Reconciliación - Birdflash (TTG)

4. Por las razones correctas

Con cada incidente que sucedía, con cada acto de presencia que hacía el pelirrojo, fingiendo que era una coincidencia cuando ambos sabían que él lo había estado buscando, era muy obvio que tramaba algo, y debía ser algo grande, cualquiera con sentido común podría verlo, no se trataba de Robin siendo paranoico, claro que no, aunque esa fuera la respuesta que obtenía de su equipo cada vez que les hablaba del tema. Él sabía que sus temores eran de lo más sensatos y justificados, y así como estos lo eran también lo serían sus acciones.

Así que Robin se decidió a averiguar que era lo que pasaba con Kid Flash de una vez por todas. Ni siquiera la supervelocidad del súper-fastidioso podría detenerlo. Que alivio que contara con un amplio set de habilidades increíbles, entre ellas el espionaje ninja.

Se dispuso a ir a la ciudad en espera de ver al pelirrojo. Cuando lo ubicó se puso en marcha, siguiéndolo sigilosamente en su rutina. Kid había pasado por una tienda de postres, siempre un tragón, eso es lo que era. Después pasó al parque a correr un rato, tan presumido como siempre. Luego usó su supervelocidad y Robin lo perdió, o así habría sido de no ser por el rastreador que le colocó en su traje mientras no miraba.

Fue a la torre para rastrearlo mucho mejor y así saber dónde estaba.

Los Titanes estaban como siempre tirados en el sofá, holgazaneando.

"¿Ya volviste de tu caminata mañanera amigo Robin?" Preguntó Star mientras jugaba con Sedita.

"Algo así."

"No será que sigues pensando en eso de que Kid Flash trama algo malo ¿verdad?" Habló Cyborg está vez.

"¿Por qué lo haría?" Sonrió nerviosamente, tratando de alejar sus sospechas.

Los titanes se miraron entre sí antes de fijar sus ojos en él.

Cyborg comenzó: "Viejo, no creemos que sea sano para nadie esta obsesión tuya."

"Sí Rob, además es extraño para todos."  Añadió Chico Bestia.

Raven volvió su mirada a su libro, "Deberías dejarlo por la paz."

"Tu odio hacia el Kid Flash es de lo preocupante."

Robin rodó los ojos en fastidio hacia los comentarios de sus compañeros, por suerte su antifaz no permitía que esto fuera visible.

"Si ustedes no quieren ver la verdad no es mi problema, pero les advierto que no me contendré de echarles en cara que tenía razón cuando pruebe que él está tramando algo." Sin más que decir, salió de la habitación.

El resto no tardó en volver a lo que hacían antes.

Robin entró a su cuarto, una vez cerrada la puerta, puso un código secreto lo que abrió un hueco en el suelo, en el cual él cayó y mediante un tubo llegó a un pequeño cuartel repleto de pantallas, las más grande se encontraba situada en el centro y bajó está un enorme tablero reposaba con cientos de botones digitales de diferente tamaño y color, enfrente, una silla con cojines forrados en terciopelo rojo lo esperaba.

Robin caminó y se dejó caer en la silla, tronando sus dedos antes de encender el equipo utilizando un único botón. Las pantallas se encendieron en azul fluorescente, iluminando un poco el oscuro lugar.

En otras circunstancias espiar a alguien estaría mal. Pero en esas no. No cuando quien sabe lo que ese demente engreído podría estar tramando. Y Robin tenía buenas razones para lo que hacía. Lo hacía por su equipo, aunque ellos jamás lo apreciarían.

Con un par de tecleos más Robin ya había podido acceder a la ubicación de Kid Flash.

Estaba en el Salón de la Justicia.

¿Qué hacía ahí y por qué demonios Robin no le puso cámara a ese rastreador?

A veces las buenas ideas llegan tarde. De cualquier forma, Robin debía apresurarse y llegar ahí a como diera lugar. Su hambre de respuestas debía ser saciada o él no iba a poder dormir durante las noches siguientes.

Claro, Kid era el sobrino de The Flash y no le era difícil creer que Barry lo llevará consigo de vez en cuando, Pero aún así algo le olía mal a Robin en todo ese asunto.

Salió rápidamente de vuelta a su habitación, y luego directo hacia su moto, sin siquiera  molestarse en darle una explicación a su equipo. Arrancó, y así se puso en marcha.

Una sonrisa se dibujó en su rostro al pensar que muy pronto descubriría lo que estaba pasando.