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Suzuka pov:

Estaba nerviosa la verdad, confiaba en ellos pero Moa en verdad me preocupaba, había pasado por tanta mierda debido a mi familia y no quería causarle ya más dolor del que había sufrido. Sentía que la había mandado a la boca del lobo pero no había logrado pensar en nadie mejor para eso, suponía que era mi forma de drenar mi culpa por haberle arruinado la vida en el pasado dándole la posibilidad de acabar con los Nakamoto.

No pude pensar en más porque empezaron a tocar la puerta, suspiré y me acerqué a la entrada principal, vi por la mirilla y era ¿Momoka?. Fruncí el ceño, ¿qué hacía aquí? recordaba que Moa le había dicho donde vivíamos pero después nada más.

Traté de poner mi mejor cara y abrí la puerta, recibiendo a esta mujer que no me caía para nada bien, no la conocía pero había algo raro en ella que no me agradaba.

-Hola señorita Suzuka, ¿está Moa? me dijo que podía pasar a verla cuando pudiera- dijo con una sonrisa, esta no llegaba a sus ojos.

-No está en casa, fue a hacer un recado con Kenzo, Yui y Momoko- vi como le cambiaba la cara a una de desagrado.

-¿Tiene idea de cuando volverá? es que realmente ansío verla otra vez- Momoka no hacía nada por cambiar su expresión.

-La verdad no lo sé, Kenzo seguramente se las querrá llevar a algún bar después para relajar- me encogí de hombros -Mi amigo es muy raro a veces la verdad, tiene un concepto de la relajación muy cuestionable-

-¿Confía en el señor Kenzo?- su expresión cambió a una audaz -Si sabe como lo conocen aquí ¿verdad?-

-Sé que mi amigo es un follador sin escrúpulos pero confío en él con mi vida, no tocaría a Moa- me puse a la defensiva, algo tramaba seguro.

-Yo no estaría tan segura de su confianza ciega en el señor Kenzo, ¿otra Alfa y dos omegas? puede ser una situación excitante para cualquiera- se encogió de hombros, sonriendo con sorna.

-Mira, no sé que carajo estés tramando, por más que Moa te tenga en alta estima no me agradas- la señalé empezando a enojarme -Y veo lo que intentas hacer, no vas a ponerme en contra de mi amigo-

-Yo contigo no tengo planes, es Moa quien me interesa cariño- me guiñó el ojo, al parecer divertida con la situación -Y ya que te revelé mis motivos me retiro, yo que tú la cuido mucho, veamos que hace ella con tu paranoia- río con ganas y empezó a alejarse.

-¿Quién te mandó a jodernos?- pregunté apretando los puños, frustrada y enojada.

-¿A mí? no me mandó nadie querida, llegué aquí buscando fortuna y me la encontré de casualidad, un premio mayor que el éxito que tu amigo me pueda otorgar con sus contactos- me tiró un beso -Cuídate lindura, nos veremos mucho, te lo aseguro- y se retiró sin decir más.

Cerré de un portazo y me llevé las manos a la cabeza, sentía que en cualquier momento iba a enloquecer, apenas me encargaba de un asunto y aparecía otro peor, ¿cuándo iba a terminar esta mierda?. Suspiré y me froté la cara con frustración, no podía ponerme así por una imbécil que tenía una relación bastante extraña con mi novia, yo era mejor que eso.

-Tranquila, nada más quiere ponerte negra- me dije a mí misma para calmarme, tomé respiraciones profundas y conté hacia atrás desde diez en mi mente -Tranquila Su, no sabes que se trae-

-¿Y a ti que te pasa ahora? no haces esos ejercicios de la psicóloga con tanto ímpetu- llegó Kano a mi lado.

-Vino la amiguita de Moa de visita- me froté las sienes.

-¿Momoka o como sea que se llame?- asentí y ella miró la puerta -¿Qué quería?-

-Verla, al parecer la extraña mucho- suspiré y la miré -Pero después empezó a decir cosas raras- hice una mueca de confusión.

Feromonas y Heroína (TEMPORADA DOS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora