercano al club, buscando apoyo.

Gago: - ¿Qué onda, Pipa? Te vi en las noticias. Esto está mal, hermano.

Tévez, con la mirada seria, se sentó frente a él.

Tévez: - Esto no es solo un escándalo. ¿Qué pasó con Adam? ¿Lo perdiste de verdad?

Darío, con la voz temblando de angustia, les contó toda la historia y cómo el futbolista paraguayo ahora lo había bloqueado de WhatsApp y de todas las redes. La conexión entre él y Adam era algo que sus amigos nunca habían podido entender completamente, pero ahora necesitaba su ayuda más que nunca.

Pavón: - Vamos a buscarlo. No te dejés caer. Tenés que ir a hablar con él.

Mientras Darío miraba a sus amigos, sintió una mezcla de miedo y esperanza. Sabía que Adam era el amor de su vida y no podía permitir que se fuera sin luchar. Con determinación, se dispuso a recuperar a su omega.

Me dediqué a perderte (Benedetto x Bareiro) (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora